Tal vez, gracias al surgimiento de fenómenos juveniles contemporáneos como el videojuego Red Dead Redemption 2, nos encontramos en un momento excepcional que permite a los millennials, y a otros tantos de generaciones anteriores, adentrarse en los grandes clásicos del cine del oeste. El western, sin duda el género más emblemático en la historia cinematográfica, permanece en gran medida fuera del alcance de las nuevas generaciones debido a la escasa atención que le prestan plataformas de la era digital como Netflix. Sin embargo, es aquí donde entra en escena CINEMATTE FLIX, buscando reivindicar y reintroducir estas joyas para el público actual.
Si Red Dead Redemption 2 ha logrado, en estos últimos años, despertar en los jóvenes un interés genuino por el género y acercarlos a obras maestras como La diligencia, su existencia y éxito no pueden sino cobrar un sentido mayor en este nuevo contexto.
LA CRÍTICA
Obra mítica de la historia del cine, La diligencia marcó una revolución en el western y significó el regreso de John Ford a su género predilecto, tras varios años de exploraciones en otros registros. En el interior de la diligencia, Ford construye un microcosmos que simboliza la complejidad de la condición humana: encontramos a una dama embarazada de porte distinguido, un jugador profesional que encarna las virtudes de un verdadero caballero, un médico veterano de pasado brillante y entregado al alcohol, un banquero corrupto, una prostituta de buen corazón rechazada por las damas hipócritas de la ciudad y un pistolero proscrito que, en busca de venganza, ha sido condenado al margen de la sociedad bienpensante.
La cumbre dramática del filme llega con el ataque indígena a la diligencia, un momento donde Ford demuestra su dominio del cine de acción y aventura: uno de los guerreros indios salta a lomos de un caballo, solo para caer, herido de muerte, entre los cascos de los animales que continúan su frenética carrera. Filmada en las vastas y sobrecogedoras llanuras de Monument Valley, el escenario favorito de Ford, esta secuencia se convertiría en una de las más imponentes e imitadas del western clásico. No obstante, pocas veces, o quizás nunca, sus sucesores lograron alcanzar la majestuosa belleza y la fuerza visual con las que el genial director plasmó esta obra maestra del cine.
John Ford exalta con notable sensibilidad a aquellos personajes de la baja reputación social —el médico borracho, la prostituta y el pistolero—, otorgándoles su comprensión, su simpatía y hasta un afecto casi paternal. Entre estos, es inolvidable la entrada de Ringo, quien detiene la diligencia a caballo, girando su rifle en un gesto icónico capturado en un primer plano magistral, una imagen que resuena como símbolo absoluto del hombre de frontera. El elenco, dotado de una singular fuerza interpretativa, parece bendecido por el genio, destacándose un joven John Wayne, que con esta interpretación alcanzó la fama y se consagró como arquetipo del héroe del oeste. A su lado, Thomas Mitchell brilla en el papel del médico alcohólico, una actuación que le valió el Oscar a mejor actor secundario, mientras que Claire Trevor, así como los secundarios predilectos de Ford, como Andy Devine y John Carradine, enriquecen esta obra con su gran capacidad expresiva.
La fotografía de Bert Glennon, que alterna sombras con contrastes lumínicos exquisitos, logra capturar en toda su magnitud la belleza severa de Monument Valley, escenario recurrente en la filmografía de Ford. La banda sonora de Richard Hageman, ganadora del Oscar, complementa esta ambientación con una precisión melódica que intensifica cada momento. La diligencia no solo fue un hito en el cine, sino que marcó un antes y un después en la historia del western, transformándolo en el género más venerado de la época dorada de Hollywood.
Además de sus dos Oscars ganados, la película fue nominada en categorías como mejor película, dirección, fotografía, montaje y dirección artística, consolidando su posición como una obra de referencia ineludible en el séptimo arte.
Anécdotas del film:
- En 1939 el Monumental Valley no tenía ningún camino asfaltado, por eso no se había utilizado para el rodaje de películas, pero Ford al descubrirlo se enamoró de él y lo convirtió en el escenario de muchos de sus westerns. La realización del film dio un gran impulso económico a la zona que estaba empobrecida y proporcionó numerosos puestos de trabajo como extras y personal de vigilancia.
- Para dar mayor verosimilitud a las escenas de la persecución de la diligencia y a las caídas de los caballos al galope se utilizó un sistema llamado “W.Running” que consistía en sujetar largas cuerdas a un poste metálico por un extremo y por el otro mediante unas abrazaderas a las patas delanteras de los caballos, de manera que cuando galopaban y llegaban al final de la cuerda caían espectacularmente, aunque este sistema fue pronto suprimido debido a las numerosas quejas que se presentaron pues se producían lesiones en las patas delanteras de los caballos.
- John Ford volvió al Monumental Valley para rodar: “Pasión de los fuertes”, en 1946, “Fort Apache”, en 1948, “La legión invencible”, en 1949, “Wagon Master”, en1950, “Rio Grande”, en 1950, “Centauros del desierto”, en 1956, “El sargento negro”, en 1960 y “El gran combate”, en 1964.