Crítica Por encima de la ley (1988)

Crítica Por encima de la ley (1988)

Crítica Por encima de la ley (1988)

Por encima de la ley (1988), el debut cinematográfico de Steven Seagal, es una pieza representativa de esa segunda división del cine de acción de finales de los años 80, una era en la que el género vivía una efervescencia sin precedentes. En aquellos años, los grandes estrenos como Jungla de cristal (1988) o Arma mortal (1987) dominaban las salas y establecían estándares narrativos y técnicos. Por el contrario, las películas de Seagal parecían destinadas a brillar en la intimidad del videoclub, donde el culto a los antihéroes de puño firme y diálogos escuetos florecía lejos de las luces de los grandes estrenos.

Crítica Por encima de la ley (1988)

La película se inscribe también en una tradición casi pulp, en la que el protagonista, imbuido de una moral inquebrantable, actúa como un cruzado moderno. Seagal, aunque limitado en registros actorales, logra construir un arquetipo peculiar: su impasividad y dominio físico no buscan empatía, sino establecer un aura de invulnerabilidad. En ese sentido, Nico Toscani es menos un personaje que una encarnación: el guerrero urbano que mezcla la filosofía zen con la brutalidad de la calle. Este tipo de héroe podría dialogar con los personajes de las novelas de Don Pendleton o incluso con ciertos arquetipos solitarios de la literatura de Raymond Chandler, aunque Seagal carece del cinismo y la poesía inherentes a los antihéroes de Marlowe. Crítica Por encima de la ley (1988)

Lo interesante de revisitar Por encima de la ley en la actualidad es su capacidad para evocar un tipo de cine que, aunque nunca se consideró arte mayor, supo capturar el zeitgeist de una generación. El paso del tiempo ha otorgado a películas como esta un matiz nostálgico que las eleva más allá de sus limitaciones. Aunque Seagal nunca aspiró a las cumbres interpretativas de un Bruce Willis o un Mel Gibson, su figura se ha mantenido como un ícono cultural, casi kitsch, cuyo estilo rígido y autocomplaciente lo ha convertido en un símbolo inconfundible de esa época.

Crítica Por encima de la ley (1988)

Crítica Por encima de la ley (1988)