Crítica de tú eres el siguiente

Crítica de tú eres el siguiente

Crítica de Tú eres el siguiente
Adam Wingard, 2013

Un regreso al clásico con sabor renovado

El género slasher, con su inconfundible encanto visceral, llega una vez más a nuestras pantallas con Tú eres el siguiente, un filme dirigido por Adam Wingard que se eleva como una obra audaz y refrescante dentro de un subgénero muchas veces agotado por su propia repetición. La trama nos presenta a la familia Davison, cuya reunión familiar en una casa de recreo se convierte en un campo de batalla cuando un grupo de asesinos enmascarados irrumpe con sádica intención. Sin embargo, lo que comienza como un ataque meticulosamente planeado se trastoca con la inesperada resistencia de Erin, la enigmática novia del hijo mayor, cuyo pasado —tan misterioso como implacable— la transforma en una fuerza que los intrusos jamás anticiparon.

El slasher, como una de las ramas más queridas del cine de terror, ha evolucionado en infinitas direcciones desde su concepción. Bebiendo tanto del giallo italiano como del gore más crudo y del fantástico, el subgénero ha dejado una rica herencia que Tú eres el siguiente asume con inteligencia. Wingard, en colaboración con Simon Barrett —responsable del guion—, logra una propuesta que homenajea a los cánones del terror clásico al tiempo que descompone y reconstruye sus clichés con ingenio y estilo.

La coctelera del horror

Crítica de tú eres el siguiente

En este escenario de pesadilla, Wingard juega con los recursos del género, tejiendo un pastiche que homenajea al slasher mientras lo revitaliza. Cada giro de guion añade nuevas capas, sorprendiendo al espectador y consolidando al filme como un futuro clásico de culto.

Personajes en el filo

A pesar de la intensidad de la violencia, Tú eres el siguiente no descuida el desarrollo de sus personajes, aportando un drama familiar que enriquece la narrativa. Los Davison son una familia disfuncional: Crispian, un profesor universitario inseguro; Drake, el arrogante hermano que no pierde oportunidad de humillarlo; Felix, un distante y frío espectador; y Aimee, la hermana que intenta, sin éxito, mantener la armonía. En contraste, las parejas de estos personajes, particularmente Erin, introducen dinámicas que rompen con las expectativas.

Sharni Vinson, en el papel de Erin, destaca con una actuación magnética que combina vulnerabilidad y ferocidad, eclipsando al resto del elenco, que cumple sin desentonar.

Un imprescindible del género