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«La metafísica del castigo y la redención en The Beekeeper: Jason Statham y la nueva mística del cine de acción»
El cine de acción ha sido, históricamente, un espacio donde los conflictos morales más primarios se desarrollan con la contundencia del cuerpo en movimiento y la intensidad de los efectos visuales. No obstante, en The Beekeeper, una película aparentemente inscrita dentro de las convenciones del género, Jason Statham nos invita a entrever una propuesta más densa, una obra que promete en su segunda entrega ir más allá de los límites convencionales del cine de acción para adentrarse en territorios de exploración filosófica y existencial. Bajo la superficie de explosiones, persecuciones y venganza, se perfila una trama que dialoga con algunas de las grandes inquietudes de la condición humana: el pecado, el castigo y la posibilidad de redención.
La primera entrega de The Beekeeper nos presentó un personaje complejo, cuyas motivaciones trascienden la simple sed de venganza. Jason Statham, cuya carrera ha oscilado entre los cánones más tradicionales del héroe de acción y figuras más introspectivas, encuentra en este personaje una voz que resuena con ecos más profundos. La segunda entrega promete ahondar en estos subtextos, explorando una narrativa que podría bien vincularse a una visión casi arquetípica del héroe en busca de redención, una figura que, a través de la violencia, busca expiar culpas que trascienden lo personal para tocar lo universal.
El castigo como ritmo filosófico
En el centro de The Beekeeper se encuentra la noción del castigo. No solo el que el protagonista inflige a sus enemigos, sino, más importante, el castigo que él mismo lleva consigo, como una carga ineludible de su propia historia. La metáfora de las abejas, y el oficio del apicultor, cobra aquí una relevancia que excede lo simbólico superficial. Las abejas, conocidas por su capacidad para organizarse de manera colectiva, representan, en muchos aspectos, una comunidad que actúa en conjunto, pero que puede volverse ferozmente destructiva cuando se ve amenazada. En la primera película, Statham encarna a un hombre que ha sido moldeado por un sistema que lo entrenó para destruir, pero que también lo expulsó. Como el apicultor que, por necesidad, debe aniquilar a quienes perturban su colmena, el protagonista de The Beekeeper se convierte en un agente del castigo, un vengador solitario que sigue un código propio.
En la segunda parte, cabe esperar que este concepto de castigo se desarrolle con mayor profundidad, presentando al personaje como una figura que encarna el malestar de una era posmoderna, donde las estructuras tradicionales de justicia y orden han colapsado, dejando al individuo solo frente a su capacidad para ejecutar la violencia. No obstante, este castigo que él administra no es puramente físico; es también espiritual, una especie de penitencia autoimpuesta. Así, la película podría explorar los límites de esta auto-flagelación en la que el héroe, más que un justiciero, se convierte en un mártir de sus propios principios.
La dialéctica de la venganza y la redención
El cine de acción ha pivotado, históricamente, sobre la dialéctica de la venganza. En The Beekeeper, sin embargo, esta narrativa primaria podría elevarse a una reflexión más compleja sobre los límites de la justicia personal. La segunda entrega tiene el potencial de profundizar en la ambigüedad moral de su protagonista, situando a Jason Statham en el centro de un debate filosófico que enfrenta la naturaleza humana con su capacidad de perdón y autodestrucción.
La figura del vengador ha sido, a lo largo de la historia del cine, una constante. Desde el western clásico hasta el thriller contemporáneo, hemos sido testigos de cómo el héroe justiciero se erige como una figura necesaria para restaurar un orden moral quebrado. Sin embargo, lo que podemos esperar de The Beekeeper 2 es un replanteamiento de esta figura, donde la venganza se convierte en una trampa en la que el héroe se ve consumido. Al igual que en Taxi Driver o Unforgiven, podríamos presenciar la deconstrucción del justiciero: un hombre que, en su búsqueda de justicia, se desmorona en su propio odio.
La posibilidad de redención se abre aquí como un horizonte incierto, una línea tenue que el protagonista podría alcanzar o, por el contrario, rechazar. La segunda entrega podría examinar las tensiones entre el deseo de venganza y la necesidad de redención, presentando a Statham no solo como un agente del caos, sino como un hombre en busca de un perdón imposible. En este sentido, la película podría elevarse a un nivel casi existencial, donde las decisiones del protagonista no solo afectan el mundo externo, sino que también devastan su psique.
El simbolismo de las abejas: naturaleza y tecnología
El uso de las abejas en The Beekeeper es más que una simple referencia estética o narrativa. En un mundo donde la interrelación entre naturaleza y tecnología es cada vez más tensa, las abejas —seres naturalmente organizados, pero profundamente vulnerables a los cambios tecnológicos y ecológicos— se convierten en un símbolo de nuestra propia era. En la primera película, este paralelismo apenas se esboza, pero la segunda entrega podría aprovechar este terreno fértil para expandir la metáfora de las abejas y el apicultor como reflejo de la fragilidad del orden humano frente a las fuerzas desestabilizadoras de la modernidad.
