VistaVision y The Brutalist
El regreso del VistaVision: un homenaje onírico al cine clásico con The brutalist
En la primera mitad de los años cincuenta, Hollywood enfrentaba un desafío existencial: la creciente popularidad de la televisión. Para atraer a los espectadores de vuelta a las salas, los estudios apostaron por formatos panorámicos espectaculares como CinemaScope, Cinerama y otros procesos que ofrecían experiencias visuales imposibles de replicar en el hogar. En un eco nostálgico de aquel momento histórico, el director Brady Corbet ha resucitado el más majestuoso de todos estos formatos, el VistaVision, en su película The brutalist. Así, busca ofrecer a las audiencias contemporáneas un motivo para abandonar sus sofás, del mismo modo que lo hicieron Alfred Hitchcock, Michael Curtiz y otros grandes cineastas de los años cincuenta.
Corbet eligió rodar su obra en VistaVision, un formato introducido por Paramount Pictures en 1954 con el estreno de navidades blancas, de Michael Curtiz. Aunque su época de esplendor fue breve, este formato dejó una marca indeleble en la historia del cine, siendo el lienzo de películas icónicas como Vértigo y Con la muerte en los talones de Hitchcock, Centauros del desierto de John Ford, y Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille. También ofreció el marco perfecto para las comedias visualmente vibrantes de Jerry Lewis.
¿Qué hacía tan especial al VistaVision frente a competidores como el CinemaScope? Su secreto residía en su negativo más grande, aproximadamente el doble del tamaño de un fotograma estándar de 35 mm, gracias a que la película se desplazaba horizontalmente en lugar de verticalmente dentro de la cámara. Margaret Bodde, de la Film Foundation de Martin Scorsese, explica: “Con CinemaScope tienes un negativo de cuatro perforaciones. VistaVision es de ocho perforaciones, lo que duplica el tamaño de la imagen. Su calidad visual es simplemente superior.” A pesar de esta excelencia, VistaVision quedó relegado a la producción de efectos especiales, donde continuó siendo utilizado por décadas.
Para The brutalist, Corbet y su director de fotografía, Lol Crawley, no solo recuperaron VistaVision por nostalgia del celuloide, sino porque el formato encarna de manera sublime las ideas filosóficas que subyacen en la película. La narrativa contrapone minimalismo y maximalismo, tanto en la arquitectura diseñada por su protagonista como en la estética del filme. VistaVision, con su campo de visión más amplio, permitió capturar imponentes estructuras arquitectónicas sin recurrir a lentes gran angulares que distorsionaran las líneas de los edificios. VistaVision y The Brutalist
“Fotografiar arquitectura requiere lentes rectilíneos que respeten las formas sin deformarlas,” explicó Crawley. “VistaVision, con su amplitud visual, es una elección natural para este propósito.” Sin embargo, el verdadero poder del formato radica en su capacidad de abarcar opuestos: “Puedes capturar paisajes vastos y también los retratos más íntimos. Combina la profundidad de campo reducida de un lente largo con el campo de visión de uno más amplio.”
La forma de exhibición que mejor traduce la riqueza visual de the brutalist es el 70mm, un formato casi extinto que ha encontrado nueva vida gracias a defensores como Christopher Nolan, Quentin Tarantino y Paul Thomas Anderson. Este último también ha rodado su próximo filme, The battle of baktan cross, en VistaVision, consolidando un renacimiento discreto pero significativo del formato.
Los espectadores podrán experimentar The brutalist como fue concebida en lugares selectos como el Vista Theater en Los Ángeles y el Village East Cinemas en Nueva York, donde se proyectará en 70mm a partir del 19 de diciembre. Más allá de los coleccionables de edición limitada que acompañarán estas proyecciones, el verdadero tesoro será adentrarse en este universo de texturas y luces, en el que el VistaVision resplandece como un faro nostálgico del cine clásico.