Luces rojas: Entre el ilusionismo y la percepción

Luces rojas: Entre el ilusionismo y la percepción

El cine de Rodrigo Cortés ha demostrado ser una anomalía estimulante dentro del panorama cinematográfico español. Tras el impacto de Buried (Enterrado) (2010), el director gallego reafirmó su capacidad para construir relatos inmersivos y técnicamente solventes. Con Luces rojas (2012), Cortés se adentra en el mundo del ilusionismo y la parapsicología con una ambición narrativa y visual que, si bien no alcanza la precisión quirúrgica de su anterior filme, expone interesantes reflexiones sobre la percepción de la realidad y los límites del conocimiento humano.

unnamed-6-1024x576 Luces rojas: Entre el ilusionismo y la percepción

La trama sigue a la doctora Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y su ayudante Tom Buckley (Cillian Murphy), un dúo de científicos escépticos dedicados a desenmascarar fraudes paranormales. Su camino se cruza con Simon Silver (Robert De Niro), un legendario mentalista que ha resurgido tras décadas en el olvido. A partir de este punto, la historia se convierte en un juego de sombras donde lo racional y lo sobrenatural se difuminan, y donde la película, en su mejor versión, plantea una dialéctica entre la ciencia y la fe en lo inexplicable.

Desde el punto de vista técnico, Luces rojas exhibe una puesta en escena sólida, con una fotografía que oscila entre el claroscuro y la penumbra, reforzando la sensación de incertidumbre y misterio. Sin embargo, la planificación visual de Cortés, aunque efectiva en términos atmosféricos, se percibe por momentos redundante, con un abuso de movimientos circulares de cámara que pueden restar dinamismo al relato.

image-w1280-1-1024x576 Luces rojas: Entre el ilusionismo y la percepción

El guion, escrito por el propio Cortés, es probablemente el aspecto más controvertido de la película. Si bien plantea cuestiones filosóficas sugerentes, su desarrollo narrativo no siempre alcanza la profundidad que insinúa. En ciertos momentos, la historia parece atrapada en su propio artificio, enredándose en una estructura que no termina de consolidarse con la misma precisión que sus referentes más evidentes, como El truco final (2006) de Christopher Nolan o El sexto sentido (1999) de M. Night Shyamalan. No obstante, esto no significa que el guion carezca de aciertos: su primera mitad es notablemente intrigante y la relación entre los personajes principales se sostiene gracias a la solvencia interpretativa del reparto.

En cuanto a las actuaciones, el elenco internacional de lujo aporta un valor indiscutible al filme. Sigourney Weaver confiere credibilidad y solidez a su personaje, mientras que Cillian Murphy despliega una intensidad contenida que resulta clave para el desenlace. Robert De Niro, por su parte, encarna con aplomo a Simon Silver, aunque su personaje podría haber sido explorado con mayor profundidad.

LIN12.f5935928-eb5f-48a6-aee9-c50891d7dcb4-1024x436 Luces rojas: Entre el ilusionismo y la percepción

Si bien Luces rojas no logra la contundencia de Buried, sigue siendo una obra con méritos suficientes como para destacar dentro del cine de género español. Rodrigo Cortés demuestra, una vez más, que es un cineasta audaz, con una notable pericia técnica y un interés genuino por trascender los convencionalismos narrativos. Aunque el resultado no sea completamente redondo, la película invita a una reflexión interesante sobre la naturaleza de la percepción y el poder de la sugestión, consolidando a su director como una de las voces más inquietas del cine contemporáneo.

«Luces rojas» (2012) tuvo una recepción crítica mixta y un desempeño en taquilla modesto.

En cuanto a la crítica, algunas reseñas destacaron la ambición de Rodrigo Cortés y su capacidad para mantener la intriga, además del sólido elenco encabezado por Cillian Murphy, Sigourney Weaver y Robert De Niro. No obstante, varios críticos señalaron problemas con el desarrollo de la historia y, en particular, con su desenlace, que fue considerado innecesariamente explicativo y anticlimático. Hubo comparaciones con El truco final: El prestigio (Christopher Nolan), aunque con la sensación de que Luces rojas no alcanzaba la misma cohesión narrativa​.

Las críticas de los espectadores también fueron divididas. Algunos la elogiaron como un thriller intrigante con grandes actuaciones y una atmósfera envolvente, mientras que otros la consideraron predecible y con personajes poco creíbles. La actuación de De Niro fue uno de los aspectos más destacados, aunque el guion y el giro final dejaron insatisfechos a varios espectadores​.

En taquilla, la película no logró un gran impacto. Su presupuesto fue de aproximadamente 17 millones de dólares, pero solo recaudó unos 14.4 millones a nivel mundial, lo que la convirtió en un resultado comercial discreto, lejos del éxito que tuvo Buried (2010), el anterior trabajo de Cortés​.

Puede que te hayas perdido