Primera pelicula de Jean Rollin y tambien primera de su ¨tetralogia¨ vampirica, que se desarrollo entre 1967 y 1971.
Rodada con muy pocos medios y con gente totalmente amateur (tanto interpretes como tecnicos) el film acusa en demasia todas estas limitaciones, a las que por si fuera poco se le añade el problema de haber sido ideada como un mediometraje de media hora, habiendo tenido que improvisar (por presion de los productores) otra hora mas de duracion para distribuirla como largometraje. Ello llevó al director francés a dividir el film en dos sketches para tratar de darle mas coherencia y evitar el tono inconexo que mostraba la historia. No se puede decir que Rollin consiguiera salvar la situación, pero al menos nos lego un sketch (el primero) con ciertos logros visuales a tener en cuenta, y una trama mas o menos con sentido, algo que no se puede decir del otro sketch.
El ser el primer largometraje de Rollin, y ademas teniendo en cuenta las circustancias en que se realizó, hace que podamos ser algo condescendientes en la critica de la película, aunque posiblemente se trate de uno de sus films mas flojos. A pesar de todo es una cinta indispensable para todo seguidor del director francés, quien después iría evolucionando hasta alcanzar un nivel muy estimable en títulos como ¨Fascination¨ o ¨Les Raisins de la mort¨.
La película | Crítica
Esta es una pelicula realizada por el director francés Jean Rollin, cineasta que es considerado de culto por muchos fanáticos del género fantástico. Su filmografía durante sus primeros años muestra una especial predilección por el tema de los vampiros, especificamente por las vampiresas, a las cuales ha dedicado hasta siete peliculas, todas ellas muy singulares obras que le han permitido ganar muchos seguidores, como ya se ha señalado, pero al mismo tiempo ha sido el blanco de mucha critica desfavorable debido a su singular estilo. De todos modos, su nombre ha ganado connotación dentro del panorama cinéfilo especializado.
Como bien se señala dentro de las frases publicitarias de éste film, nos encontramos ante la primera pelicula francesa realizada sobre el tema de los vampiros. Filmada en blanco y negro, y siendo en un principio un cortometraje, esta obra dejó impresionado al productor Sam Selsky quien luego de apreciarla le financió un mayor trabajo, por lo que posteriormente le fue añadido un número de escenas y una irregular extensión al guión que la convirtieron finalmente en una pelicula de hora y media de duración. Rollin es un realizador que destaca en su obra la presentación de una serie de secuencias que buscan narrar una perversa historia. El director tiene una especial atención en mostrar prolongados planos en exteriores, como pueden ser un inmenso campo, una playa desierta, los alrededores de un viejo cháteau francés, y otros lugares en los cuales coloca a sus estrámboticos personajes, deambulando por aquellos parajes, o llevando a cabo extraños rituales, donde lo importante es capturar en aquellas escenas una atmosfera extraña, enrarecida y de rara ensoñación, en medio de éstas situaciones en las que destaca la silenciosa presencia femenina, con bellas jóvenes apenas cubiertas con ligeras ropas o bien sin ellas. La pelicula resulta dividida en dos claras partes, de las cuales destaca nitidamente la primera mitad, con el desarrollo de momentos de perturbadora fascinación, sin necesidad de mayor argumento.
La segunda mitad, la que viene a ser la parte extendida forzosamente, es la más bizarra y a la vez la más floja, donde abundan los desnudos de las protagonistas femeninas. Aunque en éste caso, los desnudos son más bien el preludio de momentos de carácter enfermizo, como la visualización de torturas y violaciones, es decir, actos de sadomasoquismo, sin llegar al terreno del cine porno, al cual Rollin se dedicaría plenamente varios años después. La historia sirve de pretexto para el desarrollo de éstas escenas, mientras que en el resto de situaciones que buscan dar continuidad al relato resultan ser las partes más pobres del film, donde se nota la falta de coherencia en el guión, la pésima dirección escénica, asi como la mala dirección de actores y el poco profesionalismo de éstos. Sólo cabe destacar la bella presencia de Solange Pradel y Catherine Deville, y la exótica Jacqueline Seiger quien interpreta a la Reina de las Vampiras, a la cual Rollin le da incluso un aspecto de mujer guerrera, ataviada de cuero y correas. Esto no hace más que dejar en claro su condición de trabajo primerizo por parte de su director, y sin embargo, no deja de ser un claro ejemplo del tipo de cine que desarrollaría en adelante: un cine con momentos de interesante ambientación, de inquietantes visiones y de admiración por el erotismo femenino en su lado más perverso, aspectos que se convierten en su mayor atractivo, pero que en éste caso termina mostrando un barato acabado, burdo e inscrito en la llamada «serie Z».
Si se es capaz de ser cómplice de la mirada de éste director y de sus obsesiones, pues «Le viol du vampire» es una cinta extraña pero que merece verse, de curiosidad cinéfila muy especial. Abstenerse los que gusten de un cine más formal y riguroso en su desarrollo, pues aquí no es el interés de un director tan particular como Jean Rollin.
Argumento:
Una maldición condena a un grupo de cuatro bellas mujeres que viven encerradas en una misteriosa mansión; ellas se encuentran bajo un misterioso influjo que las convence a si mismas de ser vampiresas. Un grupo de viajeros llega hasta el lugar, con el propósito de indagar el extraño caso, y resolver el misterio. Pero allí descubrirán que los vampiros existen, y que la maldición puede caer tambien sobre ellos. Luego, la malvada Reina de los Vampiros hace su aparición en las costas que circundan el castillo, mientras los condenados buscan una forma de librarse de la maldición. Pero ella está decidida a acabar con todo aquel que se oponga a su poder.
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