Crítica y estudio 'Aliens, el regreso' de James Cameron | La mejor escena del cine de acción
Puntuación: *****
Ridley Scott filmaba en 1979 una obra maestra del cine llamada Alien el octavo pasajero. Siete años después, James Cameron era el hombre que llevaba a cabo su continuación. Cameron venía de realizar dos años antes la mejor película de acción hasta ese momento, Terminator. Por suerte la película fue un bombazo en taquilla y además sirvió a James Cameron para conocer a Stan Winston, el mejor especialista de efectos especiales que el cine había y ha conocido. Hoy en el #AlienDay, pasamos a recordarla.
Gracias al éxito de Terminator, Cameron disponía de una gran cantidad de medios y dinero para llevar a cabo la continuación de la película de Scott. Pero, aun así, estaba en una situación difícil ya que Alien era una obra de culto aclamada por crítica y público. Así que si fallaba podía perder todo el renombre que había conseguido con su película anterior.
Alien el octavo pasajero era una película de terror, y era completamente perfecta, con lo cual imitar la fórmula no le hubiese valido de nada. Por suerte Cameron prefirió adaptar y escribir la secuela él mismo y asi añadirle lo que mejor sabía hacer, acción.
Para empezar hay que decir que estamos ante la única película del cine de acción que puede considerarse obra maestra en el ámbito general del cine. Y estamos ante la mejor película técnicamente jamás filmada. Posiblemente la calidad técnica que el propio Cameron consiguió en el 2009 con Avatar esté en un nivel parecido al de este Aliens, pero la realidad y fisicidad que presentan asepctos como la Reina Madre de este Aliens el regreso aún no ha podido ser igualada por el cgi. La Reina Madre de Aliens se puede tocar, el espectador nota que está presente en pantalla, y simplemente lo nota porque realmente era así. Stan Winston construye el mayor personaje animatrónico que se había contruido hasta la fecha, y el cual aún no se ha podido superar. Encima, con la llegada de la animación digital, es simplemente imposible que se supere; en la actualidad, sería inviable usar una técnica tan costosa.
LA ESCENA MADRE DEL CINE DE ACCIÓN
11 minutos 38 segundos pasan exactamente desde el momento en el que la Reina Madre rompe su cordón umbilical, hasta que Ripley consigue lanzarla al espacio y salvarse. Pues bien, estos 11 minutos y 38 segundos son, sin duda alguna, el mayor prodigio que el cine de acción ha conseguido hasta la fecha.
Cameron decide rodar el que a la postre se convierte en el súmmum de su carrera y del cine de acción. Dejando clara una de las constantes de su cine, la admiración que siente hacia los personajes femeninos, Cameron siempre ha querido mostrar a una mujer que no suele ser la tónica habitual en el cine. Las mujeres de Cameron son las protagonistas de las historias, son el personaje con más carácter de la trama, que mayor reponsabilidad demuestra, quien mejor domina los miedos y debilidades, en definitiva, ella es el héroe de sus películas, pero no es un héroe cualquiera, las mujeres Cameron, ya sean Ripley, Sarah Connor o Neytiri, por citar algunas, muestran una fuerza, dureza y seriedad que incluso no llegan a mostrar los habituales héroes masculinos. Las sitúa tan al límite que en algunos momentos llegamos incluso a cuestionarnos si estan mentalmente estables, como así ocurre cuando los médicos cuestionan a Sarah Connor en Terminator 2. Por cierto como ejemplo de las mujeres de James Cameron observar como durante el metraje de esta película, Sarah Connor demuestra ser mentalmente bastante más dura, fuerte y obsesiva que el mismísimo Terminator.
Pues bien, la escena que vamos a describir parte de esa idea suya sobre una mujer fuerte con marcada personalidad. Así que nos propone un duelo entre dos terribles hembras. Encima, para ir más alla en la crudeza tanto del enfrentamiento como de sus protagonistas, las sitúa al límite de su carácter, dejando claro que no se están comportando como simple hembras luchando por su propia supervivencia, sino como madres, desatando ese instinto protector hacia sus hijos.
Por un lado tenemos a Ripley, protegiendo a Newt, su hija recién adoptada. Cameron consigue crear durante el metraje un vínculo entre Ripley y Newt para que sea igual de poderoso que el de una madre con su hijo biológico.
En el otro lado tenemos a la Reina Madre, la alien más poderosa de todas las conocidas, la cual lucha por la supervivencia y venganza no sólo suya, sino de sus crías, las cuales corren el riesgo de ser destruidas por la propia Ripley.
Una vez Cameron desarrolla los argumentos de la trama para llegar a este clímax final, nos presenta esta épica batalla final. Cameron tenía claro que quería un enfrentamiento totalmente físico entre las dos hembras, un enfrentamiento de tú a tú, con lo cual optó por la fabricación de un endoesqueleto mecánico de casi cuatro metros donde poder meter a Ripley y así poder enfrentar a las dos protagonistas. Esta escena es un prodigio técnico de realización; con el propio Cameron a la cabeza junto al maestro de los efectos especiales Stan Winston consiguieron crear lo imposible. Lo que vemos en pantalla es totalmente real, apenas hay cromas, no hay cgi, ni fotomontajes, lo que hay son una serie de efectos visuales a base de animatronicas, maquillajes, válvulas, engranajes, gruas y demás elementos mecánicos que hicieron posible este prodigio técnico.
Nos hemos centrado en la escena final por ser el plato principal de la película, pero no podemos olvidar otras escenas como el ataque de los Aliens sobre los marines armados hasta los dientes. Cameron la planifica en tres estratos: primero, usa planos generales donde muestra la acción desde el ojo del espectador. Este estrato nos permite ponernos en situación y ver completamente el panorama y la situación de la batalla; el segundo estrato está rodado desde el punto de vista de los marines. Son planos subjetivos desde dentro del casco donde vemos los mismos datos de proximidad que ven los marines. Este segmento lo rueda para dar realismo y tensión a la escena, además de hacernos partícipes y protagonistas del acontecimiento; el último estrato de la escena lo rueda desde la cabina de mando donde se encuentra Ripley y lo hace mostrándonos la escena a través de unos pequeños monitores. La función de este segmentos es mostrarnos la angustia y la opresión de la secuencia, no solo a través de las pequeñas cámaras sino también a través de la mirada de Ripley y de paso ponernos ya en situación del desarrollo posterior del personaje.
Cameron vuelve a demostrar una vez su maestría en la planificación de las escenas de acción. Con el uso de estos 3 puntos de vista consigue que: veamos y disfrutemos de la acción de la secuencia, que la suframos del tal forma que nos hace partícipes de la tensión de los personajes y al mismo tiempo consigue que sintamos el miedo y la angustia de lo que ahí está pasando
Podríamos seguir enumerando momentos preciosos del film o hablar de las soberbias interpretaciones de todo el reparto, incluida la niña, podríamos hablar del uso del sonido o de la banda sonora, de la fotografía y de la dirección artística, o del perfecto guión y tempo que Cameron usa para desarrollarlo, como ejemplo tenemos la secuencia con la que se abre el film, una secuencia rodada totalmente sin prisas, con la lentitud que la inmensidad del espacio ejerce sobre todo el que osa a moverse por él; como si de Kubrick se tratara Cameron muestra en pantalla el abordaje de la nave de Ripley con una suavidad y tranquilidad que actualmente sería imposible de rodar en cualquier producción de este tipo.