El cine sigue siendo imagen y la crítica no se da cuenta | Por Jose Luis Alcaine

El cine sigue siendo imagen y la crítica no se da cuenta | Por Jose Luis Alcaine

Artículo procendente de la sección de cultura del Diario Información de Alicante

José Luis Alcaine: «Dirigir al espectador hace que a los 15 minutos se olvide de la película»
El director de fotografía ha protagonizado la inauguración del Campus La Inmortal en la Filmoteca de Zaragoza con un clase magistral

José Luis Alcaine tiene en su haber cinco Goyas a la mejor dirección de fotografía y ha trabajado con directores como Bigas Luna, Vicente Aranda, Fernando Fernán Gómez o Pedro Almodóvar en sus más de 150 películas. El director de fotografía ha protagonizado este martes la inauguración del Campus La Inmortal en la Filmoteca de Zaragoza con un clase magistral.

-Si algo ha marcado su trayectoria es la defensa de la luz natural en la fotografía, poco intervenida.

El espectador se encuentra a gusto cuando lo está en algo reconocible y entonces si cuentas la historia aceptablemente, con una luz que más o menos puede existir en la realidad, se integra mejor en lo que está viendo. Además de eso, hay otra característica que creo que es importante en el cine que es el tiempo, el paso del tiempo, dar a través de la fotografía el paso del tiempo en la pantalla para que se vaya ubicando el espectador. El tiempo forma parte de nuestra vida y eso parece ser que de alguna manera se olvida en la fotografía de cine de todo el mundo, nos olvidamos que la vida es sobre todo el paso del tiempo.

-Confiéseme, ahora ya no creo, ¿pero cuánto esfuerzo le ha costado hacer valer sus ideas?_

Los directores aceptan mis ideas, están muy abiertos, y eso es porque normalmente si te llaman saben de alguna manera cómo uno se enfrenta con la luz, con los encuadres y este tipo de cosas. El director no tiene tiempo en el rodaje de que haya una comunicación muy fluida con el director de fotografía o con los otros miembros del equipo porque está absorbido generalmente por los actores y su labor. En ese juego, es muy difícil que preste demasiada atención a la dirección de fotografía.

«‘Ciudadano Kane’ puedes volver a verla varias veces porque siempre descubres algo»
-¿No hablan en el rodaje?

¿Sabes?Ahora hay una gran ventaja, tenemos monitores en el rodaje que dan la imagen que estamos rodando, eso no ocurría hace 30 años. No se sabía cómo iba a quedar lo que estábamos rodando hasta que no se veía en proyección dos o tres días más tarde. Ese misterio de cómo iba a quedar esto solo lo sabía el director de fotografía porque ni siquiera el director sabía cómo iba a quedar la imagen. Eso llevó al cambio que supuso la nouvelle vague. Para tener un mayor control de la imagen instituyeron que el director de fotografía también llevara la cámara. Hasta entonces, se dedicaba a la luz, actores y decorados y el operador de cámara se dedicaba solo a manipular la cámara, a encuadrarla y corregir. Querían cambiar el cine para ir a interiores naturales, un concepto nuevo. Nadie habla de ello pero los interiores naturales no aparecen en el neorrealismo. El cambio apareció con la nouvelle vague que fueron a interiores naturales y eso cambió la fotografía porque los directores de fotografía estaban acostumbrados al estudio y tuvo que haber una nueva hornada que se hiciesen en interiores naturales. Eso cambió la fotografía y su concepto.

-¿Fue un cambio positivo?

Se unieron la figura del director de fotografía y el operador. Pero ahora, el hecho de rodar en digital con esos grandes monitores, hace que todo el mundo vea lo que se está haciendo y no es necesario ir a verlo en proyección en tres días. El control y el encuadre se hace sobre monitores ya. El hecho de llevar la cámara es solo por una razón creativa, pero el que lleva la cámara y que hace la fotografía al mismo tiempo se inclina por una cosa u otra porque las dos cosas son muy distintas, apuestas o por la luz o a llevar la cámara, y eso no es demasiado bueno.


-¿Cuánto influye la dirección de fotografía en el éxito de una película?

