El cine de acción, tal como lo conocemos hoy, tuvo su auge en la década de los 80, cuando este subgénero cinematográfico se consolidó como el rey indiscutible de las taquillas. En contraste con las películas contemporáneas dominadas por superhéroes y adaptaciones juveniles, en los años 80, figuras icónicas como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger o Mel Gibson encarnaban a héroes solitarios, físicos y carismáticos que atraían a las masas. Estos héroes no solo protagonizaban cintas llenas de persecuciones y tiroteos, sino que también definieron una era en la que el clímax de las películas giraba en torno a la acción coreografiada de manera magistral. Este tipo de cine, más que un género puro, representaba una forma de reinterpretar otros géneros como el policial, la ciencia ficción o el bélico. Con el nacimiento de las secuelas, las «buddy movies» y el perfeccionamiento de técnicas como el uso de la Steadicam y la construcción de diálogos llenos de «one-liners», el cine de acción ochentero se transformó en un fenómeno cultural sin precedentes, cuya génesis fue marcada por películas como Acorralado (1982), considerada el primer exponente puro de este subgénero.
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Iconoclastas de la modernidad: El mito del héroe solitario y la estética del conflicto en el cine de acción de los 80
El cine de acción, fenómeno cinematográfico que alcanzó su apogeo en la década de los 80, no es meramente un género en el sentido estricto, sino más bien un prisma a través del cual se redefinen los pilares del heroísmo moderno. A través de figuras icónicas como Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger, este cine erigió una nueva tipología de héroe: solitario, estoico y físicamente imponente, pero profundamente enraizado en la contradicción del individuo que enfrenta no solo a un antagonista, sino a un mundo hostil que refleja el caos de la era contemporánea. En un mundo cada vez más incierto, estos héroes encarnaban la fantasía de la autarquía absoluta, individuos que, en su enfrentamiento violento contra el mal, simbolizaban tanto la desesperación como la esperanza de una civilización que empezaba a desdibujar los límites de lo humano.
El cine de acción de los 80, más que un simple entretenimiento basado en la adrenalina, se convierte en una metáfora del conflicto entre el individuo y las estructuras opresivas del poder, expresadas a través de la violencia coreografiada con precisión matemática. Las explosiones y tiroteos, lejos de ser meros adornos narrativos, son símbolos de una lucha primordial, donde el hombre, reducido a su esencia física, se enfrenta a la naturaleza implacable del destino. Así, el clímax no es solo el punto álgido de la acción, sino una suerte de catarsis colectiva, un ritual moderno que encarna el eterno anhelo de dominación y supervivencia. Esta visión del héroe, ampliada por la maquinaria hollywoodense, refleja una tensión existencial: el intento de sobreponerse al caos mientras, paradójicamente, se vive inmerso en él.
El heroísmo en la era del caos: Una reflexión filosófica sobre el cine de acción de los años 80s
En el vasto panorama de la cultura cinematográfica, el cine de acción de los años 80 emerge como un fenómeno de trascendencia única, una narrativa que, en su ostensible superficialidad, revela profundidades filosóficas y existenciales. Este subgénero, con sus heroísmos musculosos y sus clímax explosivos, es mucho más que un escaparate de adrenalina y testosterona; es un reflejo de las inquietudes y aspiraciones de una época marcada por una creciente incertidumbre.
En una era donde las certezas se desmoronaban y los grandes relatos se desvanecían, el cine de acción ofreció una respuesta narrativa al caos contemporáneo. Los héroes de estos filmes, solitarios y casi sobrehumanos, representan una paradoja: la lucha del individuo contra un sistema deshumanizante, una resistencia ante la opresión del contexto sociopolítico que se manifiesta en la pantalla como un conflicto visceral y físico. En este sentido, el cine de acción se convierte en una metáfora de la resistencia frente a un mundo que, aunque tangible en su crueldad, resulta inasible en su esencia.
