OBRAS MAESTRAS DEL CINE | IVÁN EL TERRIBLE (1944)
Hoy en nuestra sección de obras maestras venimos con una de las mejores que ha dado el cine en toda en su historia, hablamos de ‘Iván el terrible’. Si tuviésemos que elegir una película como la más estudiada y meditada a la hora de ser plasmada en imágenes, posiblemente este film tendría más papeletas que ninguna. S. M. Eisenstein ya había demostrado con ‘El Acorazado Potemkin y con Alexandre Nevski que el cine era uno de los artes más complejos y que la puesta en escena y la planificación y significado de cada una de sus imágenes era tan complejo como elaborar un cuadro.
Pero sería en su film díptico ‘Ivan el Terrible’ donde esta obsesión por la perfección llegaría al máximo, pudiéndose facilmente seccionar cada escena por separado para ser estudiada y analizada, encontrado en cada una de ellas un perfecto y complejo conjunto lleno de hallazgos visuales y significados ocultos que consiguen una narrativa visual muchas veces superior a la sonora.
IVÁN EL TERRIBLE Y LA DUDA
Podríamos elegir cientos de fotogramas dignos de mencionar, pero de entre todos ellos hemos decidido quedarnos con este por su aparente simpleza a primera vista, pero con una gran complejidad significativa, más tratandose del año 1944.
La película que fue definida como «la única película que ha tratado al genio con el genio» fue criticada por presentar al zar como un hombre terrenal poseído con cantidad de dudas éticas respecto al poder y la violencia. Stalin era verdaderamente el hombre del que se hablaba en film, por eso Eisenstein tuvo que recurrir a la sutileza de las imágenes para poder plasmar su obra tal y como la contemplaba sin ser castrada por la censura. Por lo que este fotograma donde una gran interrogación en segundo plano nos muestra de tapadillos las dudas que todo ser humano posee sea zar o no, es claramente una de las más bellas y creativas imágenes que ha dado el cine.
LA CONJURA DE LOS BOYARDOS
Si en la primera parte eran los ritos lo que avanzaba la historia, ahora le tocaría al espectáculo musical. Como si fuese una opera, los momentos claves tendrán un momento principal. En la obra de los tres ángeles, la canción de Froisiana y el espectaculo de la fiesta. Sobredimensionando las secuencias, dándole mucha mayor fuerza de la que ya tendrían las secuencias por si sola.
Se puede apreciar lo que pudo haber sido y no lo fue con el uso del color, en la tercera parte. Lo uso en un par de secuencias (la fiesta y el final). Muy cercano a como se usaban los filtros en el cine mudo, que enrojecían la imagen o lo azulaban. En este caso usa el rojo. Donde Ivan y Vladimir borracho le confiesa que para que querer ser Zar, Ivan dandose cuenta que tiene razón. De mientras la danza y la música reina la secuencia. Ivan al ver las intenciones que tiene el hijo de Froisana, lo llevara a su propia muerte. Lo vestirá como Zar y saldrá el primero acompañado por el séquito (todos escondidos con una capa/capucha negra, lo llevaran a la muerte como si fuesen unos espíritus mortales). Vladivir sabrá que morirá, pero seguirá su camino, harto de ser usado por su madre y desdichado por no poder vivir una vida normal.
Hay que destacar un momento, que seguramente fue lo que provoco realmente las iras del partido comunista. Ivan en un momento de la cena, llamara esclavos a todos sus aliados, es decir, al pueblo. Pasmosa valentía de Eisenstein, que se atrevió a sacarle los colores y mostrar una realidad que nadie se atrevía a decirlo y que él, por medio de la palabra de Ivan las echo. El zar de la primera parte sé convirtió en un ser patético, solitario y lleno de rencor. Convertido en una persona egocéntrica que ha dejado de mirar hacia Rusia y más a si mismo. Seguramente la ultima secuencia y que es en color fue implantando después de ver la versión que entrego Eisenstein, que vuelve al discurso de la Rusia unida que en el resto del metraje no había existido. Hay que recordar que el maestro murió antes de ver el montaje definitivo. La leyenda que fue y en la realidad que se convirtió el Zar. Seguramente Stalin prefirió la leyenda.