Pulsaciones no es una serie típica de Antena 3. Es una serie muy rara, con argumento de historia americana. Una serie que no encaja en la televisión generalista de nuestro país y quizás es por esto, que con tan sólo dos capítulos esté decayendo. Pulsaciones es difícil, complicada y tal vez se ha pasado de rosca a la hora de exigir demasiado a los espectadores. Pero con todos estas pegas, Pulsaciones es una serie atrevida, necesaria para que nuestra industria mejore y madure aunque eso, sí, más propia de un catálogo de Netflix o HBO que de la televisión nacional habitual.
La serie es una apuesta arriesgada tanto por su temática como por sus escenas adultas subidas de tono. Para ello no han escatimado en actrices de renombre ya que podemos ver desnudos atrevidos de estrellas nacionales como Leonor Watling o Ingrid Rubio. A estas y en apenas tres episodios, ya se han unido gente como Meritxell Calvo.
La serie concentra la idea de que el corazón tiene memoria y, por tanto, un trasplante puede trasladar los recuerdos del difunto al receptor del mismo. Con esta premisa nos lleva a conocer a Alejandro Puga, uno de los mejores neurocirujanos del hospital. Tras sufrir un grave infarto, el médico recibirá el corazón trasplantado de Rodrigo, un periodista reconocido. El problema llegará cuando Álex empiece a visionar una serie de recuerdos que no le habían ocurrido nunca. Poco a poco, el médico descubrirá que se esconde un gran misterio en la muerte de su donante, por lo que decidirá encontrar la verdad. Para ello, se unirá a Lara, amiga y compañera del fallecido periodista.
La serie nos tiene con las pulsaciones al máximo, nunca mejor dicho. A medida que la serie avanza nos va presentando más escenarios en los que va a desarrollarse la trama…Y uno de ellos es sobre todo el que empieza a inquietar a nuestro protagonista. Rodrigo, su donante, fue asesinado y los recuerdos de éste empiezan a aparecer en Álex con tanta claridad que los siente como los suyos propios.
Como todo producto neonato, vemos que tiene puntos fuertes y débiles respecto a otras series nacionales. El elenco por ejemplo es sobresaliente, todo un acierto. El talento de Leonor Watling se ve muy poco en pantalla. Junto a ella, Pablo Derqui y Juan Diego Botto ofrecen interpretaciones igualmente destacables. El problema viene quizás cuando el hecho de ser un producto patrio hace que nos pongamos ante con una visión realista de los hecho, como ante un Hospital Central donde deben ocurrir cosas cotidianas. Pero, la cosa no va de eso. aquí estamos totalmente ante una propuesta fantástica, una propuesta que si viniese de USA sería totalmente aceptable.
Además el estar en su primera temporada, nos exige ser pacientes. Darle tiempo. Es lenta. Empieza a ponerse interesante en el tercer episodio, por tanto hay que esperar. De hecho ocurre muchas veces con las historias americanas y se lo pueden permitir. Pero en España se pone un poco más complicado.
Erogramas al desnudo
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