Es plausible imaginar que, en The Beekeeper 2, el colapso ecológico y la desintegración social jueguen un papel más prominente, utilizando el lenguaje del cine de acción para ofrecer una crítica profunda a nuestra dependencia de la tecnología y a los efectos devastadores que ésta tiene sobre la naturaleza. El protagonista, que en muchos aspectos refleja al apicultor como un guardián del equilibrio, podría enfrentarse a desafíos no solo en términos físicos, sino también éticos y ecológicos, transformando la narrativa de venganza en una exploración más amplia sobre el papel del ser humano en la destrucción y preservación de su entorno.
Estética del movimiento: El cuerpo como mito
Uno de los aspectos más fascinantes de las películas de Jason Statham es su manejo del cuerpo en movimiento. Statham, conocido por su destreza física y su habilidad para coreografiar escenas de acción con una precisión casi matemática, ha elevado la violencia a un arte de alto impacto, donde el cuerpo del actor se convierte en un símbolo de resistencia y poder. En The Beekeeper 2, esta estética podría alcanzar nuevas cotas, trascendiendo el simple espectáculo para volverse un comentario sobre la naturaleza del cuerpo como herramienta de poder y resistencia.
La segunda película tiene el potencial de utilizar la fisicalidad de Statham no solo como un medio para ejecutar acción, sino como una forma de expresión simbólica, donde cada movimiento es una extensión del conflicto interno del personaje. Aquí, el cuerpo se convierte en un campo de batalla tanto físico como filosófico, donde el control y la pérdida de control revelan las tensiones más profundas del héroe. Villeneuve, si sigue esta línea, podría dotar al filme de un estilo casi coreográfico, donde la violencia no es solo una cuestión de supervivencia, sino una manifestación visual del caos y el orden que conviven dentro del protagonista.
La poética del héroe caído
The Beekeeper se adentra en la figura del héroe caído, una constante en la literatura y el cine, pero que aquí adquiere una resonancia especial. La segunda entrega podría transformar a Jason Statham en una figura casi trágica, un hombre cuyo viaje hacia la redención lo conduce inevitablemente a su propia ruina. En esta figura del héroe caído, resuena un eco de los mitos clásicos: como Ícaro, el apicultor se eleva demasiado cerca del sol, solo para ser derribado por la fuerza de su propia ambición.
El cine de acción, en manos de Villeneuve y Statham, podría así renovarse, alejándose de las convenciones que lo encasillan en lo puramente visual, para adentrarse en una exploración más profunda de la condición humana. Si la primera entrega sentó las bases de una nueva mitología del héroe contemporáneo, la segunda parte de The Beekeeper tiene el potencial de ser la consagración de una narrativa que trasciende el género, una reflexión sobre el castigo, la venganza y la imposible búsqueda de redención en un mundo que parece destinado al caos.
Damien Chazelle, conocido por su trabajo en La La Land y Babylon, se une a David Ayer, director de Beekeeper, para producir un nuevo proyecto cinematográfico titulado Heart of the Beast. El filme, que será dirigida por Ayer con Chazelle en la producción, promete una emocionante aventura de supervivencia en la salvaje y hostil Alaska.
Un ex Navy Seal y un perro de combate jubilado
Tras el fracaso comercial de Babylon, Chazelle parece estar buscando nuevos horizontes en la producción, alejándose temporalmente de la dirección. Esta película de supervivencia sigue la dramática travesía de un ex Navy SEAL y su perro de combate retirado, un papel que le vendría que ni pintado a Jason Statham, protagonista de Beekeeper y la siguiente peli de Ayer, Levon’s Trade.
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Introducción El cine, en su esencia, es un arte que conjuga la ilusión y la
Jason Statham ha iniciado el año 2024 con un estruendoso éxito en taquilla, consolidándose gradualmente como un gigante en la industria del cine de acción.
La mayoría de las películas de acción, como Beekeeper: El Protector, no apuntan a cifras astronómicas en taquilla. Suelen conformarse con obtener beneficios modestos que puedan sentar las bases para una posible saga en el futuro, si las circunstancias lo permiten. Sin embargo, cuando Jason Statham está involucrado, el surgimiento de una franquicia es solo cuestión de tiempo.
La película dirigida por David Ayer (conocido por Escuadrón Suicida) llegó a los cines a principios de enero y, gracias a la escasez de competencia en la cartelera, ha disfrutado de semanas sumamente lucrativas, alcanzando una recaudación impresionante de 144 millones de dólares.
