Este pequeño relato resume la esencia de una película que sorprenderá a todo aquel que se acerque a ella.
UNA OBRA POCO CONOCIDA
Cuando uno busca información sobre ‘El Furor de la Codicia’ rápidamente se da cuenta que es un filme de esos que en nuestro pais y en nuestra cultura fílmica, prácticamente no existen. Es una película de Belmondo sí, pero no una de las grandes del actor francés y eso es lo que más fuerza da a esta obra del cine que mezcla acción y noir francés a partes iguales, y que vista hoy bajo su silente existencia, solo nos puede dar placer.
Si uno piensa quien es el actor que popularizó el cine de acción casi que solo puede pensar en dos a priori, por un lado y por antiguedad Bruce Lee, pero claro, su filmografía es corta y su género únicamente las artes marciales. Si nos ponemos más severos entonces hay que dar un paso más e ir a Sylvester Stallone quien tras su paso por diversos «Rocky» y «Acorralado» sentó las bases del famoso cine de acción de los 80s. Si nos extralimitamos un pelín más quizás entre medias de estos dos alguien puede acordarse de Charles Bronson, Clint Eastwood o alguno similar pero, la realidad aunque a muchos les pese es que posiblemente el primer gran héroe de cine de acción todo terreno, es decir, tiros a lo ‘Arma Letal’; guantazos a lo Schwarzenegger; saltos a lo Tom Cruise; persecuciones a lo Vin Diesel o una mezcla de todo a lo Rambo, no es americano sino francés y como es evidente, hablamos de Jean Paul Belmondo.
Belmondo es el padre de todo esto y la base de ese héroe rudo pero humano, atlético pero inteligente y mágnetico como nadie. Además Belmondo tiene el honor de ser el único actor de realizar sin doble alguna la casi totalidad de todas sus escenas acción, es el hombre que deja en ridículo las cuatro piruetas que hace Tom Cruise sin recurrir a un doble, lo de Belmondo roza lo no permitido y la película de hoy es un ejemplo claro donde vemos algunas secuencias de acción rodadas sin truco ni cartón por el propio actor que nos dejan los pelos de punta. Pero, es que este filme desconocido para muchos, además de tener dos escenas de acción de esas que marcan escuela, es una oda a lo mejor del noir frances y a lo «moderno», hablamos de moderno en el año de su estreno al poseer no solo una estético pop para enmarcar, sino un atrevimiento en lo sexual que hizo que tuviese que ser recortada en muchos paises en los que se estrenó, empezando claro está por España donde fue mutilada. Por suerte ya se puede ver al completo.
La película posee de todo y arranca con un robo a lo «Mission Imposible» que es una auténtica virguería de planificación. Sigue con una persecución en coche que incluso supera en algunos momentos a clásicos como ‘The Driver’ o ‘French Connection» y sigue con algunos otros momentos prodigiosos como la cena entre los dos archienemigos, el show erótico y el conflicto con luces que se encienden y apagan al ritmo de abofeteamientos machistas. Además nos deja un buen duelo interpretativo entre Belmondo y Omar Shariff junto a sensuales bellezas como Nicole Calfan. Porque no olvidemos eso sí, que estamos ante cine machista.
Tres hombres y una chica, forman un clan para robar una lujosa casa en cuya caja fuerte se encuentra una colección de esmeraldas valorada en un millón de dólares, pero, al momento de hacerse con el botín, un gran sabueso de la policía, el inspector Abel Zacharia, sospecha del auto de Azad, el cabecilla… y desde entonces, se convertirá en su sombra empeñado en recuperar el botín ¡para quedarse con él!
Así es como despega ésta simpática historia policial que, curiosamente, se estrenó 27 días antes que, “The French Connection”, y como ya hemos dicho con ella guarda una que otra semejanza. El filme de, Henri Verneuil, parte del libro, “The Burglar”, que, el estadounidense, David Goodis (1917-1967), publicara en 1953. El guion estuvo en manos del propio, Verneuil, en compañía del también novelista sirio, Vahé Katcha, y la historia es de esas donde, la línea que separa al delincuente del policía es muy, pero, muy delgada.
La novela de Goodis, ya había sido adaptada al cine por el mismo escritor, en 1957, en el filme homónimo que dirigiera, Paul Wendkos, y el personaje de la modelo, lo hizo la exuberante, Jayne Mansfield, razón por la que, Lena Gripp, fue interpretada ahora por Dyan Cannon, buscando, intencionalmente, cierta semejanza… aunque tengo que admitir que me quedo con la Mansfield por ‘notables razones’.
A Goodis, lo apreciaron tanto los directores franceses de la Nouvelle Vague que, Francois Truffaut, se sirvió de su novela, “Down there”, para realizar, “Tirez sur le pianiste” (1960) y en su película “Made in U.S.A.”, Jean-Luc Godard llamó a uno de sus personajes, ‘David Goodis’. Nada raro, pues, que otro francés, Henri Verneuil, se interesara también en la obra de Goodis y de, “The Burglar”, resultara otro film noir realmente divertido.
Para finalizar resaltar la calma que inunda todo el filme, un tempo lento que por razón de ser no tiene la solemnidad de querer ser algo importante. No, aquí la calma fluye de forma natural y sin pretensiones, existe porque debe existir y porque quizás, Leone dejó huella en más de un director. Por cierto hablando de Leone mencionar también que la música corre a cargo de Ennio Morricone.