La fotografía, su dirección y la creación de la imagen de la fotografía creo que influyen muchísimo, pero que no se les hace casi ningún caso. Se considera que la fotografía es para hacer bella una historia y no. Yo creo que la fotografía, el encuadre, la cámara, la luz y el diafragma tienen que ver con los resultados de la película y en cómo se incorpora el público a la película. Por una serie de circunstancias, el cine tiene una influencia ahora de las plataformas y las series porque, al fin y al cabo, somos los mismos los que hacemos una cosa y otras salvo algunos privilegiados como Almodóvar que no hace nada de series. No es lo mismo trabajar para una pantalla grande que para una más pequeña. En los últimos 30 años se ha descubierto una cosa que viene de la publicidad y que luego se ha trasplantado a las series. Ha habido una dirección de la mirada del espectador para seguir unas historias de una cierta forma, dándole el foco solo a lo que el director y al director de fotografía quiere que el espectador mire.

«Habría que lograr hacer las críticas con imágenes, el cine sigue siendo imagen»
-¿Cómo se hace eso?

Para eso descubrieron que abriendo mucho el diafragma y teniendo a un personaje a foco seguías a ese personaje. ¿Cuál es el problema? Que eso da una especie de planitud a la pantalla enorme, no hay relieve casi. Hace que el espectador no se integre en la visión porque si tú das una imagen en pantalla en que la mayor parte esté a foco, el espectador puede coger dónde mirar e involucrarse con la historia, y de alguna manera que la película que está viendo le deje huella. Considero que el cine actual, no Scorsese, no Almodóvar, Eastwood, está muy influido por eso que contaba de dirigir al espectador pero la dirección del espectador hace que este cuando termine la película se levante y diga, bueno, es otra película más y al cuarto de hora se olvida de ella. Eso es porque no ha participado, es muy importante que esto suceda y eso está en la labor del director de fotografía y lo tiene que discutir con el director y que consigan la participación del espectador y eso se consigue a través del diafragma, de una profundidad de campo en la que no esté puesta la escena planamente donde escoge el director.

-Parece que es un tema que tiene muy estudiado.

Todo viene de unas reflexiones que hice en la pandemia viendo todas las películas antiguas que a mí me habían hecho amar al cine. Yo me decía ‘¿por qué no me cansan estas películas? Si esto ocurre tiene que ver con mi oficio’. Fijándome en ellas me di cuenta de que todas las películas que me habían impresionado de joven tenían una gran profundidad de foco. El ejemplo por excelencia es Ciudadano Kane, no te cansas de verla porque siempre hay algo que descubres, hay tanta información que puedes volver a verla varias veces y eso no pasa con el cine actual.

«La fotografía influye mucho en el éxito de una película pero no se le hace casi ningún caso»
¿Por qué cree que ahora eso ha cambiado?

El sistema del cine actual lleva muchas cámaras para el rodaje. Si tú ruedas con cuatro cámaras hay una que es el plano general y luego en los extremos del campo libre que deja la central, pones las otras cámaras que captan planos de diferentes personajes. Hay un plano general y luego primeros planos por todas partes, no hay un juego de uno a otro y entonces aparece el uso y el abuso del teleobjetivo y el diafragma muy abierto. Es decir, hay un personaje y todo lo demás está desenfocadísimo. Pero, ¿qué pasa?_Que esa forma de contar y rodar es barata, se rueda así porque a producción le parece estupendo porque eso significa mucho ahorro y se tiene el supuesto material para la película. ¿El problema? Que está mal contada.

-¿Cree que el descenso de público tiene que ver con todo esto que explica?

Estoy convencido de que sí. La crítica que no ve estos problemas de los que hablo. De siempre, la crítica tiene un gran problema, explicar con escritura la imagen, y eso es un problema clarísimo. No mira tanto la forma sino el fondo, la historia. Y la historia camina a base de planos pero no integra al espectador, lo rechaza. Y eso es lo que tendríamos que conseguir cambiar. Hay un cine que funciona, el de los superhéroes. A mí me aburre, pero esas películas tienen una particularidad, como están creadas artificialmente con fondos espléndidos, tienen foco y la gente ve la película de otra forma. Es el único género que tiene foco y es el que tiene éxito.

-Cada vez hay menos público joven, ¿cómo conseguimos que vuelva a las salas?

Habría que lograr que las críticas se hicieran con imágenes, que se pueden hacer en las webs para estudiar la forma en qué se está haciendo el cine. Habría que hacer algo de eso, porque el cine sigue siendo imagen. En ese sentido, creo que el gran cine que yo he visto en los últimos 70 años viene creado con gente que se había criado en el cine mudo. Ahí lo importante era la imagen porque el espectador no tenía otra referencia. No había sonido y eso se nota.