Cuando uno ve ‘Trol’ enseguida se da cuenta que Hollywood empieza a tene problemas serios que ahora vamos a explicar.
Abaratar los FX mediante el cgi le ha venido bien a la industria norteamericana (o más bien a los inversores) durante los últimos para sacar mayor rentabilidad económica pero, lo que quizás no habían calculado bien es que la competencia en su terreno privado de caza como era el blockbuster, iba a empezar a aparecer. Y es que, cuando uno ve esta nueva película Noruega, se da cuenta que en términos de producción visual y efectos especiales, nada tiene que envidiar a cualquier producción Hollywood, es más, supera incluso a mucho de las producciones gordas habituales de los grandes estudios así que solo puede ocurrir una cosa, que Hollywood y el resto del mundo empiecen a competir únicamente en el terreno de la calidad fílmica y no en el de la técnica.
Y esto ocurre con ‘Trol’, que en términos fílmicos es mejor que la mayoría de las últimas cintas blockbuster que vienen de Hollywood. ‘Trol’ no llega a esa última joya que fue ‘Kong y la isla de la Calavera’, pero si es mejor que el resto de películas de monstruos o al menos iguala a las mejores y supera al resto. La cinta dirigida por Roar Uthaug presenta el resurgir de una criatura gigantesca que, tras ser despertada de su letargo milenario, comienza a sembrar el caos y amenaza con convertir Oslo, la capital noruega, en una exposición de arte catastrofista. La película original de Netflix ya apuntaba maneras con su tráiler, que debutó hace unos meses y generó bastante atención en redes sociales.
En cuatro días, Trol ha acumulado 75,8 millones de horas de visionado, algo que la convierte en la película más vista de la semana en la plataforma aunque que para nosotros eso significa «mierda», porque calcular el éxito de una película por las horas vistas es igual a «mierda», no olvidemos que las cifras de taquilla certifican gente que está viendo realmente el filme mientras que horas de visionado cuanta todo tipo de horas, ya sea gente viendo el filme o gente planchando con la película de fondo.
Fuera de esta historia corrobar que la película es un acierto de Netflix, una producción europea con un acabado técnico de alabar y un acercamiento al género de monstruos gigantes más personal que el habitual basado en el estilo japonés. ‘Trol’ es divertida, emocionante, bucólica e interesante en muchos de sus planteamientos tanto visuales como narrativos. No es una obra maestras del blockbuster pero si una película entretenida muy a tener en cuenta.
En definitiva, el largometraje cobra vida cada vez que el trol aparece en la pantalla. Aunque Uthaug tiene un buen ojo para las piezas de destrucción visualmente interesantes y los efectos visuales del trol son eficaces, es la forma en que el cineasta genera empatía con su bestia lo que se convierte en el mayor activo de la película. Cuanto más descubrimos sobre el trol, más trágica se vuelve su historia.
«Hay un subtexto melancólico que se puede extraer aquí sobre las formas en que el viejo folclore y las tradiciones se pierden en el tiempo, erosionando la cultura en el proceso. Es esa sinceridad la que hace que el acto final sea tan conmovedor».