Siglo XIV. Fray Guillermo de Baskerville (Sean Connery), monje franciscano y antiguo inquisidor, y su inseparable discípulo, el novicio Adso de Melk (Christian Slater), visitan una abadía benedictina, situada en el norte de Italia, para esclarecer la muerte del joven miniaturista Adelmo de Otranto. Durante su estancia, desaparecen misteriosamente otros monjes que después aparecen muertos.
Premios
1987: 2 Premios BAFTA: Mejor actor (Sean Connery) y maquillaje
1986: Premios César: Mejor película extranjera
1986: Premios David di Donatello: 5 premios, incluyendo a mejor fotografía
1987: 3 premios del Cine Alemán, incluyendo Mejor actor (Sean Connery)
Jean-Jacques Annaud es uno de los mejores directores vivos a nivel mundial, autor de unas cuantas películas francamente interesantes, al que su excentricidad y algunos patinazos a la hora de elegir proyectos siguen manteniendo en una segunda fila inmerecida. Su mayor éxito internacional (y su mejor obra) es esta excelente adaptación de la magnífica novela de Umberto Eco, que supuso, en su día, la recuperación de ese gran actor que es Sean Connery, que llevaba en ese momento una década hundido en producciones de nula o escasa calidad.
Sustentada en un guión prodigioso que sigue con fidelidad la parte más comercial de la novela, la cinta se beneficia además de una extraordinaria fotografía y de una maravillosa banda sonora de Horner, aquí absolutamente inspirado, amén de una exquisita ambientación, impactante y muy cuidada. En el terreno interpretativo es difícil destacar a alguien, dado el gran nivel al que brilla todo el elenco, pero es imposible olvidarse del fantástico Salvatore que encarna el siempre solvente Ron Perlman (y a mí, particularmente, también me es muy difícil olvidar a Valentina Vargas, como a Adso).
En la mayoría de los casos, una película no está a la altura del libro en el que se basa su realización, pero esto no ocurre con «El nombre de la rosa» y sin duda, estamos ante un trabajo magistral por parte de todos sus protagonistas.
Porque la dirección es magnífica, la caracterización de los personajes y del entorno impresionante, la adaptación de la obra de Umberto Eco más que correcta y las interpretaciones de los actores memorables, entre las que destaca el gran trabajo realizado por Sean Connery.
Así que para todos los amantes de esta gran novela, entre los que me incluyo, creo que esta película no les decepcionará y les permitirá volver a recordar una gran historia. Pues eso es sin duda «El nombre de la rosa», una grandísima historia llena de intriga, de diálogos increíbles, de enseñanzas para cualquier época, etc.
Y por si fuera poco, narra el triunfo de la razón y del intelectualismo, sobre el fanatismo, la ignorancia y el oscurantismo, por lo que nos deja una moraleja que siempre es de agradecer.