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El rotundo éxito de Aliens, el regreso en 1986 no solo aseguró la continuación de esta icónica saga cinematográfica, sino que también sembró las semillas de una historia compleja y multifacética que, a pesar de los años y los vaivenes de la producción, culminaría en Alien 3. Sin embargo, el camino hacia esta tercera entrega estuvo plagado de dificultades y enredos creativos que, en última instancia, convirtieron la franquicia en un verdadero quebradero de cabeza para sus productores. A lo largo de este proceso, diversas ideas fueron propuestas, pero ninguna logró concretarse plenamente hasta que, finalmente, emergió un germen que daría vida a la película que todos conocemos.

El Legado de Vincent Ward

En 1990, el director neozelandés Vincent Ward, conocido por su singular enfoque visual y narrativo, presentó un guion que se convirtió en un hito dentro del proceso de creación de Alien 3. Junto al escritor John Fasano, Ward formó parte de un equipo de diez guionistas que intentaron capturar la esencia de la saga, pero su versión es, sin duda, la más célebre. En su narrativa, Ward sitúa la acción en un satélite que alberga un monasterio llamado Arceon, construido en su mayor parte de madera y habitado por una orden de monjes que han renunciado a la tecnología moderna. Esta premisa inicial, aunque finalmente fusionada con el concepto de prisión propuesto por David Twohy, proporciona un telón de fondo fascinante que permite explorar temas como la fe, la redención y la lucha entre el avance tecnológico y la espiritualidad.

La trama de Alien 3 de Vincent Ward

La historia comienza en el monasterio de Arceon, donde los monjes, dedicados a la vida de contemplación, se ven envueltos en una serie de eventos extraordinarios. Uno de los monjes, el hermano John, atiende las heridas de otro monje que ha sufrido un accidente. Mientras los demás monjes se dirigen al comedor, él opta por ascender a la biblioteca, un acto que, en un entorno donde la tecnología es un tabú, resulta casi subversivo. En la biblioteca, el hermano John se encuentra con un libro, un privilegio que el Abad le ha concedido, revelando así su curiosidad innata por el conocimiento.

La narrativa se despliega cuando el hermano John observa un cometa que se acerca a la estación espacial, lo que finalmente lleva al descubrimiento de una cápsula de escape que contiene a Ripley, la heroína de las entregas anteriores. Este encuentro establece una conexión fundamental entre los personajes y plantea la premisa del peligro inminente que representa el xenomorfo, así como la lucha de Ripley por advertir a los monjes sobre el peligro que acecha en las sombras.

La Impronta de Vincent Ward en el cine

Vincent Ward se distingue no solo como un director, sino también como un pintor cuya estética visual ha dejado una huella indeleble en el cine de las décadas de 1980 y 1990. Sus obras, como Navigator, una odisea en el tiempo y Más allá de los sueños, destacan por su capacidad para combinar lo visual con lo emocional. Su filmografía, marcada por un enfoque poético y a menudo surrealista, proporciona un contexto fascinante para entender su visión de Alien 3.

El filme Vigil (1984) se erige como la semilla de este ambicioso proyecto, donde se abordan temas de pérdida y redención. Ward utilizó su experiencia para desarrollar un guion que no solo continuaba la historia de Ripley, sino que también exploraba la complejidad de la naturaleza humana y la lucha contra el destino.

La lucha por la supervivencia en Arceon

La intriga se intensifica cuando Ripley, tras despertar de un sueño hibernado, se encuentra rodeada por un entorno ajeno y hostil. Los monjes, guiados por el Abad, desconfían de ella, creyendo que ha traído consigo una maldición en forma de xenomorfo. A medida que los eventos se precipitan, el guion de Ward revela las tensiones entre la fe y la ciencia, así como la resistencia al cambio que caracteriza a la comunidad monástica.

Las secuencias en las que el xenomorfo ataca a los monjes están impregnadas de simbolismo, reflejando no solo la lucha por la supervivencia, sino también la confrontación de los personajes con sus propios miedos y creencias. La complejidad del guion se manifiesta en la relación entre Ripley y el hermano John, cuya evolución se convierte en el eje central de la narrativa, simbolizando la búsqueda de la redención y la lucha contra un destino aparentemente inevitable.

El Legado de Alien 3

Aunque el guion de Ward nunca llegó a ser filmado en su totalidad, su influencia se deja sentir en la versión final de Alien 3, dirigida por David Fincher y estrenada en 1992. Este filme, aclamado por su atmósfera oscura y su enfoque en el sufrimiento humano, fue recibido inicialmente con críticas devastadoras. Sin embargo, con el paso del tiempo, la versión del director ha sido reevaluada y apreciada como una obra singular dentro de la franquicia, destacando el talento de Fincher como narrador visual.

El camino hacia la realización de Alien 3 fue un laberinto de decisiones creativas y conflictos, pero el guion de Vincent Ward, aunque no concretado, sigue siendo un testimonio del potencial narrativo de la saga. Su exploración de temas existenciales, la dualidad entre el hombre y la máquina, y la eterna lucha entre la fe y la razón resuena en las generaciones posteriores de cineastas y en el público que busca más que simple entretenimiento en su experiencia cinematográfica.

En última instancia, Alien 3 no solo representa un capítulo en la historia de la saga, sino que también es un reflejo de las complejas dinámicas del proceso creativo, la lucha por la supervivencia y la búsqueda de significado en un universo vasto y a menudo inhóspito.