Buscando justicia (1991)
Buscando justicia: un puente entre el cine de acción y el drama urbano
En los inicios de la década de 1990, el panorama del cine popular vivía una especie de distanciamiento aristocrático entre las altas cumbres del cine autoral y el vértigo de las taquillas dominadas por Schwarzenegger, Stallone, Willis y Gibson. En ese contexto, Steven Seagal parecía residir en una esfera aún más baja dentro de la jerarquía del cine comercial, consagrado al entretenimiento masivo sin mayores pretensiones. Sin embargo, en 1991, Buscando justicia (Out for Justice), dirigida por John Flynn, representó un esfuerzo singular que, en retrospectiva, trasciende su apariencia de “cine de videoclub” y se posiciona como una obra híbrida, donde el cine policiaco, el drama urbano y el thriller de acción se encuentran de manera inesperada.
Un cine de masas menospreciado en su tiempo
La crítica de la época solía desdeñar el cine de acción de masas como un espectáculo vacío y superficial. Sin embargo, una revisión de Buscando justicia revela un filme que bebe de fuentes culturales complejas y que, en cierto modo, establece un diálogo con las narrativas clásicas del drama moral urbano. La trama sigue a Gino Felino (Seagal), un policía italoamericano de Brooklyn que busca vengar la muerte de su amigo de la infancia, asesinado por Richie Madano (William Forsythe), un villano tan carismático como repulsivo. En su estructura básica, la película evoca ecos de obras como El Padrino, donde los lazos de sangre y los códigos de honor se cruzan con el lado más oscuro de la violencia. Pero a diferencia de la monumentalidad de Coppola, aquí Flynn opta por un enfoque más callejero, crudo y visceral, donde la moralidad es fluida y las emociones humanas son tan volátiles como las calles que retrata.
La mirada de John Flynn: del mito al realismo
John Flynn, conocido por su trabajo en Rolling Thunder y The Outfit, aporta a buscando justicia una dirección más sobria y contenida de lo que el género suele permitir. La película no solo es un desfile de peleas y tiros, sino también un retrato del Brooklyn de los 90, que funciona como un personaje más: sus calles están impregnadas de desesperanza, pero también de un peculiar sentido de pertenencia. El guion de David Lee Henry (Road House) toma elementos del cine negro clásico y los mezcla con los códigos del thriller moderno, logrando un equilibrio narrativo que recuerda a novelas como Los confidentes de James Ellroy, donde el crimen y el alma humana se entrelazan en una danza caótica e impredecible. Buscando justicia (1991)
El cine de acción y las herencias narrativas
Si bien Buscando justicia no puede equipararse a las grandes epopeyas mafiosas como Érase una vez en América de Sergio Leone, comparte con esta un interés por explorar los márgenes de la sociedad y los dilemas morales de sus personajes. Sin embargo, a diferencia de los filmes que aspiran al reconocimiento de la academia, Buscando justicia se entrega al dinamismo del cine de acción, demostrando que los valores comerciales no son antitéticos a una cierta profundidad temática. En este sentido, la película podría compararse con esa obra maestra llamada Los intocables de Eliot Ness de Brian De Palma, que también combinó acción y narrativa de época para crear un producto híbrido y entretenido.
Steven Seagal: entre la caricatura y el redescubrimiento
Aunque la actuación de Seagal fue objeto de burla en su momento, es innegable que en este filme muestra un esfuerzo por dotar de matices a su habitual rictus imperturbable. Su interpretación de Gino Felino tiene ecos distantes del Don Vito Corleone de Marlon Brando, adaptado a un lenguaje corporal más contenido y una voz más rasposa que intenta proyectar autoridad y vulnerabilidad a partes iguales. Incluso momentos aparentemente banales, como el rescate de un cachorro, refuerzan la dimensión humanizadora del personaje y lo diferencian de los héroes de acción unidimensionales de su época.
Un film adelantado a su tiempo
Hoy, en un panorama dominado por las plataformas de streaming, donde las narrativas híbridas son aplaudidas, Buscando justicia podría haberse percibido como un piloto de alto nivel para una serie de HBO o Netflix. Con su combinación de acción, drama y atmósfera de cine negro, la película anticipa la complejidad de las historias contemporáneas y demuestra que incluso el cine de masas puede ser capaz de generar un impacto cultural duradero.
Así, lo que en 1991 fue relegado al olvido como “otra más de Seagal” se alza ahora como una obra que, sin ser una obra maestra, merece ser redescubierta por quienes buscan historias entretenidas pero con un trasfondo que las haga memorables. Una vez más, el tiempo demuestra que el cine popular también puede aspirar, como los grandes clásicos literarios y cinematográficos, a una relevancia que trascienda las modas de su época