Puntuación: ***
Visual: ****
Narrativa: ***
Cerramos el año con una de las películas que deben abarcar este magnífico ciclo de ciencia ficción que el director Denis Villeneuve abre con La Llegada y cerrará con Blade Runner 2049 a finales de 2017. Entres medias varios films sci-fi donde Passengers es el primero de ellos.
\’La Llegada\’ es una genial obra maestra de la ciencia ficción que ya decimos que Passengers no es, pero, aún así, la obra de Morten Tyldum se presenta interesante al controlar muy bien dos nudos narrativos, el primero adornado con una magnífica puesta en escena a base de unos interiores de la nave tranquilizadores y apetitosos a modo de estancia en un hotel de lujo donde debe gestarse la relación de los casi dos únicos protagonistas, y el segundo nudo, mucho más profundo y de índole ético y dramático donde explorar y preguntarse sobre los efectos de la soledad del hombre, su bíblica necesidad de compañía y cuánto de su propia dignidad y ética está dispuesto a renunciar por obtenerla.
Al contrario de la nuevamente citada La llegada\’ donde el genial aspecto visual era superado por el narrativo, aquí, nos tenemos que confirmar únicamente con la parte visual y la gran fotografía de Rodrigo Prieto, ya que la parte moral y dramática no goza de la calidad suficiente para acercarla al sobresaliente, quedándose eso sí, en un más que meritoso entretenimiento nada fácil debido a la índole del guión.
Sus tres protagonistas (sí, hay un tercero) son un perfecto reclamo debido al estado de forma actual de los mismos. Chris Pratt y Jennifer Lawrence son perfectamente dos de los grandes nombres del momento, dos divos de la escena tallados para ser disfrutados hagan lo que hagan. Michael Sheen por su parte, el secundario barman robotizado completa esa monotonía que podían haber tenido únicamente los dos bellos actores y como sabemos, Sheen es siempre un acierto debido a sus grandes tablas y su gran presencia en pantalla.
Así quizás, como film transcendental la película no cumple como debería, como film de acción y aventuras tampoco llega a convencer, pero en sus soluciones de intriga, peligro y entretenimiento general, la película es un catálogo de atractivos, desde la nave a sus protagonistas, los dilemas del viaje, su área romántica, lo provocativo de algunas de sus sugerencias y hasta la banda sonora de Thomas Newman. Por lo tanto, un grato entretenimiento que recomendamos aunque no vaya a pasar a los anales del cine de ciencia ficción.