Joker 2: Folie à Deux, la gran esperanza de la cinefilia y el cine

Joker 2: Folie à Deux, la gran esperanza de la cinefilia y el cine

Joker 2: Folie à Deux, la gran esperanza de la cinefilia y el cine

El tráiler de Joker: Folie à Deux es el mejor homenaje al séptimo arte que ha dado el cine comercial actual. Desde el minuto uno donde la luz se muestra como esperanza a la oscuridad, donde los barrotes sirven de metáfora entre razón y realidad, donde Los paraguas de Cherburgo abren con color la puerta al musical o donde un simple trazo rojo pintado en un cristal y acompañado de un suave movimiento de cámara nos ofrece el plano más bello que se ha visto dentro del cine de «superhéroes» sabiendo que esto no es cine de superhéroes. Desde ese minuto uno, solo esperanza es la palabra que mejor define la nueva obra de Todd Phillips.

Todd Philips y Lawrence Sher componen un retazo donde lo serial desaparece para llevarnos de nuevo a lo fundacional, a la semilla de Griffith y Murnau que hicieron que la enorme pantalla que ilumina los rostros de espectadores sentados en fila tengan la única ilusión de ver algo que no pueden ver en el mundo real, y eso es o más bien era el cine y es por eso, que Joker: Folie à Deux no tiene como misión gustar a la crítica o batir record de taquilla, Joker: Folie à Deux tiene como misión conseguir que al menos uno de cada espectador de la sala donde se proyecta, sienta la llamada de lo que se conoce como cinefilia, un estado de interés cultural donde el cine deja de ser lo que se cuenta y se convierte en un como se cuenta, un estado donde no importan las palabras sino lo pigmentos, las formas y los movimientos que la cámara nos ofrece.

Es verdad que captar la atención del público actual en tan solo dos minutos es fácil, y que, un tráiler no siempre es la semilla que aparenta ser pero, la primera entrega ya nos dejó claro a todos que Todd Philips y Lawrence Sher son mucho más que un showrunner actual, son el legado de los Griffith o Murnau ya citados y ellos, junto a los Nolan o Villeneuve de turno tienen la obligación de que el cine no desaparezca como arte, que las nuevas generaciones dejen de ser números y minions y sobre todo, que el contenido que tanto fomenten las plataformas deje de ser contenido para convertirse en cine.