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Reflexiones sobre el fracaso en taquilla de directores consagrados en 2024

El año 2024 ha sido testigo de un fenómeno cinematográfico que ha generado un intenso debate: el fracaso comercial de dos películas dirigidas por figuras emblemáticas de la historia del cine. Por un lado, Kevin Costner, con su ambiciosa epopeya “Horizon: an american saga“, y por otro, Francis Ford Coppola, con la adaptación de “Megalopolis“, han visto cómo sus proyectos, financiados de forma independiente para preservar su visión artística, han sido rechazados por el público en taquilla.

Este hecho resulta sorprendente si consideramos el historial de ambos directores y la reverencia que tradicionalmente se ha tenido en la industria cinematográfica hacia los autores consagrados. En el pasado, cineastas de la talla de Stanley Kubrick, Clint Eastwood o Martin Scorsese siempre han encontrado un público fiel dispuesto a respaldar sus obras, incluso las más experimentales o controvertidas. Sin embargo, en la actualidad, parece que esta dinámica ha cambiado radicalmente.

¿A qué se debe este desinterés del público por las películas de directores con una trayectoria tan sólida? Algunos apuntan a un declive en la cultura cinematográfica, argumentando que el público actual es menos culto y menos exigente, y que prefiere contenidos más ligeros y fácilmente digeribles. Otros culpan a las plataformas de streaming, que han inundado el mercado con una gran cantidad de producciones y han fragmentado la atención del espectador.

Es cierto que el auge de las plataformas de streaming ha transformado radicalmente la forma en que consumimos cine y televisión. La oferta es prácticamente ilimitada, y el espectador tiene a su disposición una gran variedad de géneros y estilos. Sin embargo, ¿es esta la única razón por la que las películas de Costner y Coppola han fracasado?

Es posible que el problema sea más complejo y que involucre una combinación de factores. Por un lado, el cine de autor, con sus narrativas más lentas y reflexivas, puede resultar demasiado exigente para un público acostumbrado a los ritmos frenéticos y las historias sencillas de las producciones comerciales. Por otro lado, la promoción de estas películas ha sido quizás insuficiente, y el público no ha sido lo suficientemente informado sobre sus méritos artísticos, no olvidemos que el hecho de que las revistas escritas hayan desaparecido y por ende la costumbre de leer, ha mermado la capacidad cultural del espectador.

En cualquier caso, el fracaso comercial de “Horizon: an american saga” y “Megalopolis” plantea interrogantes sobre el futuro del cine de autor y sobre el papel de los directores en la industria cinematográfica actual. ¿Es posible que estemos asistiendo al ocaso de una era dorada del cine? Pues es una pena decirlo, pero esta opción podría ser real.

Conclusión

El fracaso en taquilla de las películas de Kevin Costner y Francis Ford Coppola es un hecho que no puede ignorarse. Sin embargo, sería reduccionista atribuirlo únicamente a un supuesto analfabetismo cultural del público actual. Es necesario analizar este fenómeno de manera más profunda y considerar los múltiples factores que pueden haber influido en el resultado.

En última instancia, el futuro del cine dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos a los cambios y encontrar nuevas formas de contar historias que resuenen en el corazón del público pero sobre todo, en su inteligencia.