Hemos hablado muchas veces sobre la etiqueta ‘obra de culto’, pero nunca hemos comentado que igual que es el tiempo quien otorga este «premio», puede ser él también quien lo quite. Y eso creemos que le pasa a ‘Ms 45’ o ‘Ángel de Venganza’, una obra de culto de Abel Ferrara que vista hoy día ha perdido casi toda la fuerza que la convirtió en eso, obra de culto.
Era la segunda película de Ferrara tras ‘El Asesino del Taladro’ y el joven director por aquel entonces parecía seguir buscando la forma de alterar al público y a la crítica, y es quizás este detalle demasiado evidente, el que haga que la película pierda fuerza con los años. El otro día hablábamos de ‘El Rey de Nueva York’, una película gans que situábamos a la altura de ‘El Padrino’ o ‘Uno de los Nuestros’, en cambio hemos de decir que en estas primeras películas de Ferrara, vemos a un joven con menos talento y con menos cultura cinematográfica que la de Coppola o Scorsese, a los cuales le comparábamos en la crítica anterior.
Estamos ante una película que trata sobre justicieros urbanos haciendo lo suyo tras sufrir traumáticas experiencias, hemos visto mil historias similares a través de las épocas y la sociedades, haciendo el sufrido (en cuanto a ese trauma que le ha convertido en tal) vengador su trabajo tomando como víctimas a los malos de turno; se han rodado buenas, malas, obras de culto, y auténticos bodrios, y desde los 70 (edad de oro del genero) pocas o ninguna novedad se han visto en cuanto a desarrollo de la trama.
‘Ms 45’ posee eso sí, cualidades que la hacen diferente a otras muchas,empezando por su actriz, Zoe Lund como justiciera, un rostro privilegiado con una belleza más cercana al 2030 que a 1981. Ferrara da más protagonismo a la transformación del vengador, que a la propia venganza y vemos esa transformación mediante un corrosivo y audaz humor negro, haciendo que lo que parecía un canónico film de venganzas con el que las feministas levitarían y los machistas sentirían vergüenza ajena, mute en una tremenda vuelta de tuerca ferrariana al género (ese último tercio es puro y agradecible Ferrara), plagado de divertidos y vacilones simbolismos recurrentes en su filmografía, y todo ello con el valor añadido de lo interesante y bien fotografiado paisaje y paisanaje de esa Nueva York de principios de los 80. Destacar un plano situado desde el mítico banco que uso Wodie Allen para Manhattan, siendo este momento, clave para ver la gran diferencia del Nueva York de Ferrara con el Allen, dos universos diametralmente opuestos bajo un mismo lugar geográfico y época.
Y es por su puesto el punto de vista, lo que hace especial el cine de Abel Ferrara, creando un submundo de seres ocultos y alienados que no detectamos a primera vista. Para los más purista de la venganza mencionar lo bien rodado y divertido del catalogo de víctimas y método de ejecución de las mismas.
En resumen, junto con «El rey de Nueva York» y «Teniente Corrupto», tercera película de culto de Abel Ferrara (entretenida, disfrutable y divertida, adjetivos que no siempre acompañan a tal definición) con Nueva York como poderosa aglutinación de desquicies humanos. Pero como dijimos al principio, creemos que ‘Angel de Venganza’ no ha sufrido tan bien el paso del tiempo pasando de obra de culto a filme curioso y entretenido que pasa a ser completista en vez de fundamental dentro de la filmografía de su director.