Jason Statham no para y su agenda de estrenos es el mejor ejemplo: Beekeeper, Stallone, Fast X 2…
Beekeeper: El protector (2024) – Jason Statham
El actor británico es una de las principales estrellas del cine de acción en la actualidad, y su agenda demuestra que eso no va a cambiar a corto plazo.
Después de tener un 2022 «sabático» en el que no estrenó ninguna película, Jason Statham ha vuelto a la gran pantalla con energías renovadas. Siendo claros, ese año no es que estuviese en casa haciendo calceta y viendo programas de cocina, sino que el actor británico estuvo filmando algunos de sus estrenos de 2023.
Y es que el año pasado fue bastante intenso para Jason Statham, que estrenó cuatro películas en las salas de cine que hicieron las delicias de los fans de las peleas, ya fuese con oleadas de matones o con tiburones del tamaño de un castillo.
El 2023 empezó fuerte con Operación Fortune: El gran engaño, de Guy Ritchie, la única película que no pertenecía a ninguna franquicia en la agenda del actor para el año.
Y es que Jason Statham fue el señor de las sagas con Fast & Furious X, Megalodón 2: La fosa y Los mercen4rios, las otras tres películas que completaron su ajetreado 2023 en la gran pantalla. Pero ¿qué hay del futuro?
A Jason Statham le gusta estar ocupado
Pues el 2024, de momento, va a comenzar igual de fuerte que el año pasado. El actor británico estrena este viernes Beekeeper: El protector, su nueva película de acción que lo asocia con David Ayer.Con el director de Escuadrón Suicida, precisamente, colaborará en otra película, Levon’s Trade, basada en la novela de Chuck Dixon y que contará con un guion de Sylvester Stallone, con quien ha colaborado codo con codo en Los mercenarios desde que se inició la saga.
CRÍTICA DE CINE
Una de las particularidades de ‘Beekeeper: El protector’ es la presencia detrás de las cámaras de David Ayer, un director muy competente en sus inicios pero que últimamente no estaba terminando de dar en la diana -‘Cuenta pendiente’, su anterior largometraje, es buen ejemplo-. Aquí no voy a decir que haga algo realmente memorable, pero sí acompaña con un notable trabajo de dirección, especialmente en las escenas de acción, para que en ningún caso podamos decir que estamos despacharla como otra más de Statham.
Sí es verdad que hay alguna decisión muy discutible, como ese momento en la que no podría dar más el cante que usaron un muñeco para la escena de peligro, pero prima más el dar con la contundencia necesaria para que esas secuencias tengan el impacto necesario. Y además es algo que se va elevando de forma progresiva e incluso planteando diferentes retos a los que el protagonista ha de hacer frente antes de llegar hasta su objetivo final. No niego que podrían haber dado más de sí, en especial la asesina que forma parte de la antigua asociación con la que colaboraba el protagonista, pero en lo referente a la odisea del protagonista cumplen su cometido con creces.
A eso hay que sumarle un ingrediente fundamental para entender hasta qué punto cada espectador puede o no disfrutar con la película. Me refiero a lo absurda y desvergonzada que puede llegar a ser, algo que ya está presente en su punto partida -aquí en lugar de vengar la muerte de un perro, toca hacerlo por una pobre mujer que acaba suicidándose tras ser víctima de una compañía fraudulenta especializa en el phishing-, pero nunca se deja de lado
Beekeeper Jason Statham
Por un lado, el guion de Kurt Wimmer es muy atrevido y no tiene problemas incluso en utilizar soluciones argumentales que también emparentan al personaje de Statham con el inolvidable Jack Bauer de ’24’, pero a la hora de la verdad está en todo momento en esa línea que separa el exceso del ridículo. De forma muy consciente, eso sí, tal y como dejan claro algunas líneas de diálogo.
De hecho, no me sorprendería cualquier tipo de reacción ante lo que propone ‘Beekeeper: El Protector’, pues la propia película tan pronto parece abrazar lo absurdo de lo que expone como opta por un enfoque algo más serio. Es un cóctel a priori abocado al desastre que Ayer logra sacar adelante principalmente gracias a lo que aporta su reparto.
Obviamente, Statham es aquí un hombre letal e implacable con una misión que va a cumplir a cualquier precio. Tan contundente como convincente, uno ya sabe a lo que se enfrenta cuando está él al frente del reparto de una producción de estas características, pero aquí es todo lo que le rodea lo que ayuda a que nunca se descontrole nada en ninguna dirección. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en el dúo formado por Jeremy Irons y Josh Hutcherson, con el primero tirando más hacia lo sobrio, mientras que el segundo roza lo desatado en su condición de millonario malcriado. Y ojo, ambos suman.
