Rian Johnson decide hacer una crítica sobre la banalidad del mundo actual. De este modo situa a una serie de personajes en medio de la pandemia, la cual también ofrece ser un mero elemento cómico y rídiculo que sirve de paisaje de lo que se nos va a relatar. Así nos presenta a una modelo estúpida en declive y su asesora, un rídiculo y musculoso youtuber y su novia instragramer, una aspirante a política sin escrupulos, un creador sin talento de apps absurdas y, gobernandolos a todos, el mismo dueño de Alpha (Alphabet en la realidad y nombre real de Google); como rival alegórico a todos estos elementos nos presenta a una simple profesora de escuela que por supuesta acaba siendo la heroina del filme. Jonhson por tanto nos muestra un mundo patético pero real, en el que ser maestra de escuela no tiene valor y a lo que todos queremos aspirar y para más inri, adoramos, es pertenecer a ese grupo de parásitos laborales que por desgracia rigen el mundo de hoy. Para enmarcar el asunto y adaptarlo a su detective (un genial Daniel Craig que acaba siendo lo mejor de la película), recurre a la película del 1985, Cluedo, escrita por John Landis añadiéndole ideas y situaciones del mundo y el cine contemporáneo, el resultado es ser más una parodia de la idea original que una comedia con trama «cluedense» bien trabajada.
En «Glass Onion», lo que «Puñales por la espalda» tenía de fresco o ingenioso se torna en el exceso cómico más barato. Las dosis de humor se le han ido de las manos a Rian Johnson, un poco como en «Los últimos Jedi». «Puñales por la espalda» contaba con una presentación escueta, eficaz, de numerosos personajes variopintos, y profundizaba en dos —tres, como máximo— para componer una historia sólida, sin grandes locuras. «Glass Onion» posee pocos personajes, se centra más en el detective, expone peor y sorprende menos. Casi nada, en realidad. Se enfoca todo hacia la burla, de los caracteres y del propio género de la cinta, pero insisto, de la manera más inofensiva y aburrida posible.
Si bien la primera también sobresalía por buenos toques de comedia, «Glass Onion» traiciona el espíritu de su predecesora en el tono que maneja. «Puñales por la espalda», teniendo en cuenta los niveles de histrionismo a los que puede llegar el género, resulta un «whodunnit» bastante contenido. La secuela no corre por los derroteros de la primera en cuanto a verosimilitud (véase el final), solo busca provocar el asombro o la carcajada con lo que sea que se le antoje a Rian Johnson. Esta diferencia podría haber engendrado una película interesante, no lo niego, pero sencillamente no ha funcionado.
Al final estamos ante un mal chiste recurrente del que te avisan al empezar y cuyo trasfondo meta es crítico es demasiado evidente e infantil, lo más triste es que Glass Onion sea el mayor producto que Netflix nos ha preparado para 2022, lo que certifica cual es el nivel de la plataforma de streaming referente y dueña de lo que ve el mundo en la actualidad. Al final todos los usuarios de Netflix somos lo que Rian Johnson crítica aunque eso sí, entre los personajes que ha descrito el director, no hubiese estado mal que también hubiese aparecido el CEO de la propia Netflix. A su favor decir que a nievl de producción es muy notable que entretener entretiene, aunque sin más.