\»No somos asesinos, somos un equipo de rescate. ¡Ahora, que tenemos que hacer! Estas palabras las decía Dutch sobre Dillon, Poncho, Billy, Blain, Hawkins y Mac y son claves para entender el artículo de opinión de hoy.
Ayer se anunciaba el inicio de rodaje de la nueva película sobre Predator y en la presentación se mostraba la primera imagen del grupo o comando que debe hacer frente de nuevo al mítico Depredador.
Parece mentira que a veces sea desde fuera de la industria de Hollywood donde la gente se dé cuenta de cual es la clave del éxito de una franquicia. Desde que en 1987, John McTiernan realizase Depredador, Fox ha estado buscando el secreto para poder conseguir rentabilizar de forma acertada su jugosa franquicia. Primero crearon una secuela llamada Depredador 2 donde el cazador alienígena dejaba la jungla para adentrarse en la ciudad y allí sembrar el terror. Tras esto recurrieron a la fusión del Predator con la saga Alien y así crear varias cintas donde el Predator haría casi de héroe en vez de villano. Posteriormente y ya en 2010 decidieron llevar humanos al mismo planeta donde se suponen son originarias estas criaturas. Pues bien, si algo tienen en común todas estas secuelas o pseudosecuelas es que todas son un fracaso, un desastre y un terrible error con mayúsculas.
Y es que, amigos lectores, la única posible secuela de la mítica obra de McTiernan y Schwarzenneger, tendría que haber venido en formato de precuela y es que, el éxito de la obra original no recaía sobre la criatura, esta era un mero pretexto para presentar a Dutch, Dillon, Poncho, Billy, Blain, Hawkins y Mac, el verdadero motor del filme de 1987 y lo único que hubiese posibilitado un nuevo film de éxito con lógica razón de ser.
Como todos sabemos ya, el famoso equipo de rescate cae en la selva y solo su capitán consigue sobrevivir a la bestia, pero, en aquella odisea pudimos disfrutar de los chistes de Hawkins, de la regeneración ética de Dillon, de la \’Impaciente\’ de Blain, del tremendo físico de Mac y su maquinilla de afeitar y del misterioso mundo interior del mítico Billy.
Cualquiera que vea con detenimiento el film, podrá darse cuenta que la fuerza del equipo de mercenarios no ha sido conseguida nunca más en el cine y Fox, debía haberse dado cuenta a finales de los 80 y principios de los 90 que lo que la gente quería era una nueva incursión de este legendario y único comando de hombres. Repetimos que la bestia alienígena fue una mera excusa para disfrutar de estos hombres a los cuales nos hubiese gustado ver en otra situación.
Ahora, Shane Black presenta un nuevo equipo de personajes que ya podemos adivinar, no van a ser la fuerza del relato como ya ocurrió en las anteriores entregas las cuales siempre estuvieron supeditadas a la espectacularidad del monstruo en vez de la grandeza de los hombres que tenían que darle caza.
La foto de cabecera es el ejemplo perfecto de lo que fueron los héroes originales y los que han ido viniendo después.