El protagonista de estas películas no solo enfrenta a antagonistas concretos, sino a una encarnación simbólica de las fuerzas desestabilizadoras que amenazan con aniquilar el orden. En su resistencia y supervivencia, estos héroes reflejan el anhelo humano por el control y la trascendencia, un deseo de imponer sentido y dominio en un universo inherentemente caótico. Las escenas de acción, minuciosamente coreografiadas, funcionan no solo como un espectáculo visual, sino como un ritual simbólico de afirmación del ser frente a la anarquía. La violencia, lejos de ser gratuita, se convierte en un lenguaje mediante el cual el héroe y, por extensión, la humanidad, buscan reconquistar una orden que parece constantemente en peligro de desmoronarse.
Al mirar estos filmes con una perspectiva filosófica, se revela una profunda inquietud existencial. La glorificación del heroísmo físico y la espectacularización de la violencia son, en última instancia, una manifestación del deseo de encontrar propósito en un mundo desordenado. La estética del cine de acción de los años 80, con su enfoque en el clímax de la acción, nos invita a reflexionar sobre la relación entre el individuo y el caos, la resistencia y la rendición, el sentido y el sinsentido. En esta dinámica, el cine de acción se convierte en un espejo que refleja tanto la fragilidad de la condición humana como su indomable voluntad de afirmarse.
Así, el cine de acción de los años 80 trasciende su rol como mero entretenimiento para convertirse en una meditación sobre el heroísmo, la violencia y el sentido de la existencia. En sus explosiones y persecuciones, encontramos una profunda exploración de las tensiones inherentes a la experiencia humana, un recordatorio de que, en última instancia, la búsqueda de significado en un mundo caótico es la verdadera esencia de nuestra lucha.
Primero de hablar de la historia y los orígenes del cine de acción de los 80s, os dejamos con la lista definitiva de los mejores directores que ha tenido este género:
– Lista mejores directores de acción de la historia del cine
Cualquier tiempo pasado fue mejor
Antes de que las estrellas del verano y los films más taquilleros del año fueran las adaptaciones de novelas juveniles o los films de superhéroes, existieron unas películas llamadas o conocidas como ‘cine de acción‘ y que fueron el rey indiscutible de las taquillas. Films como ‘Arma Letal’, ‘Jungla de Cristal’ o ‘Rambo’ y actores como Sylvester Stallone, Mel Gibson o Arnold Schwarzenegger, eran los hombres más cotizados del séptimo arte en aquellos años, ocupaban las portadas de revistas del planeta y los jóvenes contaban los días para los estrenos de los films de estos auténticos superhéroes de los 80.
Aunque ha llovido muchos desde aquellos años, hoy nos preguntamos cuáles fueron los orígenes de este cine o más bien qué significó exactamente «cine de acción».
ORÍGENES DEL GÉNERO
CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN EL CINE DE ACCIÓN DE LOS 80s
Empecemos por la que posiblemente sea la aportación principal de este, llamémosle, subgénero: la planificación de las escenas de acción.Desde los inicios del séptimo arte siempre hubo escenas de este tipo, pero nunca estuvieron planificadas e implementadas con la misma o más importancia que el resto de secciones del metraje. Anteriormente, estas escenas eran encargadas, en la mayoría de los casos, a una segunda unidad, no tenían imaginería propia, eran rodadas con muy pocos medios y sin ninguna planificación detallada. Todos recordamos la secuencia de cuadrigas de Ben-Hur, ¿por qué? Pues simplemente por ser una de las pocas secuencias de acción del cine clásico que sí estaba planificada desde el guión. William Wyler decidió preparar y rodar él mismo la escena, no quiso dejarla a una segunda unidad y, además, decidió invertir el mismo tiempo y dinero (incluso más) que en el resto de secuencias del proyecto. Lamentablemente o no, estos casos eran pequeñas excepciones
En cambio, a principios de los 80 esto empieza a cambiar. Los realizadores nuevos empiezan a priorizar estas escenas, siendo al final donde más tiempo del rodaje invierten. Además las escenas empiezan a tener firma y nombre propio. Las segundas unidades ya no ruedan la mayoría de escenas de acción, empiezan a ser los propios directores los que se encargan de rodarlas y planificarlas. El sello y estilo de los Cameron, Mc Tiernan o Spielberg ayudados por los técnicos de efectos visuales como Winston o Bottin crean un estilo y una forma de entender el cine no visto hasta la fecha.
