Larry Stanford un periodista norteamericano viaja a Japón para una entrevista con el Dr. Robert Suzuki, quien vive encima de una montaña volcánica y asegura que ha descubierto un método para producir cambios evolutivos químicamente. Pero lo que Stanford no sabe, es que el maquiavélico doctor ha decidido probar sus teorias evolutivas en él.
Dice la leyenda urbana – yo no lo he comprobado – que cuando «Psicosis» fue estrenada en Portugal la titularon «La madre era él». Eso si que es un spoiler, la madre de todos los spoilers. Valga esto para iniciar la crítica de este film, titulado ingeniosamente «The manster» y que aquí no se les ocurre otra cosa que titularlo con el clímax del film. Puro spoiler.
Este es un film de terror de los 50, independiente, exótico, al ser rodado en Japón, con un protagonista que supone un garrafal error de casting, que aparenta ser su propio abuelo, pero con una historia in crescendo, en la que tras una introducción intensa, veremos como un «mad doctor» japonés no duda en experimentar con un pobre periodista sin su consentimiento. La fotografía en B/N, los decorados y esas estrechas calles japonesas, sin luces y en penumbra, descolocarán al espectador, habituado a los entornos estadounidenses. Los efectos, aunque baratos, tienen momentos logrados, en especial el climax mencionado.
Quizás «The manster» no sea un clásico, pero le da mil vueltas a muchos de los filmes de Corman. Tiene un cierto ingenio, buena puesta en escena y una historia tópica, que nos recordará a las adaptaciones del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, pero bien llevada.