Es cine de otro mundo, es de cine de otra época, es cine quizás de hasta otro planeta, pero es cine que visto a día de hoy sigue siendo una alegría para los sentidos.
Lo primero que uno puede alabar si ve ‘Utu’ por primera vez es su diseño de producción. En tiempos de cgi y cosplays, ver una película de época rodada en exteriores reales y con un vestuario que refleja su tiempo de forma perfecta, es toda una alegría. Aquí los trajes no son disfraces baratos recién sacados de un bazar chino, aquí la ropa es real, es sucia, está gastada, estropeada, las armas oxidadas, dañadas, melladas y el maquillaje o la peluquería son lo que debieron ser en la época y lugar que que refleja el film.
Las casas son reales, los árboles también, y el agua, y las plantas y la luz. Aquí un precioso atardecer no está construido en un ordenador sino que está gestado por nuestro bello planeta. Y parece mentira que algo tan sencillo y natural deba ser alabado pero es que, es lo qu etoca en estos tiempos, ver extraño que el cine sea rodado y no gestado en una maquina virtual.
Ya, todo muy bien ¿pero ante que nos encontramos en ‘UTU’, pues sencillamente estamos ante un drama hístorico tejido bajo el western, el mensaje bélico a incluso algunos tintes de cine trash de los 80s. Y es que hay pocas películas como esta para comprender la historia del colonialismo europeo en Nueva Zelanda, los abusos y crímenes contra el pueblo natural de esas islas, los maoríes, y los brotes rebeldes de los nativos por liberarse de los conquistadores y avasalladores, enfrentamientos que se han venido dando en distintos momentos a lo largo del tiempo, como por ejemplo en los personificados en este film «UTU», que tuvieron lugar allá por el último cuarto del siglo XIX (ca. 1870).
Pero tambien es cierto que su director, Geoff Murphy, no traza una historia totalmente chovinista donde el invasor es un rotundo villano y el héroe revolucionario pura luz blanca, no, aquí, vemos las dos partes asesinas de la contienda, a dos líderes (como hoy vemos ne la guerra de Ukrania) que solo creen en su ideal sin importar las victimas que hayan por el camino, sean o no de su bando. Lo cual deja al film en total actualidad aunque tenga ya 50 años.
Pero es quizás la forma o el tono de tratar la historia lo que la hace más interesante y peculiar, como ese personaje de inglés vengativo capaz de crear una escopeta de 4 cañones más cercano a las obras de Sam Raimi o Peter Jackson de los 80s, que a un drama histórico. Estos añadidos con gore incluido de cine trash o serie B de los 80s, hacen que ‘Utu’ sea un rara avis de factura y mensaje impecable y de geografía fílmica única. De hecho Geoff Murphy puso todo su empeño en este film, lo dirigió, produjo y fue guionista a medias. El resultado: de toda la filmografía dirigida hasta el día hoy por Murphy, esta es sin lugar a dudas su mejor película, original y muy bien llevada a cabo, con momentos para el humor, para la ironía, para el amor, para el odio y por supuesto que este es entertaiment, para la diversión.
Un pupurri fílmico con tintes de western, reina de lo independiente, de lo bizarro y de todo lo bueno por descubrir. Una obra filmada como es lógico en análogico donde el poder vampírico del culoloide se apodera del espectador y otra muestra más de cine que enseña la estupidez del ser humano.