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Uno de los grandes estrenos de este siglo ha sido sin duda La Leyenda Renace, el film no obtuvo buenas críticas durante su estreno, pero por suerte el tiempo suele restablecer el orden en la galaxia cine y su vida posterior en los hogares y su elección como uno de los mejores films de 2012 en la mayoría de listas de medios, hace que La leyenda renazca conforme pasan los años…

Como hemos dicho, La Leyenda Renace fue maltratado por la crítica, sobre todo por la más servil a unos intereses políticos, el film de Nolan toca ideas y sensibilidades demasiado hirientes para el pueblo norteamericano, demasiado peligrosas quizás, la idea del comunismo aflora en ciertos momentos, frases como la expuesta por Selina Kyle:

«Se aproxima una tormenta Sr. Wayne, Usted y sus amigos deben estar listos porque cuando llegue van a preguntarse como pudieron que podrían vivir con tanto y dejar tan poco para los demás.»

O el polémico discurso de Bane:

«Los poderosos serán derribados de sus decantes nidos y arrojados al implacable frió mundo que nosotros conocemos, obligados a sobrevivir. Se celebrarán juicios, se disfrutará el botín y se derramará sangre… la policía sobrevivirá tras aprender a servir a la verdadera justicia.»

Son muy «peligrosas» para «ciertas mentes» conservadoras, sobre todo en una obra donde su público principal es el que comprende la franja de los 17 a los 25 años, una edad demasiado frágil y fácil de influenciar según esas «ciertas mentes», por lo que como padres protectores de esa juventud que debe ser el futuro del país, deben disfrarse de Caballero Oscuro y mediante una pluma o un teclado manipular el resultado final de el último Nolan, realizando una campaña de desprestigio que asegure y nos haga creer que estamos ante aire, ante un producto comercial hecho a desgana por director, un director según ellos cada vez más vacío, egocéntrico y megalómano. Pero por suerte como siempre ha ocurrido en la historia, obras como por ejemplo Watchmen o este Caballero Oscuro pueden ser tapadas durante horas, días o quizás años, pero al final terminarán renaciendo como la leyenda que son.

Ahora nos gustaría dejaros con un pequeño estudio en forma de análisis de la obra de Nolan, divido en 3 apartados: una primera crítica sobre los aspectos técnicos, una segunda crítica o análisis más completa y profunda sobre los aspectos más dramáticos del film y una última crítica visual apoyada en 7 fotogramas

EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE. ASPECTOS TÉCNICOS

Para empezar nos gustaría responder a las preguntas que todo el mundo quiere hacer: ¿Es buena La Leyenda renace? La respuesta es muy sencilla: «sí, es muy buena». ¿Es mejor que El Caballero Oscuro? La respuesta también es muy sencilla: «no importa, como hemos dicho es muy buena». Esto viene porque tenemos la sensación que La Leyenda Renace no va a ser juzgada nunca por si misma, sino en función de su anterior película.

El Caballero Oscuro caló muy dentro en el espectador, se convirtió en un icono para muchos de los nuevos cinéfilos, y el tiempo y el recuerdo engrandecen el pasado, La leyenda renace en cambio es presente y como sabemos este es efímero y está infravalorado. Para dejar clara rápidamente nuestra postura sobre la calidad del film, decir que pensamos que si este film se hubiese estrenado en el 2008 como continuación de Batman Begins sería igual de legendario que la secuela verdadera, seguiría siendo el mejor film de superhéroes nunca realizado y el punto y aparte en la forma de entender el cine de entretenimiento.

Hablando ya sobre aspectos del film vamos a centrarnos en primer lugar en su aspecto técnico y visual, porque como hemos dicho, su faceta actoral y dramática preferimos juzgarla una vez hayamos visionado la versión original y así vincular el aspecto narrativo a esa segunda versión de la crítica, así que vayamos al grano. Visualmente La Leyenda Renace es un prodigio, estamos ante un calco de su antecesor pero incluso superada en megalomanía, el Gotham de Nolan luce mejor que nunca, la neo yorkina ciudad del justiciero nocturno es un personajes más, Nolan ha conseguido filmar la urbe como poca gente hasta ahora lo ha conseguido, imaginemos una mezcla entre el Metropolis de Lang y el opening del Manhattan de Allen, el resultado es monumentalidad, alma y esencia unidos de la mano, y esto es lo que siente en cada recoveco de Gotham, en cada alcantarilla y en cada esquina, ver por ejemplo a Catwoman avanzar hacia al atardecer con la batmoto entre las calles de una desierta Gotham durante un efímero par de segundos, es suficiente para transmitirnos esa sensación que solo los grandes films consiguen, momentos especiales de enamoramiento, melancolía y fascinación que nos acompañaran para toda la vida.

