Lensman: La lente (1984): un faro deslucido en la ciencia ficción animada
La película Lensman: La lente (1984), dirigida por Kazuyuki Hirokawa y Yoshiaki Kawajiri, es una adaptación libre de la clásica serie de novelas Lensman de E.E. «Doc» Smith, consideradas una piedra angular de la ciencia ficción pulp. Sin embargo, este largometraje animado, aunque visualmente deslumbrante en momentos, se enfrenta al desafío de condensar la vastedad del material original en apenas 107 minutos, dejando como resultado una obra tanto fascinante como frustrante.
Un universo condensado hasta su mínima expresión
El relato se centra en Kimball Kinnison, un joven granjero que accidentalmente entra en contacto con la poderosa «Lente», un artefacto que lo convierte en un protector galáctico enfrentado a una despiadada raza alienígena. Mientras que las novelas ofrecían un mundo meticulosamente construido, rico en detalles y jerarquías cósmicas, la película opta por un enfoque más convencional y simplificado, enfocado en la acción y el espectáculo visual.
Este enfoque, aunque permite que la película mantenga un ritmo ágil, sacrifica gran parte de la complejidad y del sentido de maravilla que caracterizaban la obra de Smith. Las complejas dinámicas entre los Lensmen, los poderes de la Lente y la inmensidad de su lucha contra los Boskone quedan apenas esbozadas, privando al espectador de la épica prometida.
La animación: una doble espada
La animación de Lensman es, sin duda, uno de sus puntos más fuertes, particularmente en los momentos de combate espacial y en el diseño de las naves. La influencia del diseño futurista de los años 80 se hace evidente en su estética, donde el cyberpunk incipiente se mezcla con los ecos visuales del space opera. Los fondos estrellados y las secuencias de acción, algunas utilizando tecnología de gráficos por computadora pionera en su tiempo, añaden una dimensión visual que compensa en parte las carencias narrativas.
No obstante, hay un exceso de dependencia en el estilo visual que llega a opacar el desarrollo emocional de los personajes. Kimball, a pesar de ser el protagonista, resulta bidimensional y carente del crecimiento personal que hacía de su contraparte literaria un héroe entrañable. Los momentos introspectivos se ven relegados en favor de un espectáculo visual que, aunque deslumbrante, carece de profundidad.
El legado de la ciencia ficción pulp, filtrado
Uno de los aspectos más controvertidos de la película es su reinterpretación de los temas centrales de Lensman. Las novelas de Smith se construyeron sobre la idea de la supremacía de la inteligencia y la moralidad como herramientas para enfrentar la adversidad, pero en la película estos conceptos se diluyen. La lucha entre el bien y el mal, aunque presente, se representa de forma simplista y sin el peso ético que cargaban las páginas de Smith.
Además, la decisión de adaptar libremente el material original generó críticas entre los puristas de la ciencia ficción, quienes consideraron que la película traicionaba el espíritu del autor. Por otro lado, los espectadores ajenos al material fuente encontraron dificultades para conectar con una narrativa que, aunque sencilla, no logra justificar la magnitud del conflicto presentado.
Conclusión: una oportunidad perdida
Lensman: La lente es una obra que brilla a ratos, particularmente en su apartado visual, pero que fracasa en capturar la esencia de la grandilocuente saga que la inspira. A pesar de sus méritos técnicos y de su intento por traducir un universo vasto a un público contemporáneo, el filme carece de la profundidad y el rigor que convirtieron a Lensman en un clásico de la ciencia ficción.
Para los amantes de la animación ochentera y el space opera, esta película sigue siendo una curiosidad fascinante, un artefacto cultural que refleja las ambiciones del anime de su época. Pero para quienes busquen una adaptación fiel y poderosa de la obra de E.E. Smith, Lensman: La lente no es más que un eco lejano de la epopeya que podría haber sido.