Antes de «Piratas del Caribe»: La trilogía de ciencia ficción de Disney
Antes de que Disney se adentrara en las aguas de la piratería con «Piratas del Caribe», la compañía ya había explorado la temática de los piratas del espacio en su singular trilogía de ciencia ficción que, aunque breve, está impregnada de una notable creatividad y un ligero toque de erotismo. Esta trilogía, compuesta por Atlantis: El imperio perdido, Lilo & Stitch y El Planeta del Tesoro, nos demuestra que Disney ha tenido un vínculo insólito con la ciencia ficción, al menos durante un par de años intensos.
Desde su fundación, Disney ha construido su legado sobre la base de cuentos de hadas, princesas y adorables animales. Con el estreno de Blancanieves y los siete enanitos en 1937, la compañía comenzó una exitosa trayectoria que, durante tres décadas, mantuvo al público cautivado con un desfile continuo de clásicos que cosechaban aplausos unánimes en taquilla. Sin embargo, la llegada de los años 70 y 80 marcó una época difícil para Disney, que luchaba por encontrar su lugar en un panorama cinematográfico cambiante. Esta situación dio un giro radical en 1989 con el lanzamiento de La Sirenita, un hito que revitalizó la compañía, dándole una nueva vida en el mercado con éxitos como La bella y la bestia, Aladino y El rey león. No obstante, este resurgimiento fue efímero, ya que en el año 2000, con el estreno de tres nuevas producciones animadas (Fantasía 2000, Dinosaurios y El emperador y sus locuras), Disney enfrentó nuevamente el fracaso comercial, lo que llevó a sus directivos a reconsiderar su enfoque.
Así fue como, al amanecer del siglo XXI, y en medio del resurgimiento de la ciencia ficción en la cultura popular, con franquicias como Star Wars y Matrix ganando terreno, Disney decidió que el nuevo milenio debía centrarse menos en cuentos de hadas y más en la ciencia ficción, un género del cual siempre había estado algo distante pero que ahora se presentaba como una oportunidad invaluable para la compañía.
Atlantis: El imperio perdido (2001)
La primera entrega de esta trilogía, Atlantis: El imperio perdido, contó con el talento de Josh Whedon, conocido por su trabajo en Los Vengadores y Firefly, quien fue invitado a redactar el guion. La película se presentó como una ambiciosa aventura animada que fusionaba elementos clásicos con una narrativa de ciencia ficción poco convencional dentro del canon de Disney. Sin embargo, el resultado no alcanzó las expectativas, siendo recibida de manera tibia tanto por la crítica como por el público. Disney había optado por una estética audaz y artística, similar a la de Hércules o Mulán, pero Atlantis eligió un diseño peculiar que mezclaba estilos de diferentes épocas, lo que generó una desconexión con la audiencia.
Hoy en día, Atlantis se contempla como una obra curiosa e interesante, y cuenta con una secuela directa lanzada en formato de video que sigue alimentando el mito de esta película atípica. Es particularmente notable cómo la multitud de personajes y su compleja estructura narrativa hicieron que el protagonista, Milo, quedara algo desdibujado en su papel. Un año después, la narrativa se enfocó de manera más efectiva en otro personaje principal, Lilo.
Cabe mencionar que Atlantis es considerada por muchos como la película más erótica de Disney, un aspecto que contribuye a su peculiaridad dentro de la filmografía de la compañía.
Lilo & Stitch (2002)
En contraste con la ambigüedad de Atlantis, Lilo & Stitch se erige como la entrega más exitosa de la trilogía. Ambientada en un planeta distante, la historia inicia con la llegada de extraterrestres que parecen ser los protagonistas. Sin embargo, la narrativa rápidamente se centra en la vida cotidiana de una niña en la Tierra, estableciendo un equilibrio entre lo cósmico y lo mundano. La película se convirtió en un gran éxito comercial, generando no solo una secuela directa, sino también una serie televisiva que solidificó la popularidad de sus personajes.
El film se distingue por su tono humorístico y su estilo visual único, que lo sitúa en un lugar especial dentro de la vasta colección de obras de Disney. Aunque no se considera una de las mejores películas animadas de la compañía, Lilo & Stitch ha perdurado como una obra distintiva y entrañable.
El Planeta del Tesoro (2002)
La trilogía se cierra con El Planeta del Tesoro, una audaz adaptación de la clásica novela de Robert Louis Stevenson, La isla del tesoro. En este filme, Disney optó por trasladar la historia a un contexto espacial, donde los barcos se convierten en naves espaciales y las tormentas marítimas en protuberancias solares. A pesar de su impecable factura técnica y su originalidad, El Planeta del Tesoro no fue bien recibido, tanto por la crítica como por el público, lo que dejó a la película como otro de los fracasos en la historia de Disney.
Sin embargo, hoy en día, el filme se aprecia por su calidad visual y su innovadora narrativa, convirtiéndose en una de las obras más bellas de la compañía en términos de animación.
Un Epílogo Espacial
Así concluye este fascinante recorrido por una trilogía de ciencia ficción que marcó el casi fin de la era de la animación clásica en lápiz de Disney, que pronto sería reemplazada por la animación por computadora (CGI), la cual ha dominado el panorama hasta el día de hoy. A pesar de su fracaso comercial y crítico en su momento, esta singular trilogía de ciencia ficción de Disney ofrece un interesante ejercicio de revisión y reflexión, y constituye un disfrute particular para todos aquellos amantes de lo diferente y de las innovadoras exploraciones en la animación. La colección de naves espaciales y aventuras intergalácticas sirve como un recordatorio de que Disney, en su búsqueda constante por innovar, también se adentró en territorios inesperados, dejando un legado que vale la pena redescubrir.