Y centrándonos en su aspecto de efectos visuales decir que Nolan ha conseguido su máximo hasta la fecha, si en Origen la sensación era la de estar ante el mejor film de efectos visuales de los últimos 10 años, con La Leyenda renace tenemos que pensar que los 250 millones de presupuesto y la exigencia de Nolan han conseguido poder igualar a las grandes obras de Cameron, cierto que el film posee pocos minutos de lucimiento en FX, pero los que posee alcanzan la perfección. Si Aliens el regreso es el sumun de los efectos especiales del siglo XX, el film de hoy es lo mismo en el siglo XXI, Con Nolan el Cgi ha pasado al olvido, las maquetas a escala real han vuelto ha hacerse con el control de la puesta en escena y se nota, se nota del tal manera que este film es real, es de carne, hueso, metal y piedra, no es un ente etéreo difuminable, es un espectáculo palpable, no es 3D, es mucho más, es realidad fílmica.Poco más que comentar de momento, espero traeros la segunda versión de la crítica en breve y no dudar ni un segunda en ir al cine a ver la conclusión de una mejores trilogías que jamas una pantalla ha proyectado.

EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE. ASPECTOS DRAMÁTICOS

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Alegato heroico contra la crisis. Han pasado ocho años desde que Batman desapareciera en la oscuridad, convirtiéndose, en ese instante, de héroe en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte de D.A. Harvey Dent, el Caballero Oscuro lo sacrificó todo por lo que considera, al igual que el Comisario Gordon, un bien mayor. La mentira funciona durante un tiempo, ya que la actividad criminal de la ciudad de Gotham se ve aplacada gracias a la dura Ley Dent. Pero todo cambia con la llegada de una astuta gata ladrona, que lleva a cabo un misterioso plan. Sin embargo, es mucho más peligrosa la aparición en escena de Bane, un terrorista enmascarado cuyos despiadados planes para la ciudad hacen que Bruce regrese de su autoimpuesto exilio.*No voy a decir si es mejor o peor que las anteriores películas, pero desde mi humilde opinión, The Dark Knight Rises es el cierre lógico que Christopher Nolan empezara con Batman Begins hace ya bastantes años. Qué carajo. Es un magnífico broche de oro y la muestra de que su creador ha tenido vía libre para realizar lo que le pareciera. Sin embargo, me da pena que una cierta cantidad de su público, los—odiados—fanboys, parecen ir al cine con una libreta en mano para apuntar cualquier chorrada que les disguste, sólo hay que pasarse por algunos foros para ver la de tonterías que se pueden llegar a soltar por línea o párrafo sin tener en cuenta de qué cojones nos quiere hablar su director y guionista, de ese trasfondo que envuelve el espectáculo de un justiciero enmascarado. Vivimos tiempos de crisis, y Nolan no se iba a quedar de brazos cruzados con tan jugoso tema.

