Puntuación: ****
Al final el internacional Pedro ha sido el elegido para representar a España. En 2009 Pedro Almodovar compraba los derechos de tres cuentos de la Nobel canadiense Alice Munro. Para el manchego, está autora es “la mejor escritora de relatos en lengua inglesa” y una de sus principales obsesiones desde hace años. Destino, Pronto y Silencio, así se llamaban los relatos, estaban protagonizados por la misma mujer, Juliet. Ahora, esta Juliet se ha convertido en Julieta y es la culpable de que veamos al mejor Almodovar de la última década, al film capaz de hacerle ganar la Palma de Oro de este año y a la pieza que pone la primera piedra de la madurez creativa de la obra de un artista que a partir de ahora, puede considerarse como uno de los grandes clásicos de su generación.
Aunque en un principio se podría pensar que la sobriedad de estilo, personajes y atmósferas de Munro no encajaban demasiado bien en el universo almodovariano. El resultado nos confirma que Almodovar ha llegado a ese estatus de artista crepuscular (como le pasase a Eastwood hace años), capaz de amoldar su genio al fin de la obra, capaz de dominar sus instintos más primarios bajo la inteligencia de la edad y capaz de simplificarlo todo para conseguir alcanzar eso que sólo la mezcla de madurez, genio y naturalidad pueden conseguir.
La Julieta del título es una mujer de mediana edad encarnada con Emma Suárez, que con tres gestos y un temblor en los labios ya da entender que lleva a rastras un trauma más grande que la vida. La actriz está aún mejor que en los buenos tiempos de Medem y sus registros dramáticos le van como anillo al dedo al concepto de melodrama de Almodóvar. La intriga del trauma se empieza a destapar a través de una misiva escrita a una hija no presente, y con las primeras líneas Julieta se transforma en Adriana Ugarte bajo de las manos de Pedro destapa lo mejor de su carrera hasta la fecha.
Julieta es por tanto un punto de inflexión, es una obra que vale más por su futuro que por su presente. Es una pieza de cine que aparecerá en las enciclopedias y que será disfrutada con más pasión por nuestros hijos y nietos que por nosotros. Es un \’Centauros del Desierto\’, un \»Jinete Pálido\», una \»Ventana Indiscreta\». Es la confirmación que Pedro Almodovar ya pertenece al Olimpo de los elegidos y que nos espera lo mejor de un pura sangre que la edad ha conseguido domar.

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