-Otra característica también muy importante era el término héroe de los 80, un nuevo tipo de héroe habia nacido, mucho más físico y atlético, solitario, fanfarrón, autosuficiente. El carisma del personaje no recaía en el personaje de ficción escrito en papel, sino en la megaestrella cinematográfica que lo representaba. Estos megastars eran los reyes del show pues, aunque los grandes directores fueron verdaderamente los que dieron la mayoría de edad al género, las verdaderas estrellas que universalizaron este cine fueron ellos. Podías ver a Rambo a Rocky o a Tango pero, en el fondo, lo que se iba a ver era a Stallone, o a Schwarzenegger, Bruce Willis, Mel Gibson, Kurt Russell o incluso otros nombres de segundo nivel como Steven Seagal, Van Damme y compañía.
(Ahora me gustaría mencionar un detalle que no lo incluiría como característica propia del cine de acción sino como un subgénero nacido dentro de él, lo de “las buddy movies”. En ellas, aunque el protagonista principal sigue siendo ese héroe socarrón interpretado por la estrella de turno, se le une un segundo acompañante de aventura. El objetivo era intentar dinamizar el ritmo de la cinta mediante el diálogo y el humor entre explosión y explosión (en la mayoría de ocasiones la gracia estaba en que las personalidades de ambos héroes era totalmente antagónica); además para los guionistas era más fácil tener una pareja para dialogar y poder comunicar al espectador los avances de la trama y encima aportar un pequeño toque de chispa y humor. Encima aprovecharon el invento para rentabilizar más rápidamente los ingresos del film al aportar como compañero a un actor de color como, por ejemplo, Danny Glober en ‘Arma letal’, Eddy Murphy en Límite 48 horas o Samuel L. Jackson en Jungla la Venganza. Con este añadido ganaban una buena tajada ecónomica gracias a todo ese público afroamericano que añoraba un protagonista de color, algo que no era muy habitual salvo en alguna excepción.
Como apunte final a este paréntesis, comentar que, de todas estas parejas quizás la más costosa económicamente fue la de ‘Tango y Cash’ ya que prácticamente era unir a dos actores top de este género como eran Stallone y Rusell en un mismo proyecto, con la subida en el gasto económico que eso supondría para la producción).
-Continuamos con otra característica: la idea de “las secuelas”. Raro es que una franquicia con éxito no fuera explotada hasta la saciedad como ocurrió con los cinco Rambo, cuatro de ‘Arma letal’, cuatro de ‘Jungla de cristal’, cinco de ‘Terminator’, varias de Alien más los Alien vs predators, ídem de estos últimos y así hasta el infinito.
-Ahora vamos con las coreografías. Aparte de grandes directores y genios de los fx, los coreógrafos de escenas de acción empiezan a ser indispensables, sobre todo una vez comenzados los 90e importados por Hollywood del cine oriental .Estos desconocidos se convierten en piezas claves de muchas de las famosas cintas de acción.
Tiroteos, peleas, persecuciones y demás situaciones eran planificadas junto a estos especialistas, quienes consiguieron dotar a estas escenas de una fuerza e impacto visual nunca antes vista.
-La Steadicam. Esta pequeña cámara o más bien estabilizador de cámara, despunta en los 80 y se convierte en otro de los rasgos y valores fijos del cine de acción. Nombres como el de Jim Muro, uno de los grandes maestros de este invento, consiguió filmar escenas jamás vistas y que, anteriormente, no hubiesen podido ser rodadas. Todos recordamos la persecución a través de vallas, pasadizos y laberintos que Kathryn Bigelow junto a Jim Muro consiguieron realizaren la película Le Llaman Bodhi.
-Seguimos con los diálogos graciosos, mejor dicho, las frases o momentos cómicos conocidos en inglés como one liners y que podríamos traducir por chascarrillo o epigrama. El invento se le atribuye a Schwarzenegger y simplemente consistía en soltar una frase socarrona y cómica en momentos puntuales del film. Las plateas estaban expectantes y rugían fervorosamente en ovaciones y carcajadas cuando estas se producían.
