En un universo más allá del nuestro, Chun celebra su decimosexto aniversario cumpliendo una tradición milenaria y transformándose en un delfín rojo para explorar el mundo humano.
Si algo tienen en común las obras de Hayao Miyazaki y de Tomm Moore, es que ambos realizadores suelen darle a la naturaleza y los mitos que las rodean la misma importancia que a los personajes sobre los que hablan, de forma que estos últimos no se limitan a flotar sobre el entorno sino que están moldeados en base a él. No se entendería la forma de ser de Nausicaä sin ese contraste presente entre las distintas civilizaciones ni la belleza de la historia de Ben y Saoirse en Song of the Sea sin la mitología sobre la que orbita su historia familiar. Es muy complicado encontrar realizadores preocupados por el todo y no lo individual y Big Fish and Begonia es un rarísimo ejemplo de cine bello, bien contado y preocupado por cada uno de los aspectos de la producción.
Tuve la enorme suerte de verla en el cine en el marco del Festival de Sitges y me cuesta creer que haya pasado tan desapercibida, porque no sólo es visualmente excelsa, es que la historia que cuenta -aún cayendo en algunos lugares comunes- tiene riesgo, no deja de evolucionar, carece de innecesarios tiempos muertos y aún con todo consigue que incluso a lo anterior, sea fácil aceptarlo todo como viene y simplemente dejarse llevar. Cierto es que la protagonista no tiene las aristas de las creadas por Miyazaki pero es lo que la separa de ser una grandísima película de una obra maestra, porque en todo lo demás cumple y sobradamente.
Las elecciones cromáticas, con unas explosiones de color y efectos que quitan el hipo, una banda sonora espectacular, algunas secuencias que para mi están al nivel del mejor Ghibli y sobre todo, el plano final, suman y mucho para que pueda recomendar esta «Big Fish & Begonia» a cualquier interesado en el cine de animación, bien contado y facturado, un trabajo hecho con el corazón, Kickstarter mediante y en producción durante más de una década. Una joya que merecería ser más conocida y que sabe compensar, sobradamente, sus carencias