Pero The Dark Knight Rises va más allá de ofrecer una visión panfletista sobre la época que nos ha tocado vivir, la de los ricos muy ricos y los pobres más que pobres. Traza una línea donde se enfrentan cara a cara los símbolos, eso sí, de forma nihilista, algo que ha ido implícito desde la primera película de la trilogía, el valor que se les da a unos iconos que representan un ideal o una moralidad, incluso una reivindicación. Nos da una lección sobre la mentira sobre la que se sostienen éstos, de la ignorancia que arrastran tras de sí, de una masa cuantiosa de gente que no se plantea el por qué ni la historia que éstos representan. Sólo hace falta salir a una manifestación para ver uno de esos símbolos (hola máscara de Guy Fawkes, banderas segundarrepublicanas y un largo etc.), a los que se les da un significado, cualquiera, el que cada uno le quiera dar, pero sostenido sobre la mentira y la más bendita ilusión, que como tal, es una farsa, valga la redundancia. En esta parábola sociológica, Nolan juega en muchos aspectos con las distintas revoluciones que surgen a lo largo del mapa, destacando y reflejándose en los momentos de agonía de un Bruce Wayne abatido y enfermo que mira por la televisión cómo su mundo se desmorona por culpa de un pueblo sumergido en el miedo y la consecución de unos objetivos que no son tal, teniendo su homónimo en nuestra vida cotidiana, donde podemos ver a la hora del almuerzo un telediario donde se nos socavan nuestras libertades todos los días con medidas injustas. En este sentido, The Dark Knight Rises juega con la ambigüedad en casi todos sus personajes, todos poseen una máscara sea imaginaria o no, todos han pecado con la mentira y la han sustentado. Desde Gordon a Batman pasando por Catwoman o incluso el propio Alfred. Y ahí empieza la crítica del director hacia Occidente, al doble rasero que impera en este lado del mundo, en el sacrificio de un bien mayor a través de una mentira, como ya dejara claro Zack Snyder en Watchmen (2009).

Miremos atrás, a hace una década, creíamos vivir tiempos mejores y ahora nos damos cuenta que el sistema político y financiero que hemos creado y alimentado se sostiene sobre el engaño. Estamos ante un film que retrata nuestra sociedad, una sociedad crepuscular incapaz de sostenerse, incapaz de cambiar las cosas, una sociedad donde los grises son la nota predominante, donde nadie es tan inocente como se aparenta ni tampoco se es incorruptible. Nolan, inspirado en el libro Historia de dos naciones de Charles Dickens para realizar el guión según sus palabras, refleja en The Dark Knight Rises la división de una sociedad, de sus incongruencias e insensateces, una falsa revolución como lo fue la francesa, una revolución donde no existía más justicia que la muerte y la locura que se mezclaba con la sangre, hecho que más tarde provocó la llegada de un mal mayor: Napoleón Bonaparte, y nos anticipa la hecatombe social que puede darse en un futuro próximo si la cosa sigue así, con la corrupción campando a sus anchas, con la justicia en poder del dinero, y con la soberbia política que el ciudadano medio debe pagar con sus impuestos. Ahí es donde entra el símbolo de Bane, un golpista que agarra por los huevos a todo un país—empezando por Gotham— prometiéndoles el oro y el moro pero que, no obstante, se desvela como un dictador. La historia de la humanidad está llena de ejemplos como éstos, cuando se abusa del bienestar, la corrupción sale a flote y el sistema creado se tambalea hasta destruirse con un nuevo orden, un orden que el pueblo ve con buenos ojos en un principio y que, sin embargo, es un símbolo falso de libertad. Una revolución no implica justicia, como se nos quiere hacer ver continuamente. En el conservadurismo nihilista y las dobles lecturas que nos ofrece a cada momento Christopher Nolan, caben grandes momentos donde este discurso es más que palpable, y muchos se sentirán identificados, pero como todo, corre el riesgo de comprenderse mal si no se ve la resolución del dilema. Hablando claro, el director da un especial interés a los niños, a los jóvenes, las nuevas generaciones, a través de un personaje que para muchos parecerá metido con calzador pero que esconde una agradable sorpresa final, este es Edward Blake, interpretado por un magnífico Joseph Gordon-Levitt que prácticamente toma las riendas del relato y da en la llaga cuando es oportuno, ensombreciendo en muchos aspectos al resto del elenco.

Dicho papel simboliza la necesidad de renacimiento en las nuevas generaciones, de romper con el pasado, de tomar nuestras propias decisiones. Tom Hardy como Bane es el enemigo más imponente e inteligente al que Batman se haya enfrentado, Gary Oldman como Jim Gordon está más emotivo que nunca al igual que Michael Caine como el fiel Alfred, el cual tiene uno de los mejores momentos y más dramáticos de toda la saga. En cuanto a los demás, sorprende una versátil Anne Hathaway como Selina Kyle/Catwoman (aunque nunca se la elude como tal), no así Marion Cotillard como Miranda Tate, cuyo papel podría haber sido mejor dada su resolución (sorprendente para muchos pero Nolan se encarga de dejar pistas clarísimas a lo largo del relato). Morgan Freeman como Lucius Fox sigue en su línea de cierta ironía pero sin una gran presencia, y además, no faltará un cameo que no voy a desvelar. Ah, y Christian Bale como Bruce Wayne/Batman está mucho mejor que en los anteriores films, aunque como siempre, parece que la presencia de secundarios carismáticos le ensombrecen de algún modo.

