Esta película recuerda bastante a ‘Alien, el octavo pasajero’, pero en versión cutre. No en vano Roger Corman es el dios de la sci-fi de serie B. En lugar de nave espacial, tenemos un bunker de varios niveles a lo ‘Resident Evil’. En lugar de gato, tenemos perro. En lugar de alien terrorífico, tenemos un tipo disfrazado de bicho blancuzco. También aquí hay chica en braguitas y unas gestaciones supersónicas. Pero el desarrollo es igual: un ser monstruoso que recorre las instalaciones matando a todos, y los habitantes buscándolo por todas partes para liquidarlo ¡Si hasta es el número 8 (hay 3 chicas y 4 chicos)!
Lo más gracioso es que aquí el bicho es un fornicador nato. Busca a toda costa reproducirce con una hembra humana.
En fin, un argumento un poco manido ya en una peli de bajo presupuesto. Hay muchos amantes de la serie B y muchos mitómanos de Corman que me freirán a votos negativos, pero no hay más ciego que el que no quiere ver: a día de hoy es una peli muy mediocre, y que apenas entretiene porque está más vista que unas medias negras.