Corría el año 2001, estaban de moda producciones como Matrix o Tigre y Dragón y la fantasía medieval de El Señor de los Anillos estaba a punto de aterrizar y fue cuando Peter Hyams decidió mezclarlo todo y así hacer realidad su sueño de juventud. Ya hemos dicho muchas veces como la temática principal del cine de Peter Hyams es la lucha del trabajador versus los poderes facticos y corruptos del estado y ‘Los 3 Mosqueteros’ de Alejandro Dumas ya hacían referencia a este tema varios siglos antes por lo que esta novela siempre fue una de las debilidades de Hyams. Pues dicho y hecho, Hyams cogío la novela, la moda fílmica y marcial de iniciós del 2000 y lo junto todo con el cine clásico de aventuras protagonizado por Errol Flynn o Burt Lacanster en la época dorada de Hollywood y voilá.
Pero Peter Hyams no quería ir a lo pobre, eran otros tiempos y el dinero no se invertía en series casposas sino en grandes producciones para pantalla grande por lo que Peter Hyams fue capaz de juntar a Catherine Deneuve, Stephen Rea, Tim Roth o Mena Suvari y claro está, ayuda en ideas de guión, fotografió y dirigió la película.
Pero no estamos hablando del Peter Hyams de la primera etapa, sino de aquel vendido a la industria que buscaba pocas complicaciones y muchos beneficios así que, no iba a discutir con la moda imperante de aquellos inicios de 2000 por lo que, accedió a la ordenes de los productores y creó un film de época pero con personajes, acciones y diálogos del siglo XXI lo que visto hoy día, choca y mucho. Y quizás este sea el único pero, la obligación de tener que bajar el listón histórico y lógico y aceptar ver a un D’Artagnan del siglo XVII hablando como un milenial de 2001. Una vez superada esta barrera y aceptado el tono cómico y comercial de la función, nos encontramos con una obra menor en corazón, pero con una apariencia visual y estética de gran producción. El Mosquetero de 2001 es una película que se ve muy bien a dia de hoy, la representación de la ápoca de Luis XIII y su diseño de producción rozan a gran altura, las escenas de acción a lo Tigre y Dragón + Burt Lancaster son un prodigio, la fotografía rembraniana de Peter Hyams es una delicia y los personajes y trama cumplen y entretienen. Mención especial a la gran batalla final junto a su duelo que son un espectáculo con mayúsculas.
Claro que no hablamos de una gran película en términos generales, ni siquiera de una de las mejores películas de Peter Hyams pero aún así, podemos aplaudir esta película como una isla en la filmografía del director y en el cine blockbuster de aquellos años.