Además de las excelentes actuaciones, hay que sumarle un tempo narrativo lo suficientemente medido y pausado que abarca 165 minutos de metraje, excesivo para algunos pero que se pasa un plis, sin grandes subidas de ritmo como si tenía la anterior The Dark Knight, todo ello por un tono más dramático que de costumbre, gracias a una magnífica presentación de unos personajes sumidos en la confusión y el hastío por una realidad que han moldeado a placer con unos pilares insostenibles. Aunque Nolan flirtea en según qué momentos con algún que otro nimio flashback de dos o tres segundos para ubicar a los que no son muy duchos en la saga, y querer hacerse el tramposo con el final, consigue demostrar—y dejar—los indicios suficientes en este relato detectivesco para que no nos topemos con una resolución made in Shymalaian, o sin ir más lejos, con Origen (2010) o la regular El Truco Final (2006). Técnicamente es un prodigio en el que prácticamente casi todo se ha hecho con imagen real, efectos reales en el mismo rodaje (esa nieve), y muy poco de efectos digitales, logrando con esto que nos creamos lo que pasa en pantalla, joder, hasta el Batplano parece real (aunque no lo es), donde podemos destacar esa espectacular secuencia inicial entre dos aviones y rodada de verdad. Y si vamos a un cine IMAX, nos sumergiremos de lleno en la experiencia, ya que ha sido rodada con estas cámaras. Por otro lado, la partitura musical de Hans Zimmer vuelve a sorprendernos con la percusión tan característica de la saga, pero que aporta scores como los cánticos que caracterizan al personaje de Bane, o el minimalismo y el misterio para la figura de Selina Kyle reflejado en la canción Mind if I cut in, una de mis preferidas de esta banda sonora.
En definitiva, que ya me estoy alargando, un peliculón imprescindible que no dejará a nadie indiferente y que dejará una impronta en una buena parte del público y de la historia del cine, aunque muchos se nieguen a creerlo o quererlo.

Gracias Nolan.

7º FOTOGRAMAS: EL CABALLERO OSCURO LA LEYENDA RENACE

La obertura del film ya nos avisa de el espectáculo que estamos a punto de disfrutar, una escena a bordo de un avión donde se nos presenta a Bane, el villano de la función, es sencillamente un prodigio de filmación y espectáculo visual, el momento final donde en plano secuencia vemos caer el avión bajo los pies de Tom Hardy, es el primer aviso de la perfección y realismo visual que está a punto de envolvernos.

Si la aparición de Bane es espectacular, la de Batman no lo es menos, el justiciero alado contempla bajo sus pies su ciudad, como un padre redentor y protector, el enmascarado contempla la calma que precede a la tormenta…

Bane arranca la máscara y el alma a Bruce Wayne, el héroe alado nunca había estado tan cerca de la muerte como en esta película, en este lúgubre lugar y a manos de Bane, el Caballero Oscuro fallece para renacer purificado…

Bane aisla la ciudad de Gotham, para ello Christopher Nolan nos deja uno de los momentos más bellos e impresionantes de la década, esto si es dejar sin habla al espectador.

Una lágrima recorre la mejilla de Bane, El Joker es ya un mito, Batman una leyenda, Bane a manos de Tom Hardy es el villano del siglo XXI, es el Darh Vader de la era digital, es magnetismo y fascinación, es una obra maestra de la composición.

Sólo Nolan ha conseguido la perfección de Cameron a nivel de efectos visuales, las maquetas a escala real mezcladas con la infografía y el ordenador consiguen recrear la realidad. La realidad de lo imposible, una fantasía palpable que ridiculiza cualquier efecto visual visto en una pantalla de cine.

Michael Caine rompe la cuarta pared para dirigirse al espectador, la mirada de Alfred abandona durante unos instantes la pantalla para decirnos que todo es real, que la película visionada no es una fantasía o una adaptación de comic, es la realidad del mundo en el que vivimos y que todos somos Batman, todos somos capaces de cambiar las cosas, es hora de que llegue la tormenta…