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Afirmar cual es la película más bella de Miyazaki es un atrevimiento que no recomiendo hacer a nadie pero, lo que sí tengo claro es que El Castillo Ambulante es posiblemente la película a nivel pictórico que mejor resume el universo de su director.

Que Miyazaki es el mejor pintor de nuestro tiempo es algo que creo muchos tenemos claro y El Castillo Ambulante bien lo demuestra con la sencilla acción de pausar en cualquier momento el filme para darnos cuenta que estamos ante un lienzo disfrazado de película de animación.
Además a nivel narrativo la película deja claro que no es una película al uso sino un cuadro viviente simbolizado quizás por medio del castillo. El color, el cielo, el propio castillo ambulante, los rostros, los demonios negros con sombrero, el espantapájaro, el aprendiz de brujo, el cambio físico continuo de la protagonista, el viento y el tono general visual son la concentración de la obra de un hombre que no es pintor como primer orden por la única razón de nacer bajo el poder del cine.


Cada época ha tenido su pintor de referencia y la nuestra posee a un hombre llamado Miyazaki cuyo mundo es tan bello, único y detallado que bien puede competir con muchas de las grandes obras de la pintura de todos los tiempos.

No voy a decir si El Castillo Ambulante es la más bella o la mejor película de Ghibli y Miyazaki, pero, lo queda claro es que es una película imprescindible y con un valor artístico tan alto que entra dentro de que se puede denominar como obras maestras de la actualidad.