Tanto Lucas como Spielberg han demostrado, repetidamente a lo largo de su carrera cinematográfica, su escaso interés por el sexo y la sensualidad, y el poco aprecio por la caracterización sólida de los personajes femeninos. En el caso de George Lucas, ya en el retrato de la sociedad norteamericana que era American graffiti los que salían en la foto eran sólo hombres. El personaje de Leia en La guerra de las galaxias es una princesa guerrera a la que se debe subordinación y respeto, pero también una secundaria que depende de las heroicidades de sus compañeros masculinos y a la que además apenas se le permite que muestre su sensualidad.
En las películas de Spielberg, pasa otro tanto de lo mismo; los personajes femeninos suelen cumplir una función secundaria, y no salen normalmente muy bien parados (La excepción sería El color púrpura, la película con la que inició sus pasos hacia la respetabilidad intelectual, protagonizada por una mujer víctima de la sociedad y de todos los hombres que pasan por su vida). Las mujeres cumplen sobre todo su rol maternal, dejando de lado su potencial de sexo.
El paradigma de héroe que vive sus aventuras ajeno a las mujeres sería el personaje de tebeo creado por Hergé Tintín, adaptado por Spielberg para la gran pantalla.
No es extraño, entonces, que los personajes interpretados por mujeres en la saga de Indiana Jones sean poco más que esquemáticos; Es curioso ver la evolución de las partenaires del héroe; Si en En busca del Arca Perdida Marion (Karen Allen) empieza siendo una mujer propia del cine de Howard Hawks, capaz de igualar a un hombre en propinar puñetazos y beber ingentes cantidades de alcohol, pronto su actitud cambia radicalmente, convirtiéndose en una mujer permanentemente asustada, que se defiende a sartenazos cumpliendo todos los tópicos de la fémina a la que tiene que salvar el héroe permanentemente. En Indiana Jones y el templo maldito es aún peor; la cantante norteamericana Willie (Kate Capshaw), fiel al modelo del cine clásico de aventuras, se pasa media película vociferando y otra media intentando seducir al protagonista, que se ve imposibilitado para consumar su pasión por los acontecimientos. Quizás el carácter irónico del personaje lo incapacita para el erotismo. La evolución del personaje femenino en la tercera parte de la serie Indiana Jones y la última cruzada es obvia; La doctora Schneider (Alison Doody) es tal como la define Gubern33: “cumple en esta ocasión la función de la nueva Eva sexuada y traidora, de mujer fatal; pero lo interesante de su rol reside en su desplazamiento desde amante del padre a amante del hijo, en un deslizamiento de coloración incestuosa.” Es, sin embargo, una mujer competente profesionalmente, que cumple el papel reservado al también arqueólogo Belloq en En busca del Arca Perdida, alter ego de Indiana, a la que su ambición lleva a la muerte, cuando intenta rescatar del abismo el Santo Grial. La cuarta entrega por motivos obvios queda fuera de cualquier referencia erótica.
Aún así y tras el artículo homenaje a los 35 años de En Busca del Ataca Perdida y por tanto del nacimiento de Indiana Jones, no vamos a dejar pasar la oportunidad de hacer un pequeño Passionatte Cinematte de las 3 mujeres que han pasado por las 4 películas de la saga.
Chicas Jones
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