Sharon Stone y el instante cinematográfico que encendió la memoria de una generación

Sharon Stone y la escena que marcó una época: “abofeteé al director y llamé a mi abogado”

En La belleza de vivir dos veces, sus memorias publicadas en 2021 —cuyo título, no sin cierta ironía, parece aludir a su experiencia cercana a la muerte—, la actriz Sharon Stone abre sin reservas el telón sobre uno de los episodios más polémicos y trascendentales de la historia reciente del cine: la ya legendaria escena del cruce de piernas en instinto básico (1992), filme dirigido por Paul Verhoeven, donde compartió cartel con Michael Douglas. Una secuencia convertida en icono de la cultura pop, que la catapultó al estrellato, pero que, según confiesa, estuvo marcada por la manipulación y la falta de consentimiento.

Aunque con el paso del tiempo Stone ha relativizado el escándalo —“hoy no parecería tan provocativa”, ha llegado a decir—, la carga erótica de aquella imagen fue tan poderosa que quedó impresa en la memoria colectiva del séptimo arte. Sin embargo, detrás de ese instante de tensión sexual fílmica se escondía una traición. La actriz descubrió que su cuerpo había sido expuesto de manera explícita sin su consentimiento solo al ver el montaje final de la película, no en una sesión privada ni en compañía del realizador, sino en una proyección multitudinaria ante abogados, agentes y ejecutivos de la industria. Fue entonces cuando comprendió el alcance de lo filmado: aquello que le habían asegurado no sería visible —»solo necesito que te quites la ropa interior porque el blanco refleja la luz»— estaba ahora frente a todos.

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«Sí, hay múltiples versiones sobre este episodio», escribe Stone con crudeza en sus memorias, «pero como soy yo quien aparece en pantalla, permítanme dejarlo claro: las demás versiones son pura basura». Tras la proyección, relata, se dirigió directamente a la cabina de proyección, abofeteó a Verhoeven y telefoneó a su abogado, Marty Singer, quien le aseguró que aquella toma no podía legalmente formar parte de la película sin su consentimiento explícito. Incluso podía detener el estreno por vía judicial.

Sin embargo, Stone se halló ante una disyuntiva moral y profesional. Reconocía que había peleado por ese papel, que Verhoeven fue quien la apoyó cuando nadie más lo hizo y que, finalmente, ella misma había ejecutado aquella escena. «¿Y si yo hubiera sido la directora? ¿Y si lo filmé con intención o por accidente? ¿Y si simplemente existe esa toma?», se preguntó. Y así, después de una intensa deliberación interna, resolvió permitir que la escena permaneciese en el montaje final: “porque era lo adecuado para la película, para el personaje, y porque, en última instancia, fui yo quien lo hizo”.

La actriz también revela los estragos físicos y emocionales que padeció durante el rodaje, desde episodios de sonambulismo hasta pesadillas recurrentes. Rememora con angustia un momento especialmente impactante durante la filmación del asesinato inicial: “creí haber matado a mi compañero de escena. Lo golpeé en el pecho tantas veces que se desvaneció. Estaba horrorizada, desnuda y cubierta de sangre falsa”.

Durante años, la escena del cruce de piernas fue objeto de interminables debates, análisis, parodias y recreaciones. Sin embargo, la intérprete cargó en silencio con el peso de haber sido vulnerada en lo más íntimo. Hoy, más de tres décadas después, Sharon Stone se reapropia de su narrativa. Con voz firme y mirada crítica hacia una industria tantas veces sorda a la dignidad femenina, ofrece su testimonio como reivindicación no solo personal, sino también colectiva. La suya no es solo una historia sobre el abuso de poder en el plató, sino sobre el coraje de mirar hacia atrás y reclamar el derecho a ser autora de la propia memoria.

La polifacética Sharon Stone, reconocida globalmente por su talento en la actuación, ha desarrollado a lo largo de los años otra gran pasión: la pintura. Esta faceta artística, que comparte generosamente con sus seguidores en Instagram, ha capturado nuevamente la atención mediática con una reciente publicación que ha dejado a todos sin aliento. En su última y atrevida obra, Stone se muestra prácticamente desnuda, pintando con una libertad y creatividad que han dejado una profunda impresión en sus miles de admiradores.

«A veces, simplemente tengo que pasar de la piscina a la pintura», expresó la icónica actriz de «Instinto Básico» en la leyenda que acompaña la impactante imagen. La fotografía, tomada desde atrás, muestra a Stone en plena sesión de pintura, vistiendo solo la parte inferior de un bikini azul, mientras su torso permanece al descubierto. Con varios botes de pintura en las manos, se le puede ver concentrada en retocar lo que parece ser su última obra maestra. Este acto de espontaneidad y expresión artística ha sido recibido con una oleada de apoyo y admiración en la plataforma, acumulando miles de ‘me gusta’ en cuestión de horas.

El impacto de esta imagen no solo reside en la valentía de Sharon al mostrarse al natural, sino también en su impresionante físico, que sigue siendo envidiable a sus 66 años. Los comentarios de los seguidores no se han hecho esperar, elogiando no solo su apariencia, sino también su mensaje de aceptación y empoderamiento. A través de estas publicaciones, Stone reafirma su compromiso con la promoción de la belleza real y la naturalidad, desafiando las normas de una industria que a menudo se centra en la juventud y la perfección.

Al explorar su perfil de Instagram, se puede apreciar que Sharon Stone se une a otras celebridades como Salma Hayek, Eva Longoria y Cindy Crawford en la misión de desmitificar la perfección, mostrando sus rostros sin maquillaje, sus canas y sus imperfecciones. Para Sharon, Instagram se ha convertido en un escenario donde puede ser auténtica y vulnerable, lejos de los personajes que interpreta en la pantalla y de las alfombras rojas glamurosas.

Esta nueva faceta de Stone, que combina su amor por el arte con su deseo de inspirar a otros, ha sido recibida con entusiasmo. Sus seguidores aprecian esta ventana a su vida cotidiana, donde ella se muestra tal y como es: una mujer talentosa, segura de sí misma y dispuesta a romper con los estereotipos. A través de su arte y su presencia en las redes sociales, Sharon Stone continúa siendo un faro de inspiración, recordándonos la importancia de la autoaceptación y la belleza auténtica.

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