Tras el éxito de “El Exorcista” y “Contacto en Francia“, al legendario director le dieron vía libre para desarrollar en mi opinión su mejor película, es increíble la cantidad de criticas superficiales que sufre esta obra, sin llegar a profundizar el excelente uso del montaje nervioso (algo habitual en casi todas sus obras) junto a un increíble uso de la cámara en mano que no deja de retratar a estos oscuros personajes. Pareciera que los actores no usaran maquillaje que fueran parte del mismo infierno que engendró el gran realizador. La secuencias de acción son de antalogía, todas las herramientas propias del cine de este autor están al servicio de un guión mucho más complejo que el de Clouzot. La profundidad psicológica está mejor dibujada. Si hay un hombre que sabe mejorar una obra desde el montaje ese es Friedkin, mientras que uno lo arma de forma lineal y conservadora, el maestro introduce imágenes en donde ningún otro mortal las pondría, recuerden en uno de los asesinatos de “Cruising“, en donde antes de morir la tercera víctima pone unas imágenes de la primera o en “To live and die in L.A.” que en medio de una persecución de autos introduce dos flashback que hablan sobre sus protagonistas. Friedkin es un director desprolijo y esa es una de sus virtudes que hace que su cine sea mas documental, y a diferencia de muchos otros que buscan imitarlo el no busca manipular al público para transmitir sus ideas. Este hombre nos las impone, sólo las hace presente para que luego nosotros tengamos que decidir en qué creer.
‘Sorcerer’ fue realizada en 1977, y vio reducido su metraje inicial debido a sus propios productores, que no vieron con buenos ojos la primera versión de 120 minutos que propuso William Friedkin, su director. Nacho Cerdá nos comentó que Friedkin quiso a Paco Rabal para un papel en un film anterior rodado en 1971, ‘French Connection’: ‘trainganme a ese actor que hace películas con Buñuel’. La productora se confundió y envió a Fernando Rey. Esto no pasaría en ‘Sorcerer’ donde Friedkin se aseguró de contar con la presencia del actor murciano. Este fue su primer papel en tierras americanas. El film cuenta la historia de 4 hombres situados en distintos lugares del planeta, los cuales son enviados por distintas razones a un pueblo de Sudamérica donde finalmente son reclutados para transportar un cargamento de explosivos altamente inestables en 2 camiones a través de la selva. Un thriller clásico poco conocido de aventuras, producción gustosa y acción que explota todas sus virtudes apoyado en un gran ritmo durante sus 120 minutos. Está basada en el film de Clouzot, ‘El salario del miedo’ de 1953 e igualmente en la novela de 1950 ‘Le Salaire de la peur’ escrita por Georges Arnaud. Friedkin aprovecha al máximo todas las posibilidades que le dan sus localizaciones selváticas para generar unas secuencias que gracias al empeño en editar su propia versión del film están llenas de tensión, suspense, acción y escenas ya míticas que son imposibles de olvidar, como la famosa del puente, realismo impresionante, o la de la explosión del árbol. En concreto, la escena del puente no creo que se pudiera hacer más de una toma y esta les salió clavada, todo un tour de force contra los elementos. Y esto es pasado la mitad del film, en su inicio tenemos una presentación de personajes absorbente, con un nivel de producción tremendo. No he visto la versión corta que se hizo y no puedo opinar mucho sobre ella, pero sobre esta sí, y lo que digo es que es una gozada visual y una clase de dirección y cómo hacer las cosas bien durante 120 minutos, que por si no fuera poco, pasan volando. Añadamos a esta gran obra una banda sonora electrónica creada por Tangerine Dream que pone el lazo estiloso a una más que llamativa cinta. Altamente recomendable y disfrutable. Hoy en día no se hacen películas así.
LA VERSIÓN ORIGINAL | EL SALARIO DEL MIEDO
Es una obra única, anclada fílmicamente a su época pero viva en la actualidad. Es una obra imposible de repetir, de filmar y de crear a día de hoy. Es por lo tanto una pieza única, un tesoro tal que sólo hay uno en el mundo. El Salario del miedo es una de esas películas que todavía no sabes como se consiguió. El formato 4:3 para encerrar a sus personajes no sólo en su historia sino en la misma pantalla. Un blanco y negro que pinta la pobreza, la miseria, el dolor y el miedo como no podría recrearse con el color y unas actuaciones tan extremas y redondas que se me hace imposible poder ver sus replicas del siglo XXI.
La dirección y la puesta en escena junto a lo atrevido de su historia no solo no podría filmarse a día de hoy sino que incluso en muy difícil que incluso se pueda ver en prime time a día. La censura actual no es capaz de dejar en libertad lo se dejo hace 60 años y esto todavía la hace más imprescindible para nosotros.
REALISMO EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN ARTÍSTICA
Narra la historia de un grupo de desplazados de todo tipo, que se refugian en una pequeña localidad sudamericana, repleta de delincuentes y prófugos, a la espera de encontrar trabajo en una empresa norteamericana que explota un campo de pozos petrolíferos. El incendio de uno de ellos obliga a la empresa a planear una operación destinada a sofocar el incendio mediante la activación de una carga de nitroglicerina que mueva una masa suficiente de tierra para ahogar el fuego. El explosivo está disponible en unos almacenes situados a gran distancia del lugar del siniestro. Para realizar el transporte, convocan a los voluntarios del lugar dispuestos a asumir los enormes riesgos de la misión. Entre los que se presentan eligen a los cuatro que de modo más patente carecen de familia, amigos y relaciones. El viaje, lleno de incidencias (curvas impracticables, desprendimientos que bloquean la carretera, vertidos de petróleo que impiden el paso de vehículos, etc.), se convierte en una odisea de suspense que sumerge al espectador en una pesadilla de incertidumbre, tensión y angustia. La conversación entre las dos parejas de conductores desvela progresivamente la profundidad de las heridas personales, el miedo que soportan, la soledad que padecen, la tragedia de sus historias y la desesperación en la que viven. La combinación de las penurias del viaje y el desarraigo de los personajes crea un clima terrible, de intensidad y sinceridad inimaginables.
La fotografía, de un realismo desgarrado y directo, alcanza cotas magistrales de expresividad. La música, de Georges Auric, aporta un crescendo sobrecogedor que intensifica las sensaciones de horror y compasión. Las interpretaciones de Yves Montand y Charles Vanel son soberbias.
Cuando hoy día uno ve como a películas como Nomadland le caen los premios de forma totalmente premeditada y sin ningún tipo de rigor fílmico, solo puede ponerse una películas como El Salario del miedo para ver que debe ser no solo una roda movie, sino una movie de verdad. Si uno quiere silencios en cine no debe hacer que suenen, debe silenciarlos de verdad como bien hace Henri-Georges Clouzot en esta obra maestra del cine.
UN BUEN REMAKE
En 1977 todavía se podía intentar crear un remake de aquella desgarradora historia solo que sin la fuerza y honestidad que en su fecha original. Y se consiguió crear un secuela con dignidad llamada Carga maldita.
La película está magníficamente ambientada, interpretada, fotografiada, su banda sonora y porque no decirlo contada (que se entiende perfectamente).
Se nota también el asesoramiento que el propio H G Clouzot, le brindo y que él mismo fué el que sugeriría el cambio en el final de la historia. De hecho, la película Friedkin se la dedicó a él.