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La sombra de Rambo antes de Stallone: una aproximación perdida en el cine de los años 70
La iconografía de John Rambo se ha consolidado en el imaginario cinematográfico gracias a la interpretación de Sylvester Stallone en Acorralado (1982), una adaptación del influyente libro de David Morrell publicado en 1972. No obstante, pocos saben que la primera incursión fílmica de un personaje llamado Rambo ocurrió siete años antes de la icónica cinta de Ted Kotcheff, en un contexto muy distinto y con un actor radicalmente diferente.
En 1975, el actor cubano Tomás Milián encarnó a un personaje homónimo en Desafío a la ciudad, conocida en algunos mercados como La venganza de Rambo, una pieza clave dentro del poliziottesco italiano. Dirigida por Umberto Lenzi, la película se inscribe dentro de un subgénero del cine policíaco europeo que, a su vez, bebía de la estética cruda y de la tensión moral de filmes estadounidenses como Harry el sucio (Don Siegel, 1971). La versión de Milián no es un veterano de Vietnam sumido en el desencanto del retorno a casa, sino un expolicía que busca venganza contra dos clanes mafiosos responsables del asesinato de su amigo. El uso del nombre “Rambo” parece haber sido una mera estratagema comercial sin relación con la obra de Morrell.
La anécdota que vincula a Milián con la novela original resulta fascinante: se dice que el actor descubrió el libro durante un vuelo entre Estados Unidos e Italia y quedó tan cautivado por su contenido que intentó sin éxito que algún productor adquiriera los derechos. Ante la imposibilidad de materializar su visión, la alternativa fue simplemente apropiarse del nombre sin el trasfondo de la historia original. Esta curiosidad nos revela cómo la permeabilidad de las ideas y los nombres en la industria fílmica puede generar vínculos inesperados entre obras que, en principio, no comparten más que una coincidencia semántica.
La relación entre Desafío a la ciudad y Acorralado podría recordar, en un plano más temático que literal, a la conexión entre los valientes andan solos (1962) y la adaptación cinematográfica de la novela de Morrell. En el clásico de David Miller, Kirk Douglas encarna a un vaquero que, al igual que el Rambo de Stallone, se convierte en un forajido moderno, víctima de un mundo que ya no tiene espacio para su tipo de individualismo. Ambos filmes exploran la confrontación de un hombre solitario con una autoridad implacable, aunque en registros distintos: el western crepuscular en los valientes andan solos, y el thriller de acción con tintes de comentario social en First Blood. Ver Desafío a la ciudad