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Crítica El Hobbit: un viaje inesperado

Bilbo un ser pequeño y hogareño de una etnia denominada hobbits, es visitado por Gandalf el Gris con el propósito de ayudar a una tropa de enanos liderados por Thorin a recuperar un tesoro que guarda un dragón llamado Smaug.
Tolkien escribió esta obra a partir de 1930 como regalo para sus hijos, y se nota mucho, con un argumento aparentemente sencillo e infantil que esconde un ritmo ágil pero relajado, repleto de aventuras pero también de adjetivos y de innecesarias descripciones, se nos muestran las andanzas de Bilbo con los enanos hacia la Montaña Solitaria y la primera incursión importante en la Tierra media.
El libro nunca fue una obra importante, sino una curiosidad que los lectores de la trilogía de El señor de los anillos solían visitar cuando sus cuerpos estaban impregnados de historias y leyendas sobre la Tierra Media, aún así la obra siempre fue difícil de degustar, incluso para los más fervientes admiradores de la obra de Tolkien. Y este es el mayor reto y lastre que posee la nueva adaptación cinematográfica, sólo que según presuponemos multiplicado por tres. El Hobbit era un libro con demasiado relleno, al menos para ser adaptado a cine a modo de entretenimiento juvenil, aún así creemos que daba perfectamente para un buen film de tres horas, eso sí, para tres lo vemos más difícil y eso es lo primero que notamos al ver ‘Un viaje inesperado’. Sí en ‘La comunidad del anillos notamos que tres horas se quedaban cortas para contar la magnitud del libro (sino que se lo digan a Tom Bombadil) en esta primera parte de la nueva trilogía notamos que lo que sobran son minutos de relleno, algo demasiado lastroso para un blockbuster.

Pero por supuesto que nadie se espante ya que no es un lastre tan grande para cargarse esta primera parte, ni por supuesto la trilogía, ya que por suerte tenemos a Peter Jackson detrás de las cámaras y eso ayuda a suavizar los tiempos de vacío. La grandilocuencia, las panorámicas, las tomas aéreas y el acompañamiento sonoro consiguen que aún en los momentos de vacío argumental el espectador se sienta confortado gracias a la puesta en escena y a la propia recreación del mundo de Tolkien; decorados, paisajes, vestuarios, criaturas y en definitiva toda la parte visual del film es una vez más magistral. A todo esto tenemos que sumarle la presencia de los nuevos actores, sobre todo dos, Martin Freeman como Bilbo y Richard Armitage como Thorin, por supuesto decir los clásicos no fallan, Mckellen, Blanchet y demás sorpresas están una vez más a la altura de su cache.

Por lo tanto realizar un análisis más profundo de esta obra nos parece un ejercicio inútil, más que nada al estar esta crítica enfocada a los conocedores de la primera trilogía, que son todos nuestros lectores, ya que podemos decir de forma fácil de entender, que estamos ante un calco de las tres primeras obras, sólo que sin la intensidad dramática y argumental que poseían como base ‘La comunidad del anillo’, ‘Las dos torres’ y ‘El retorno del rey’, o lo que es lo mismo, este primer ‘El Hobbit’ es un pelín inferior a los tres trabajos anteriores, pero al tener el mismo equipo detrás del proyecto seguiremos contando con la magnífica puesta visual habitual del director neozelandés.

Por eso creemos que Guillermo del Toro hubiese sido una mejor opción para este primer capítulo, ya que nos hubiésemos encontrado ante algo nuevo y no ante más de lo mismo pero con peor base literaria.
Por lo tanto decir que como amantes de la primera trilogía nosotros ya somos amantes de este primer capítulo de ‘El hobbit’ y sólo queremos ver ya la segunda parte, pero también debemos decir que de los cuatro blockbuster de autor que nos llegaban este año: Prometheus, La leyenda Renace, Skyfall y The Hobbit, esta última nos ha parecido la peor.