Es una obra única, anclada fílmicamente a su época pero viva en la actualidad. Es una obra imposible de repetir, de filmar y de crear a día de hoy. Es por lo tanto una pieza singular, un tesoro tal que sólo hay uno en el mundo. El Salario del miedo es una de esas películas que todavía no sabes como se consiguió.
El formato 4:3 para encerrar a sus personajes no sólo en su historia sino en la misma pantalla. Un blanco y negro que pinta la pobreza, la miseria, el dolor y el miedo como no podría recrearse con el color y unas actuaciones tan extremas y redondas que se me hace imposible poder ver sus replicas del siglo XXI, por mucho que lo haya intentado Netflix.
La dirección y la puesta en escena junto a lo atrevido de su historia no solo no podría filmarse tal cual en el presente, sino que incluso en muy difícil que incluso se pueda ver en el prime time actual a no ser que sea readaptada. La censura actual no es capaz de dejar en libertad lo que dejo hace 60 años y esto todavía la hace más imprescindible para nosotros.
REALISMO EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN ARTÍSTICA
Narra la historia de un grupo de desplazados de todo tipo, que se refugian en una pequeña localidad sudamericana, repleta de delincuentes y prófugos, a la espera de encontrar trabajo en una empresa norteamericana que explota un campo de pozos petrolíferos. El incendio de uno de ellos obliga a la empresa a planear una operación destinada a sofocar el incendio mediante la activación de una carga de nitroglicerina que mueva una masa suficiente de tierra para ahogar el fuego. El explosivo está disponible en unos almacenes situados a gran distancia del lugar del siniestro. Para realizar el transporte, convocan a los voluntarios del lugar dispuestos a asumir los enormes riesgos de la misión. Entre los que se presentan eligen a los cuatro que de modo más patente carecen de familia, amigos y relaciones. El viaje, lleno de incidencias (curvas impracticables, desprendimientos que bloquean la carretera, vertidos de petróleo que impiden el paso de vehículos, etc.), se convierte en una odisea de suspense que sumerge al espectador en una pesadilla de incertidumbre, tensión y angustia. La conversación entre las dos parejas de conductores desvela progresivamente la profundidad de las heridas personales, el miedo que soportan, la soledad que padecen, la tragedia de sus historias y la desesperación en la que viven. La combinación de las penurias del viaje y el desarraigo de los personajes crea un clima terrible, de intensidad y sinceridad inimaginables.
La fotografía, de un realismo desgarrado y directo, alcanza cotas magistrales de expresividad. La música, de Georges Auric, aporta un crescendo sobrecogedor que intensifica las sensaciones de horror y compasión. Las interpretaciones de Yves Montand y Charles Vanel son soberbias.
Cuando hoy día uno ve como a películas como Nomadland le caen los premios de forma totalmente premeditada y sin ningún tipo de rigor fílmico, solo puede ponerse una películas como El Salario del miedo para ver que debe ser no solo una roda movie, sino una movie de verdad. Si uno quiere silencios en cine no debe hacer que suenen, debe silenciarlos de verdad como bien hace Henri-Georges Clouzot en esta obra maestra del cine.
10 Fascinantes Datos sobre ‘El salario del miedo’, una Obra Maestra del Cine
- Debut en 1953: Hace más de siete décadas que se estrenó ‘El salario del miedo’, y sigue siendo una experiencia cinematográfica intensa y emocionante.
- Basada en la Novela de Georges Arnaud: La película está basada en la brillante novela de Georges Arnaud, que proporciona una sólida base para el drama que se desarrolla en la pantalla.
- Dirigida por H.G. Clouzot: Bajo la dirección del maestro H.G. Clouzot, la película se convierte en un tour de force cinematográfico que cautiva y emociona en cada momento.
- Destacada Interpretación de Yves Montand: Yves Montand ofrece una interpretación memorable que eleva aún más el prestigio de la película, contribuyendo a su estatus de obra maestra.
- Reconocimientos Prestigiosos: La película fue galardonada con el Oso de Oro en el Festival de Berlín, la Palma de Oro en Cannes y el Bafta a la Mejor Película, consolidando su estatus como una obra incomparable.
- Cine en Movimiento Constante: ‘El salario del miedo’ es una obra cinematográfica en constante movimiento, tanto en su narrativa interna como en sus imágenes, creando una experiencia visceral para el espectador.
- Impacto Duradero: A pesar del paso del tiempo, la película sigue resonando con su poderoso impacto emocional, manteniendo su lugar como una de las películas más influyentes de todos los tiempos.
- Legado Permanente: El legado de ‘El salario del miedo’ continúa creciendo con el tiempo, atrayendo a nuevas generaciones de espectadores que quedan cautivados por su brillantez cinematográfica.
- Exploración de Temas Profundos: La película aborda temas profundos como el miedo, la desesperación y la lucha por la supervivencia, ofreciendo una reflexión duradera sobre la condición humana.
- Una Experiencia Inolvidable: En resumen, ‘El salario del miedo’ sigue siendo una experiencia cinematográfica inolvidable que cautiva, emociona y deja una marca indeleble en todos los que la experimentan.
UN BUEN REMAKE
En 1977 todavía se podía intentar crear un remake de aquella desgarradora historia solo que sin la fuerza y honestidad que en su fecha original. Y se consiguió crear un secuela con dignidad llamada Carga maldita.
La película está magníficamente ambientada, interpretada, fotografiada, su banda sonora y porque no decirlo contada (que se entiende perfectamente).
Se nota también el asesoramiento que el propio H G Clouzot, le brindo y que él mismo fué el que sugeriría el cambio en el final de la historia. De hecho, la película Friedkin se la dedicó a él.