‘Noche y día’ vs ‘Operación Koh-I-Noor’ | Hollywood vs Bollywood
El cine de Bollywood es un fenómeno de dimensiones colosales, no solo por la magnitud de su producción anual, que supera con creces a la de Hollywood, sino también por la ambición creciente de elevar la calidad de sus filmes. Si bien la cantidad es un atributo innegable de la industria india, la calidad ha sido tradicionalmente su talón de Aquiles, una realidad que el sector busca revertir de manera inmediata. Para establecer una comparación entre ambos mundos cinematográficos, resulta pertinente analizar dos superproducciones que ejemplifican sus respectivas tradiciones: Noche y día (2010), dirigida por James Mangold y protagonizada por Tom Cruise y Cameron Diaz, y su equivalente bollywoodiense, Operación Koh-I-Noor (2014), de Siddharth Anand, con Hrithik Roshan y Katrina Kaif.
Desde su estreno, Noche y día no gozó de gran aceptación, especialmente en España, donde alimentó la leyenda negra que rodea la relación de Tom Cruise con el país. Al igual que ocurrió en Misión Imposible 2, la representación de España en la película es, cuando menos, cuestionable. Sevilla aparece como un escenario exótico y distorsionado, donde las fiestas de San Fermín, originalmente celebradas en Pamplona, conviven sin lógica con las Fallas de Valencia, generando un pastiche cultural difícil de justificar. Resulta curioso que Jordi Mollà, actor español que encarna al antagonista, no haya intervenido para corregir tales incongruencias.

Sin embargo, más allá de estas licencias creativas, la película ha ganado una revalorización con el tiempo, en gran parte gracias a la mano experta de James Mangold, quien dota al filme de una solidez narrativa y visual indiscutible. Es aquí donde se aprecia una de las diferencias más marcadas entre Hollywood y Bollywood: el nivel de producción. En términos de montaje, iluminación, diseño de producción, sonido e incluso calidad de imagen, la industria estadounidense sigue estando a años luz de la india. Basta con comparar las escenas de interiores para notar una disparidad significativa. Mientras que las secuencias hollywoodienses poseen una textura cinematográfica depurada, algunas escenas de Operación Koh-I-Noor, como la cita en un restaurante entre Hrithik Roshan y Katrina Kaif, evocan más la estética de una serie turca que la de una gran producción cinematográfica.
A nivel de guion, aunque Operación Koh-I-Noor es una adaptación directa de Noche y día, la versión original se muestra superior en el desarrollo de personajes. Si bien la película de Mangold comete errores en la representación geográfica, su tratamiento del romance central es más sólido que el de su contraparte india. La química entre los protagonistas es un aspecto crucial en cualquier narrativa de acción y comedia romántica, y aquí Bollywood ofrece una grata sorpresa: Hrithik Roshan y Katrina Kaif logran una conexión más orgánica y convincente que la pareja Cruise-Diaz. No obstante, cuando se evalúa el carisma individual, Hollywood vuelve a imponerse. Tom Cruise, con su magnetismo inquebrantable, domina cada escena, mientras que Cameron Diaz imprime una energía que Katrina Kaif, pese a su belleza, no logra igualar en términos de expresividad y fuerza interpretativa.

La dirección es otro ámbito en el que la brecha entre ambas cinematografías sigue siendo pronunciada. James Mangold demuestra su maestría en el equilibrio entre acción y comedia, con una puesta en escena precisa y un ritmo narrativo que mantiene el interés del espectador. Aunque Siddharth Anand evidencia un notable talento y bien podría dirigir una superproducción estadounidense, aún se encuentra lejos de la destreza técnica y narrativa de Mangold.
No obstante, hay un terreno en el que Bollywood logra destacar: la acción. En este aspecto, Operación Koh-I-Noor introduce secuencias visualmente más innovadoras que su predecesora estadounidense. A pesar de contar con menos recursos, Bollywood compensa con creatividad y audacia, como demuestra la persecución acuática con jet pack, una escena que supera en originalidad a muchas de las propuestas de Hollywood, donde la planificación de las escenas de acción ha caído en una cierta monotonía, incluso bajo la batuta de cineastas prestigiosos como los hermanos Russo.
En términos generales, la comparativa deja claro que Bollywood aún no puede competir de igual a igual con Hollywood en lo que respecta a nivel de producción, dirección o calidad técnica. Sin embargo, su evolución es innegable. La industria india ha alcanzado un umbral que recuerda a la serie B estadounidense de los años 80, capaz de generar una gran cantidad de películas menores pero también de sorprender con obras que, en ocasiones, pueden rivalizar con las grandes producciones de la época. Con el tiempo y la inversión adecuada, Bollywood podría reducir esta distancia y consolidarse como una alternativa sólida dentro del cine global.