whos-intro-12

Opening ¿Quién es esa chica?

La secuencia de créditos de ¿Quién es esa chica? (1987), aunque eclipsada por las expectativas mediáticas y comerciales en torno al nombre de Madonna y el nombre de la película, se erige como una obra inusitada en el contexto del cine de los años 80, gracias a su singularidad y a la audaz creatividad de los responsables de su realización. En lugar de optar por un formato convencional de títulos de apertura, el director James Foley y el animador Ric Machin decidieron introducir al espectador en un universo visual que fusiona la irreverencia de su protagonista con una estética que roza lo artístico y lo experimental. La secuencia no solo sirve como una introducción a la trama, sino que, al mismo tiempo, se convierte en una revelación sensorial: una sinfonía visual donde los dibujos, la música y la narración se encuentran en un brillante punto de intersección.

Opening ¿Quién es esa chica?

La estética de la secuencia es, en sus entrañas, una antítesis del orden y la pulcritud de la animación clásica. Como describió el propio Machin, la elección de trabajar con carbonilla para los fondos, combinada con líneas abiertas y de apariencia deliberadamente inacabada, busca transmitir una sensación de movimiento frenético y descontrolado. Las líneas no cerradas, los fondos borrosos y la irregularidad en los contornos son recursos visuales que no solo sirven a la narrativa, sino que se funden con la propia naturaleza del personaje. Nikki Finn, quien en el relato es una mujer en fuga, arrastrada por una narrativa de caos y azar, se ve reflejada en este diseño animado que se deshace en fragmentos. La animación, lejos de la rigidez del dibujo animado tradicional, se presenta como un caos ordenado, una estructura que transita entre lo formal y lo experimental.

El trabajo de los animadores, que incluye nombres como John Canemaker, Doug Frankel, Bill Plympton, entre otros, no es meramente técnico, sino que cada transición, cada cambio de escena, se hace con una cuidadosa atención al detalle, de modo que la secuencia nunca pierde su frescura ni se acomoda en lo predecible. A la hora de crear las transiciones entre los cuadros, Machin decidió evitar las soluciones convencionales como los barridos o disolvencias, buscando en su lugar transiciones únicas que fueran parte intrínseca de la historia que se estaba contando. Cada momento se sostiene como una obra individual, como el instante cuando los ladrones huyen o cuando Madonna, convertida en dibujo, sale del logo de Warner para escapar por las calles de Manhattan. Estos pequeños gestos, fugaces y dinámicos, constituyen una coreografía visual que danza al ritmo de la canción.

Al final, ¿Quién es esa chica? y su secuencia de créditos de animación demuestran que el cine, como forma artística, tiene el poder de trascender los límites de la narrativa tradicional. La secuencia de títulos, con su destreza técnica y su osadía visual, no solo sigue siendo un referente en la historia de los títulos de apertura, sino también un testimonio del poder de la animación como lenguaje cinematográfico.

Opening ¿Quién es esa chica?