Era el año 1988 y Harrisond Ford se había convertido en la gran estrella de aquella primera mitad de los 80s. En 1980 estrenó ‘El Imperio Contrataca’, en el 81 ‘En Busca del arca perdida’, en el 82 ‘Blade Runner’, en el 83 ‘El Retorno del Jedi, en el 84 ‘Indiana Jones y el templo maldito’, en el 85 ‘Único y Testigo’ y solo había conocido el fracaso en 1986 con ‘La Isla de los mosquitos’.
La nueva película de Harrison Ford se esperaba como agua de mayo: los jóvenes y adolescentes de aquellos años porque querían ir al cine corriendo a disfrutar de su héroe, los críticos para destrozarla e intentar demostrar que Harrison Ford solo era un rostro bonito y un mal actor.
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Y ‘Frenético’ fue la película. Los jóvenes no recibieron lo que querían, Harrison Ford aún estando en un policíaco o al menos eso apuntaba el trailer, interpretaba a un doctor que se cansaba al subir las escaleras, que quedaba noqueado al recibir un simple golpe y que no era capaz de empuñar un arma o andar por un tejado sin caerse, era sencillamente un torpe y un simple hombre de a pie, nada que ver con el héroe que todos queríamos ver. Los críticos rebieron el film dejando ver que Ford no tenía registro interpretativo alguno. En definita, la película no fue el éxito que todos esperaban y Harrison Ford tuvo que volver al papel de Indiana Jones un año después para reventar de nuevo las taquillas.
El que Polanski estuviese detrás de la cámara tampoco ayudó, primero porque seguía muy mal visto en aquellos años por la industria Hollywood, segundo porque la película tuvo que ser rodada en Francia y eso le dió una estética y textura muy lejana de los thriller nortamericanos. Pero quizás sea esto último lo que hace que la cinta vista hoy luzca de maravilla. Como hemos dicho la obra dista mucho en estética de los thriller Hollywood de los años 80s y está mucho más cerca en apariencia del polar francés de finales de los 70s lo que hace que ver a Harrison Ford en ese ambiente le otorge a ‘Frenético’ un halo de singularidad único.
Cierto es que ‘Frenético’ no llega a destacar en casi nada. Tiene a Ennio Morricone en la banda sonora, pero nada tiene que ver con su trabajo anterior en ‘Los Intocables de Elliot Ness’, quizás sea uno de los ‘Morricone’ más sosos de la historia. Las actuaciones, incluida la de Ford y la de la llamativa Seigner no convencen del todo y la trama no aporta nada novedoso. Quizás sea la fotografía a manos de Witold Sobociński lo que más personalidad otorga al film junto a la dirección de Polanski. Pero aún con todo, la película como ya hemos dicho vista hoy, funciona como un reloj, posee un aire ochentero (apoyado también por las canciones) que le sienta de maravilla además de tener ese envoltorio de cine de ambiente que le da fuerza para que el espectador siga enganchado a la trama como si de un Hitchcock se tratase, Polanski no recrea un París «oficial», recrea su París, un lugar sordido donde la torre Eiffel da malas vibraciones, el director muestra una ciudad de la luz de callejones vacios y oscuros, de casas viejas y sucias, de pubs nocturnos salidos del inframundo y de carteles de neon que distan mucho de la arquitectura habitual que conocemos. Es aquí, en esta construcción propia y fantasmal del entorno junto a la estética 80s, donde ‘Frenético’ renace de su mal recibimiento original para despegar de lo vulgar y situarse no en terreno de lo imprescindible pero si al menos en el de lo disfrutable.