El primer desnudo visto en una pantalla de cine
Vienesa Hedy Lamarr | Primer desnudo visto en el cine
El tema de los desnudos en la gran pantalla siempre ha sido algo controvertido. Curioso resulta que el cuerpo humano en todo su esplendor genere más incomodidad que la violencia más extrema. Si hoy aún es habitual convivir con cierto «mogigatismo» y censura, ya os podéis imaginar que hace casi un siglo la cosa era todavía más radical. El avance de la sociedad durante todos estos años ha encontrado también su reflejo en el mundo del cine. Ver desnudos se acepta más o menos, pero hubo alguien que se atrevió por vez primera. Una «locura» sucedida en el año 1933.
El escándalo alcanzó proporciones épicas. La actriz Vienesa Hedy Lamarr aparecía en la cinta Extasis (Gustav Machaty) completamente desnuda. Un barbaridad para aquellos días. En el la película en cuestión, la intérprete tomaba un baño desnuda de 10 minutos de duración. No contenta con eso, luego invertía similar tiempo corriendo por el bosque en pelota picada. ¿El resultado? Pues una tormenta de críticas religiosas, ataques de los más puritanos y de los menos puritanos.
Como era de esperar, lo polémico de Extasis provocaba que a que el filme no se exhibiese sin cesura en muchos sitios. Sin embargo, donde se arriesgó con el montaje original de forma íntegra, el resultado fue un rotundo éxito. A tal punto llegó la repercusión de Extasis que sirvió para que Hedy Lamarr arrancase una prolífica carrera Hollywood. El mundo es de los valientes.
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¿Cuál fue el primer desnudo de la historia del cine?, ¿Y el primer orgasmo?
La película fue excepcionalmente bien recibida por la critica y por los espectadores… aunque también desató la protesta de los más puritanos y de algunos grupos religiosos
Para bien o para mal, Internet nos trajo el acceso permanente e inmediato a todas las imágenes de desnudo habidas y por haber… las 24 horas del día… los 365 días del año. Para el adulto y para el adolescente del siglo XXI es francamente complicado imaginar la existencia de un mundo anterior, donde el desnudo no constituía un recurso más a la hora de conseguir atención. Sin embargo… ese mundo existió.
Y uno de los sectores donde mejor podemos observar cómo se ha transformado nuestra sociedad es en el cine. La presencia de material explícito en la gran pantalla ha ido evolucionando con el paso de los años; pasando del innecesario pudor del comienzo… al innecesario exhibicionismo del mundo moderno.
Parece haber cierto consenso entre los espectadores en que este “destape” puede ser conveniente o -incluso- necesario… según los requerimientos del guion. Sin embargo, también hemos visto como el desnudo se ha convertido, en no pocas ocasiones, en un reclamo más para llenar las salas de cine. Esta crónica de liberación sexual ha estado marcada por algunos hitos reseñables. Pero -quizás- el más importante sea el de la primera escena de desnudo de la historia:
El primer desnudo… y el primer orgasmo
Ocurrió en el año 1933. La vienesa Hedy Kessler apareció en la última película del checo Gustav Machaty, llamada Extase (Éxtasis). En aquella escena, la joven protagonista se baña completamente desnuda en el lago. Al adelantar un poco la cinta, también somos testigos de una escena erótica, en la que los personajes principales hacen el amor y que culmina con un primer plano de ella teniendo un orgasmo.
Aquello era todo un escándalo. La película fue excepcionalmente bien recibida por la critica y por los espectadores, que se apelmazaron en las salas de cine sin censura. Pero también desató la protesta de los más puritanos, así como de algunos grupos religiosos. Desde entonces, el séptico arte ya no volvería a ser el mismo. La repercusión fue tal que Extasis sirvió para que Hedy Kessler iniciase una exitosa carrera en Hollywood… aunque a partir de entonces lo haría con el pseudónimo de Hedy Lamarr.
Hace tres años, con ocasión de la 76º edición del Festival de Venecia, la Filmoteca de Praga (Národní Filmonvý) restauró digitalmente y en 4K, aquella cinta. Eso sí, fue necesaria una reconstrucción del original en lengua checa, del que no se había conservado ninguna copia. Los restauradores buscaban obtener “una versión del filme que fuese lo más fiel posible al original” (en checo). Y para ello utilizaron las imágenes de las cintas dobladas a otras lenguas.