En 1981 Indiana Jones llegaba a las salas bajo el título de ‘En Busca del Arca Perdida’, desde ese fin de semana, el arqueólogo paso a ser una leyenda mundial, todos los jóvenes del mundo y los no tan jóvenes, disfrutaban en modo comunidad de la gran aventura que pudieron disfrutar en el cine. Eran los comienzos de la táctica «secuelas», ‘El Imperio Contraataca’ había creado escuela y todo el mundo pedía a gritos una segunda entrega del profesor aventurero y no tardó en llegar, tres años hubo que esperar y el mundo se tambaleó. Los patios de las escuelas, de los institutos, los balcones ahumados (de tabaco) de las oficinas y las mismas calles, celebraban como una fiesta las carreras de vagonetas. Cinco años hubo que esperar para que la única franquicia capaz de hacer algo de sombra a ‘Star Wars’, llegase de nuevo a las salas y fue la última cruzada de Indi la que dejó triste al planeta sabiendo que el héroe se despedía de todos nosotros.
Pero tras 20 años de espera, Indiana Jones volvió a decorar las marquesinas de los autobuses, las vidrieras de los cines y los estantes de los kioskos. La leyenda volvía y el mundo de nuevo se unía para celebrar el regreso del mayor aventurero que jamás ha dado el cine.
Ahora en cambio, 15 años después, Indiana vuelve a las salas pero, no es un viernes especial como si lo fueron aquellos viernes de estreno de 1981, 85, 89 y 2008, ahora estamos ante un viernes más donde unos están hablando del estreno de la tercera teporada de The Witcher, otros de un nuevo partido de la Kings League de Ibai, otros están en el gimnasio sacando lustre a sus biceps y otros se prueban skins en Fortnite. El mundo ha dejado de ser una comunidad, ni siquiera Indiana Jones es capaz de unirnos, de volver a sentirnos todos juntos y de forma natural miembros de una misma comuna.
Estamos en tiempos de redes sociales, en tiempos de whatsapp, pero esto no ha favorecido la unión sino la desunión. Todos buscan ser tendecia a base de artificios y Henry Jones Jr. no va a participar de eso. El siempre nos unió de forma natural, sin artificios, sin tretas, lo hizo porque era el mejor y ofrecía lo mejor. Esta noche en cambio las sillas y barras de los bares no escucharán conversaciones sobre la nueva película de Indiana. Y si nos hemos cargado esto, nos hemos cargado todo cinematográficamente hablando.
Me voy a una vacia sala a ver sin sentir al héroe de mi infancia.