Eso sí, ‘Beekeeper: El Protector’ no se conforma con ser otra más de su protagonista, por lo que introduce una mitología que hasta cierto punto recuerda a lo que hizo la primera entrega de la saga ‘John Wick’. Es muy evidente que el plan es intentar construir una franquicia a partir de todo ello, pues hasta el propio Statham comentó varias semanas antes de su estreno que está deseando hacer una secuela.
Jason Statham Beekeeper Escena
Otro punto que la conecta con la famosa franquicia de Keanu Reeves es la participación de Jeremy Marinas, coordinador de las peleas de ‘John Wick 4’ que desempeña ese mismo papel aquí. Ahí sí tengo que decir que las comparaciones son algo odiosas, pues la ambición de ‘Beekeeper: El Protector’ es más limitada, pero ojo, que con eso le da para tener escenas de acción tan brutales como competentes. Y de paso se empiezan a sentar las bases para que el Mr. Clay de Statham también sea un mito del cine de acción, pero claro, hace falta más que una película para que eso realmente funcione.
Al final lo que nos queda es una película muy recomendable para los fans de Jason Statham y que además ofrece algo más que eso para poder conectar también con los amantes del cine de acción que no tengan especial simpatía hacia el actor británico. Es cierto que cuando nos prometió que se trataba de una película genial, estaba exagerando, pero también que se sitúa entre lo más destacado de su filmografía como héroe de acción.
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Ahí no queda la cosa, ya que Jason Statham volverá a la carga en Fast & Furious X – Parte 2 y, quizá, hará aparición en el spin-off que Dwayne Johnson tiene entre manos, como ya hiciera en 2019 en Hobbs & Shaw.
También se rumorea que aparecerá en el nuevo thriller criminal del creador de Peaky Blinders, Small Dark Look, pero no hay confirmación absoluta de ello.
Además, el propio Jason Statham cree que Beekeeper: El protector podría dar comienzo una saga prolífica de películas de acción si funciona entre el público, algo que descubrirás a partir de este viernes en las salas de cine de toda España.
Nueva imagen de Beekeeper: El protector, el thriller de Jason Statham con el director de Escuadrón Suicida
Beekeeper: El protector
A Jason Statham le falta tiempo para embarcarse en una buena venganza, y esta vez zumbará cual abeja y picará en la misma medida.
Jason Statham se ha convertido en uno de los referentes del cine de acción actual: el actor ha brillado en sagas como Transporter, Fast & Furious o Los mercenarios, pero tiene una buena cantidad de películas independientes donde también se queda solo repartiendo palos a diestro y siniestro.
La próxima parada del actor británico en la gran pantalla es Beekeeper: El protector, una película cuyo título se ha traducido libremente por no usar la palabra «apicultor», a saber por qué, y ha recurrido al subtítulo más trillado del cine de acción.
Bueno, a lo que vamos: el nuevo thriller de Jason Statham repite uno de los viejos tropos que le encantan al actor: las venganzas.
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Tras dejar su antigua vida atrás, el señor Clay forja una estrecha amistad con una anciana que lo trata casi como si fuera su hijo. A cambio, él cuida de sus muchas colmenas de abejas.
Todo cambia cuando la mujer se quita la vida tras sufrir presiones de una poderosa compañía con conexiones gubernamentales que busca hacerse con sus activos.
Sí, ya sabes cómo sigue la película, lo que no sabías es que esa vida que dejó atrás el señor Clay era como agente de una organización clandestina conocida, irónicamente, como los Beekeepers.
A partir de ese punto, empieza el festival de huesos rotos para todos los esbirros y minijefes que hayan cogido número para bailar con Jason Statham.
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Otro vistazo a lo nuevo de Jason Statham
Estos días están saliendo a la luz algunos primeros vistazos a los próximos estrenos a través de la revista Empire, que siempre lanza una edición recopilatoria por estas fechas para que podamos echar un ojo a lo que está por venir en cine y series. Beekeeper: El protector no ha sido una excepción.
La imagen muestra a Jason Statham como el señor Clay, estoico ante los tarros de miel que su anciana amiga ha recolectado cuidadosamente de sus colmenas de abejas. Podemos ver en su rostro que la primera patada en la boca se acerca a velocidad supersónica a esas alturas de la película.
Beekeeper: El protector (2024)
David Ayer (Escuadrón Suicida) es el encargado de dirigir la película, que cuenta además con Josh Hutcherson, Jeremy Irons, Emmy Raver-Lampman, Bobby Naderi, Taylor James, Michael Epp, David Witts, Adam Basil y Arian Nik.
Será el 12 de enero cuando Beekeeper: El protector llegue a los cines españoles para agasajar a los fans de Jason Statham, que ha vuelto a darlo todo en esta película tanto en términos de acción, como aprendiendo el arte de la apicultura para sus escenas —y no es broma
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