La arquetípica odisea del héroe trágico: John Rambo como símbolo de la lucha y la alienación en la modernidad

Si te aproximas a la frontera de la cuarta década de vida, ese umbral donde la madurez se entrelaza con la nostalgia, probablemente experimentes una súbita oleada de adrenalina al escuchar el nombre de Rambo. Como hemos analizado en ocasiones anteriores, los años ochenta constituyeron un auténtico edén para el cine de acción, una época dorada en la que cada año nos regalaba un sinfín de obras maestras y héroes posmodernos, forjados en la robustez del músculo y el dominio de las armas. De entre todos estos icónicos personajes, emergió como figura suprema un veterano boina verde, cuyo nombre resuena con una fuerza indomable: John… John Rambo.

En 1982, Sylvester Stallone dio vida a un personaje que se convertiría en un icono del cine moderno. Con el estreno de Acorralado (First Blood), Rambo hizo su primera aparición, marcando un antes y un después en la historia del séptimo arte. A partir de ese momento, el género de acción comenzó su transición hacia una nueva era de madurez absoluta, donde la meticulosa planificación y la coreografía cinematográfica en las secuencias de acción se convirtieron en elementos esenciales. El realismo visual y sonoro, llevado a un extremo casi exagerado en dichas secuencias, junto con la glorificación del cuerpo y la musculatura, transformaron películas como Rambo, Terminator y Jungla de Cristal en referentes del género. Estos films no solo redefinieron el cine de acción, sino que también elevaron a los actores que encarnaban a sus protagonistas a la cima del estrellato, convirtiéndolos en las estrellas mejor remuneradas de la historia del cine. Entre todos esos personajes, John Rambo se erige como la piedra angular, el primero y el último de una estirpe que dejó una huella imborrable en la cultura cinematográfica. 

En 2008 habían pasado nada más y nada menos que 26 años desde la primera aparición de John Rambo, veíamos a un personaje más harto y cansado de todo que nunca, entrado en kilos y envejecido, pero con la misma fuerza y carisma que demostró durante su plenitud. El gran dinosaurio había vuelto a la gran pantalla y las salas se llenaron una vez más, muchos jóvenes no conocían el origen de aquel callado y tímido soldado de guerra, desconocían la odisea de su retorno a casa en el 82, o la de su vuelta a la primera línea de guerra en el 85, posiblemente tampoco lo habían visto rescatar a su mentor y único amigo en el 88, pero aún así en un sólo capítulo se dieron cuenta que ese héroe y ese cine era otra cosa, era algo diferente a los héroes infográficos que ellos conocían, esta chanza era algo real y carnal, no hacía falta 3D para fundirse con lo visto en pantalla, la fuerza sonora y la violencia visual junto a la actuación del veterano Stallone, era suficiente para dejar atónitos a los espectadores que en aquel año 2008 se reencontraron con el género estrella de los 80. 

 

Por eso hoy hemos decidido homenajear a este gran y clave personaje que hizo amantes del cine a muchos jóvenes nacidos a finales del siglo XX, un héroe capaz de aguantar el paso del tiempo y encajar perfectamente en dos épocas distintas, un dinosaurio con rostro y mirada cansada pero con músculos y físico de hierro, el primer gran héroe de acción que tras 30 años sigue portando la bandera de número 1, un hombre que en 2008 cerró un círculo abierto en el 82, un círculo fuera de elipsis, metáforas o paralelismos, pero dentro de la emoción que despierta el cine más popular y comercial, gracias John.