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Justo a mitad de filme, los protagonistas tienen que huir de lugar ubicado en Valencia (Comunidad Valenciana). El lugar está lleno de españoles que hablan en perfecto latino. Además, en dicha escena nuestros protagonistas de nuevo, salen por accidente al centro del coso taurino de la plaza de toros de Valencia, la cual en un plano cenital se ve que está ubicada en una ciudad llena de casas blancas de pueblo, más propias de Nuevo México, que de Valencia, España. Para colmo el propio Dwaney Johnson debe enfrentarse a un toro totalmente digital más cercano a un cgi de PlayStation 1 que a un cgi de blockbuster actual. Esta secuencia resume de forma perfecta lo que es Alerta Roja. Una chorrada más de Netflix que entretiene gracias al carisma de sus tres actores protagonistas pero que está muy lejos de ser un producto de calidad. Por suerte Ryan Reynolds que está en absoluto estado de gracia, es suficiente para que estemos deseosos de ver ya una segunda entrega.

Gadot y su bikini en Alerta Roja