Hoy queremos dar una muestra de cómo aprovechar el nuevo formato digital
Ridley Scott siempre ha tenido detractores y de hecho es muy recurrente esa frase que dice que Blade Runner y Alien se las dirigieron. Dejando tontadas a un lado lo que es cierto es que alguien puede tener dudas sobre la calidad general de su obra o algunas películas en concreto, pero, no se puede negar que es el director de algunas obras maestras del cine y sobre todo que a nivel visual, Ridley Scott sigue siendo un director insuperable y de eso vamos a hablar hoy. Concretamente de su película Alien Covenant y sus logros con el formato digital.
Hasta ahora habíamos estado muy disgustados con el nuevo formato digital mediante el que se ruedan las películas actuales. Por mucho que en los últimos años las cámaras han mejorado y la técnica digital también, no podemos dejar de tener esa sensación de que el formato digital ha sido un paso atrás en vez de uno hacia adelante.
Hace poco veíamos ‘La ciudad perdida de Z’ donde el director James Gray se encabezonó en llevar pesadas cámaras analógicas de cine en medio de la selva para rodar su película en celuloide en vez de en digital, pero, una vez visto el resultado en pantalla, todos agradecemos aquel esfuerzo y es que como ya hemos dicho, el cine digital todavía no había dejado sensación de ser algo que mejorase lo que ya había.
Pero, si el director de ‘Aliens, el regreso’, James Cameron demostró a todos con Avatar como había que usar las nuevas cámaras 3D, el otro director de Alien, Ridley Scott, ha hecho lo propio con el formato digital.
Alien Covenant es la obra de cine que mejor uso ha hecho hasta la fecha del nuevo formato. Cuando uno ve la película por primera vez, tiene la sensación de estar ante algo totalmente bello y totalmente moderno en su textura fílmica y sobre todo, sobre algo que encaja a la perfección imagen y temática.
Para explicar este último punto hay que irse como ejemplo perfecto a la película Assasin’s Creed.
Al ver la obra de Justin Kurzel, rápidamente uno se da cuenta que algo no encaja visualmente. Cuando la película muestra las escenas del presente (futuro realmente), la textura no parece desencajar y se nos muestra esa textura tan habitual de las producciones actuales (las cuales eso sí se asemejan en demasía a las series televisivas). El problema viene cuando en la misma película se nos trasportar al pasado, concretamente a la España del medievo. Es ahí cuando la imagen se desmorona y cuando el formato digital saca a relucir todas sus deficiencias. Es cierto que la dirección de la obra ayuda aún más a destrozar la ambientación y es que la cámara lenta a lo Matrix y la música tecno no es desde luego la mejor decisión para crear la atmósfera que pide su época. Pero aún sin esto, vemos que la simple textura del digital ya es motivo suficiente para no crear la realidad ambiental que debe exigir una película de este presupuesto. Todo se ve demasiado «moderno», brillante y limpio.
Todos sabemos que el digital trata de forma diferente la imagen y así, notamos como la profundidad de campo es mayor, el color también se mantiene con mayor similitud al real y la definición aumenta. Por supuesto la luz se capta de una forma distinta a la acostumbrada y eso crea una imagen mucho más díganos real, o mucho más digamos televisiva o de video.
Desde luego, las cámaras digitales han mejorado con los años lo que cada vez deja una textura visual más «clásica» y cinematográfica y, además, la postproducción de la imagen hace que todo puede ser maquillado y «pintado» de una manera más fílmica. Pero, también es cierto que cuando uno ve la película citada anteriormente (simplemente por ser una producción de 2017), ‘La ciudad perdida de Z’ , rápidamente se da cuenta que por mucha postproducción que haya, la cámara digital aún no puede igualar la textura de la cámara analógica.
Con esto en mente y aprovechando la temática de Alien Covenant (ciencia ficción/futuro/tecnología), Ridley Scott decide rendirse hacia las virtudes que ofrece el digital en vez de a sus defectos y así opta por aprovechar cada una de esas virtudes.
De este modo vemos como el lienzo grisáceo y verde de la paleta habitual de Alien se hace mucho más metálico que nunca gracias a la resolución del formato. Vemos como la mayor profundidad de campo y la mejor captación de luz nos deja un interior de la Covenant con mucha más presencia que el dejado por la Nostromo.
Vemos como diseña una escena de ducha donde mostrar las gotas de agua como pocas veces se habíaa visto. La criatura también gana en detalle y lo metálico se realza con el nuevo brillo que da el digital. El panel solar de la Covenant es otra muestra de las nuevas capacidades para crear el color. Pero sobre todo es la definición y la luz los que hacen que Covenant se vea como ninguna otra cosa vista y el final del filme es la muestra perfecta de todo esto. Una especie de «nieve de partículas» hace que la escena se convierta en un festival visual y en ella, se suman todas las posibilidades que ofrece el digital desde el color, la luz a los mismos efectos digitales aún no habíamos nombrados y que aquí encajan de forma perfecta.
Aunque no es lo mismo ver esto en movimiento que en simples imágenes, hemos querido dejar una muestra visual de lo que estamos explicando para que os hagáis una idea y así, a partir de ahora empecéis a tener en cuenta de que forma se deben usar los formatos de cine. Como vemos, Ridley Scott ha sido de capaz de planificar la obra pensando en el mismo formato a usar y así, poder diseñar escenas que de otro modo no podrían ser rodadas. De este modo ha conseguido por primera vez demostrar que el cine digital bien usado no es un paso atrás, sino una forma distinta a la que tenemos que acostumbrarnos pero para ello, los realizadores, los directores de fotografía y los operadores de cámara, deben ser conscientes que algo ha cambiado y que hay aprender de nuevo. Algo que el veterano Scott ha hecho con gusto para demostrar que sigue siendo uno de los referentes visuales de la industria del cine.