Para mi gusto desvirtuaban y sacrificaban el clímax de tensión a costa de conseguir una simple carcajada, estaban construidas pensando más en la gloria del actor que en la de la cinta o el personaje interpretado.
Creo que de todas las películas, actores y personajes, solo Bruce Willis y, sobre todo, su John McClane salieron ganando con estos chascarrillos. De hecho, cuando tengo que elegir la mejor película que representa el género siempre acabo nombrando ‘Alien el Regreso’ entre otras razones, porque Cameron, gracias a no disponer de una megaestrella ochentera, no tuvo que doblegarse ante esta circunstancia, consiguiendo así que la seriedad y tensión de la historia la situaran en un escalón superior que otras más livianas. Soy un amante de ‘Depredador’ pero, jamás podré entender por qué Schwarzenegger a punto de morir tiene la desfachatez de gastarle una broma fanfarrona al mayor cazador interplanetario que nos hayamos encontrado.
A continuación pongo unos ejemplos de algunas de estas frases:
— Schwarzenegger a un villano: ¿Te acuerdas que te prometí que te mataría el último?— Villano: Sí, sí.— Schwarzenegger: Te mentí.— Rambo a Trautman rodeados por un ejército ruso: Tengo un plan, ¿los rodeamos?
— Schwarzenegger, a punto de morir a manos del Predator: Eres una auténtica belleza.
— O simplemente ese \”yipi ka yei hijodeputa\” de McClane.
-Ya para finalizar, podríamos apuntar algunos detalles más que caracterizaron el género, como los compositores que crearon un estilo propio, la perfección y mejora del uso del sonido, ya fuese en las explosiones, vehículos, robots o, sobre todo, en las armas. El sonido del disparo acapara un protagonismo nunca antes alcanzado apoyado en el naciente dolby digital o dts que consiguen momentos de maestría como podemos atestiguar al ver el famoso tiroteo de Heat, donde el propio sonido de las armas llega a hacer incluso de banda sonora consiguiendo que la ausencia de la misma no llegue a echarse en falta en ningún momento de la secuencia.
Por último no podemos olvidar a los que posiblemente fueron los artífices que hicieron posible el nacimiento de este género, los productores Joel Silver, Mario Kassar, Andrew Vajna o Jerry Bruckeheimer, por citar algunos, son igual o más protagonistas que los directores o actores que las realizaron; en muchas ocasiones incluso llegó a ser casi más fácil ver la marca del productor que la del realizador.
Bueno y una vez terminado este repaso a las características del género y con las ideas más claras, volvamos al título que encabeza el artículo: Origen del cine de acción. Pues bien, quiero concretar y definir lo máximo posible no ya el origen sino el título clave que dio pie a todo esto.
EL ORIGEN O LA FUNDACIONAL
Antes, hablaremos un poco sobre los antepasados del género. Posiblemente en las primeras películas mudas o, incluso, cortos encontraríamos rasgos del género, persecuciones a pie o en tren, tiroteos de policías o de vaqueros, etc., pero si algún primer nombre importante podemos apuntar quizás sea Ernest B. Schoedsack. Ya con El malvado Zaroff Schoedsack demostró la importancia que le daba al rodaje de las secuencias de acción, es más, si vemos esta película en la actualidad llegamos a apreciar algún tipo de travelling que obliga que en nuesta mente aparezca el título de Depredador. Además, también realizó King Kong, otra virguería donde escenas como el ataque final de los aviones sobre King Kong demuestra estar rodado con una calidad fuera de lo normal para aquellos inicios.
