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Videoclub Gratis | LA DILIGENCIA (COLOR) | Obras maestras by John Ford

Personajes muy variopintos emprenden un largo, duro y peligroso viaje en diligencia. Entre ellos, un fuera de la ley en busca de venganza, una prostituta a la que han echado del pueblo, un jugador, un médico, la mujer embarazada de un militar, un sheriff. Las relaciones entre ellos serán difíciles y tensas. Además, durante el viaje, tendrán que afrontar el ataque de una partida de indios apaches

B/N

Cuando un profano del cine de Ford hable sobre sus westerns o sobre su cine en general, siempre lo hará desde la perspectiva tópica del desconocimiento más supino que pueda existir y le llamará facha o rancio. También está la versión que te dirá que directamente no casa con el western porque cuenta historias también fachas, sobra decirlo, básicamente porque su atribulada cabecita, llena de videoarte, cine contemplativo y urbano y demás mariconadas varias, no entiende que el género supremo del cine únicamente cuenta historias actuales ubicadas en una situación espacio temporal distinta, aunque a ellos les siente como un tiro ver a gente con sombrero de cowboy. Obviamente, nunca sabrán argumentar por qué piensan que Ford es un facha, únicamente se lo oyeron a otro que lo oyó de otro colega que dice que un amigo, una vez, y de pasada, vio 5 minutos de una peli del oeste, por lo tanto reconducirán la conversación hasta el punto que a ellos les interesa. Si no, te dirán algo de los indios… siempre algo de los indios. ¿Por qué descargo mi odio contra aquellos diferentes a mí y hablo de Ford? Sencillamente porque el otro día me vi por enésima vez La diligencia, película de la que estoy absolutamente enamorado, y no sé si es por su sencillez en la propuesta, por su honradez, por su falta de maniqueísmo o por la ruptura de tabúes sociales en aquella época. Quizás, también, porque sea la primera obra maestra de mi género preferido y aquella que sentó las bases de dicho género en su vertiente más clásica y también, por qué no, del cine en general, siendo la más clara precursora de Ciudadano Kane, probablemente la película-tótem de la revolución cinematográfica, ya que Ford cambió el estilo de los encuadres, la planificación y el empleo de una fotografía que sabía aprovechar lo mejor del expresionismo pero dejando fuera a veces ese esteticismo tan insoportable en que te hacía caer el género alemán.

Pero creo que, por encima de todo, el motivo por el que me gusta tanto esta cinta del maestro es porque me da la razón en aquello que siempre digo, y es que Ford era, es y será el cineasta más social y progresista que ha habido en la historia del cine. Esas ideas, alejándonos de su cine «no western», iban desde la lucha contra el racismo, la censura en El hombre que mató a Liberty Valance o la redención y la victoria de los socialmente defenestrados frente a las clases pudientes. Y es que Ford, ferviente católico y alcohólico, era como un Jesucristo moderno, ya que sus personajes siempre eran desterrados, seres errantes sin hogar, putas o borrachos, y él les daba cobijo en su regazo. Obviamente, si le preguntásemos por las virtudes sociales de esta película saltaría de la misma forma en que le respondía a Bogdanovich cuando le preguntaba por su labor de poeta y me mandaría a la mierda, pero es innegable la ternura que Ford sentía por los socialmente poco aceptados y el lirismo que veía en cada una de sus bondadosas acciones.

Quizás y gracias a la salida al mercado de fenómenos juveniles como el videojuego, Red Dead Redemption 2, estamos ante un momento único para que los milenial y algunos otros más talluditos, se atrevan a poder disfrutar de los grandes clásicos del oeste que ha dado el cine. El westerm es sin duda el género más grande de la historia del cine pero aún así, este queda fuera de poder ser estudiado por los más jóvenes ya que los medios actuales tipo Netflix lo ignoran. Pero para remediar esto existe CINEMATTE FLIX.
Si Red Dead Redemption 2 consigue que más de un joven se apasione al género y se acerque a obras como esta de La Diligencia, su salida al mercado si tiene por fin razón de ser.

LA CRÍTICA
Película mítica de la historia del cine que revolucionó el western y fue la vuelta de John Ford a su género preferido después de un lapsus de varios años. El director nos muestra en el interior de la diligencia un microcosmos que prácticamente resume la raza humana: una elegante dama embarazada, un jugador profesional que es además un auténtico caballero, un doctor veterano y experto aficionado a la bebida, un banquero corrupto, una prostituta de buen corazón expulsada de la ciudad por las hipócritas damas de la misma y un pistolero que busca venganza, rechazado por la sociedad biempensante. La cumbre del film corresponde al ataque indio a la diligencia, en el que vemos como un indio salta a lomos de uno de los caballos y al recibir un disparo cae entre los cascos de los animales y fue rodada a través de las llanuras del espectacular Monumental Valley, escenario predilecto de Ford, secuencia muchas veces imitada en años posteriores, sin alcanzar la belleza y espectacularidad conseguida por el genial director.

John Ford realiza un canto a los personajes de peor reputación – el médico borracho, la prostituta y el pistolero – en los que vuelca su comprensión, su simpatía e incluso su cariño. Inolvidable e impresionante la primera aparición de Ringo en la que a caballo y girando en alto su rifle detiene a la diligencia con un sensacional primer plano. Un cuadro de actores tocados por el Espíritu Santo, con un John Wayne que con esta película alcanzó la fama y además se convirtió en el prototipo del hombre del Oeste y con un genial Thomas Mitchell en el papel de médico borracho por el que ganó el Oscar de mejor actor secundario, sin olvidarnos de la magnífica Claire Trevor y de los grandes secundarios muy del gusto de Ford como Andy Devine y John Carradine y todo se completa con una gran fotografía de Bert Glennon con sombras y bellos contrastes de luz que capta a le perfección toda la belleza del Monumental Valley y una excelente banda sonora de Richard Hageman ganadora del Oscar. “La diligencia” fue un hito, marcó un antes y un después y a partir de ella el western se convirtió en el género más popular de “la época dorada” de Hollywood.
Además de los dos Oscar citados, estuvo nominada a los de mejor película, director, fotografía, montaje y dirección artística.

Anécdotas del film:

En 1939 el Monumental Valley no tenía ningún camino asfaltado, por eso no se había utilizado para el rodaje de películas, pero Ford al descubrirlo se enamoró de él y lo convirtió en el escenario de muchos de sus westerns. La realización del film dio un gran impulso económico a la zona que estaba empobrecida y proporcionó numerosos puestos de trabajo como extras y personal de vigilancia.
Para dar mayor verosimilitud a las escenas de la persecución de la diligencia y a las caídas de los caballos al galope se utilizó un sistema llamado “W.Running” que consistía en sujetar largas cuerdas a un poste metálico por un extremo y por el otro mediante unas abrazaderas a las patas delanteras de los caballos, de manera que cuando galopaban y llegaban al final de la cuerda caían espectacularmente, aunque este sistema fue pronto suprimido debido a las numerosas quejas que se presentaron pues se producían lesiones en las patas delanteras de los caballos.
John Ford volvió al Monumental Valley para rodar: “Pasión de los fuertes”, en 1946, “Fort Apache”, en 1948, “La legión invencible”, en 1949, “Wagon Master”, en1950, “Rio Grande”, en 1950, “Centauros del desierto”, en 1956, “El sargento negro”, en 1960 y “El gran combate”, en 1964.