Supergirl desnuda poder

Supergirl desnuda poder

Supergirl: la caída de la mujer de acero y el naufragio del blockbuster superheroico

Supergirl desnuda poder

La película, protagonizada por una jovencísima Helen Slater como Kara Zor-El, pretendía replicar la fórmula que había catapultado a Christopher Reeve a la inmortalidad cinematográfica: un rostro desconocido para el rol principal, secundado por intérpretes de prestigio como la oscarizada Faye Dunaway, aquí en un papel caricaturesco como la villana Selena. No obstante, donde las dos primeras entregas de Superman lograron construir un equilibrio entre la solemnidad de la epopeya moderna y el entretenimiento ligero, Supergirl se tambalea, víctima de un guion que trivializa la profundidad potencial de su heroína, ofreciendo un relato más propio de un melodrama fantástico que de un auténtico mito contemporáneo.

El lastre de un estilo desvirtuado

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Es inevitable comparar esta cinta con el retrato heroico y solemne de las primeras películas de Reeve. Donner, influido por los ideales de Joseph Campbell y la estructura del monomito, ofreció en Superman (1978) una historia de transformación y sacrificio que resonó con la épica clásica. En cambio, Supergirl apenas roza esta profundidad, sumergiéndose en una narrativa episódica y superficial que la acerca más a una versión diluida de la serie He-Man y los amos del universo que a una digna continuación del legado de los El.

La advertencia de un fracaso

El fracaso comercial y crítico de Supergirl se usó durante décadas como argumento para evitar el protagonismo femenino en blockbusters, reforzando un prejuicio estructural que no comenzó a desmantelarse hasta el éxito de Wonder Woman (2017). Este paralelismo resulta amargo: mientras que los personajes masculinos podían fallar repetidamente sin consecuencias para sus franquicias, los femeninos eran juzgados con una severidad que bordeaba lo punitivo, condenando su representación a un limbo narrativo.

El futuro incierto

Hoy, mientras James Gunn perfila su renovado universo DC, queda por ver si Kara Zor-El recibirá el tratamiento que merece, no como un subproducto menor del legado de Superman, sino como un símbolo de fortaleza y resiliencia. La historia reciente del cine, desde Wonder Woman hasta Black Panther, demuestra que los mitos aún pueden ser contados con fuerza y frescura cuando se les aborda con la seriedad y el respeto que merecen.