Después quizás daríamos un salto muy grande para llegar a Sam Peckinpah y el uso y abuso que hizo de los tiroteos. Estos podrían ser los primeros grandes tiroteos de la historia, logrados gracias a la perfecta utulización de la cámara lenta, los stunt o especialistas y unos primeros detalles de estudio en el realismo del sonido; además consiguió dejar una huella clave en los futuros jóvenes realizadores creadores del nuevo género que vendría después, como por ejemplo su discípulo principal Walter Hill. También tenemos la figura de Clint Eastwood quien, aunque al inicio de su carrera estuvo bastante emparentado con el género de acción, al final demostró no pertenecer al mismo. No obstante queda claro que algunos o muchos de los rasgos de sus personajes, muy en especial del inspector Harry Callahan, quedarán inscritos en la personalidad de muchos de los héroes posteriores. Y por supuesto no íbamos a olvidar la saga de Star Wars, en concreto La Guerra de las Galaxias que data del año 77 y El Imperio Contraataca que es del 80, ambas precursoras del nuevo cine, y en las que abundan las escenas de acción, aunque por su temática y planteamiento no podemos aceptarlas dentro de él al menos de manera pura. Lo mismo le ocurre a En Busca del Arca Perdida, la genial obra de Spielberg que también dejaría marca y crearía tendencia para el cine que estaba a punto de llegar. Historia del cine de acción
A grandes rasgos, estos fueron los inicios del género pero, ¿cuál fue la primera película del cine de acción de los 80? Si de verdad tengo que decidir cuándo y qué título dio origen al género tal y como se conoció durante casi 20 años, entonces debo decir que el primer título puro con denominación de cine de acción fue… Acorralado (First blood, 1982). A mi entender, en este título ya podemos apreciar las características principales del género: la presencia de la mega estrella Silvester Stallone; el nacimiento del nuevo héroe físico y atlético; suma cinco entregas; la música de Jerry Goldsmith que sentaría las bases del género; un cuidado especial en el rodaje de las escenas de acción; el héroe solitario contra el mundo y otra serie de detalles que consiguen que este título de Ted Kotchef guionizado por el propio Sylvester Stallone se convierta en el primer título 100% cine de acción y además defina la mayoría de las bases que acompañarían al género durante dos décadas. Historia del cine de acción
Historia del cine de acción
«La génesis del cine de acción en los años 80: Opinión final del Origen y la esencia del género»
En la vasta evolución del séptimo arte, la década de los años 80 representa un umbral definitorio para el cine de acción, un fenómeno que no solo remodeló las taquillas sino que también reconfiguró el concepto mismo de heroísmo en la narrativa cinematográfica. Este periodo se distingue por la emergencia de un subgénero que, más allá de sus características superficiales de violencia y espectacularidad, encapsula una profunda reflexión sobre la condición humana y el papel del individuo en un universo caótico.
El cine de acción de los años 80 se origina como una respuesta a las incertidumbres sociopolíticas y culturales del momento. En contraste con el predominio de los dramas introspectivos y las historias de carácter más contemplativo, este subgénero ofrece una visión audaz y visceral de la lucha del héroe moderno: una figura solitaria, fisicalmente imponente y casi mitológica, que se enfrenta a un mundo hostil a través de la violencia y la acción desenfrenada. Estas películas, con sus elaboradas secuencias de tiroteos, persecuciones y confrontaciones, no solo buscaban entretener, sino también proporcionar un espacio simbólico donde la resistencia y la individualidad podían ser afirmadas en medio del desorden y la desestabilización.
A nivel técnico y estético, el cine de acción de esta era se caracteriza por una meticulosa planificación de las escenas de acción, la integración innovadora de efectos visuales y la implementación de la Steadicam, que revolucionaron la forma en que las secuencias de acción eran filmadas y percibidas. El surgimiento de la figura del héroe atlético y carismático, representado por estrellas como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, marca una transición significativa en el paradigma del protagonista cinematográfico, quien se convierte en el emblema de una nueva forma de narrativa heroica.
Este subgénero también introduce elementos distintivos como los «one-liners» y las «buddy movies», que, lejos de ser meros adornos narrativos, reflejan un enfoque deliberado en la construcción del carisma y la dinámica interpersonal para dinamizar la trama y aumentar el atractivo comercial.
En suma, el cine de acción de los años 80 se erige como una era de redefinición del héroe cinematográfico y del relato de acción, un fenómeno que, a través de su espectacularidad y simbolismo, explora las tensiones entre el individuo y el caos, la resistencia y el destino. Este subgénero, en su esplendor y complejidad, nos invita a reconsiderar la forma en que entendemos la narrativa, el heroísmo y, en última instancia, la condición humana misma.
gracias por la informacion me ayudo mucho
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