Clásicos Pulp olvidados | CAZADORES DE MUJERES

Clásicos Pulp olvidados | CAZADORES DE MUJERES

Clásicos Pulp olvidados | CAZADORES DE MUJERES

Estamos en racha con estos carteles de longitud de panel. Aquí hay otro excelente ejemplo, esta vez para The Girl Hunters de Mickey Spillane. Y cuando decimos que Spillane no solo escribió el guión (con la ayuda de Roy Rowland y Robert Fellows), sino que protagonizó. Que Hollywood sintiera que podía llevar una película te da una idea de cuán grande era una celebridad. También co-encabezó Ring of Fear de 1954, pero llegaremos a eso más adelante. En The Girl Hunters, Spillane interpreta su propia creación literaria, el duro pene privado Mike Hammer. La película comienza con Hammer como un alcohólico porque su secretaria de toda la vida y amor no correspondido Velda ha desaparecido y se presume que ha fallecido. Pero cuando una capucha moribunda insinúa que Velda todavía está viva, Hammer sale de su estupor borracho, cambia al modo revenant y, en el camino, descubre un complot comunista encabezado por «la mayor organización de espionaje jamás conocida».

Obviamente, la pregunta más importante es si Spillane puede actuar. La respuesta es realmente no, y su actuación de una nota impide que la película alcance su potencial. Un par de veces incluso suena como si sus líneas fueran voces en off de otro actor. Sin embargo, hay dos notas altas: una pelea culminante bastante buena en un granero equipado con una sierra giratoria zumbante, y un giro coprotagonista de la futura chica Bond Shirley Eaton, a quien los cineastas dan tres secuencias extendidas de bikini para aumentar el interés de la audiencia. ¿Son esos bonos suficientes para que valga la pena ver la película? Diríamos que no, pero no se puede evitar el hecho de que está protagonizada por uno de los escritores de crímenes más vendidos de la historia. Si eres fanático del pulp, sospechamos que disfrutarás de la película a pesar de que Spillane se estancó a lo largo de sus 103 minutos. The Girl Hunters se estrenó hoy en 1963.

Mike Hammer es un personaje de ficción creado por el escritor estadounidense Mickey Spillane en el libro I, the Jury (Yo, el jurado), llevado al cine en 1952 y 1982.

Esta película protagonizada por el mismo Frank Morrison Spillane como Mike Hammer tiene sus momentos. Digamos que la película funciona durante 25 minutos si se suman los créditos de apertura.
Spillane realiza una buena actuación. La razón es que Hammer fue elaborado como un reflejo del propio Spillane. Por lo tanto, Spillane sólo tuvo que hacer de sí mismo, que después de toda una vida de práctica, no fue difícil.

Lo cierto es que, Spillane tendría que haber estado contento con la oportunidad de representar a su personaje en la pantalla por primera vez. Después de todo, siempre se había quejado de que no le gustaba la interpretación que del personaje había hecho anteriormente Biff elliot en «I, the Jury» (1953).

El propio escritor asesoró al guionista de la película. El resultado no fue del todo bueno. El producto final era el adecuado para un libro, pero no para una película con aspiraciones de drama de acción.

Por ejemplo, insistió en incluir a su confidente y amigo columnista Hy Gardner. La escena de Gardner es larga y aburrida, porque el propio Gardner es aburrido. Si quería Gardner incluiso debería haber permitido un actor con experiencia para retratar al personaje con fuerza.

Uno de bares favoritos de Spillane fue uno de los mejores restaurantes alemanes de Nueva York, situado en la calle 44 en Manhattan. La película pasa mucho tiempo muerto mostrándole caminando en ese lugar, y manteniendo conversaciones con los demás actores casi a oscuras. Las conversaciones son largas y, en su mayor parte, sin sentido.
La película desde luego no alcanza a ser ni de lejos un referente en el cine negro pero tiene un insoluto final muy violento.

Sugiero mejor ver a Ralph Meeker como Mike Hammer en «El beso mortal» 1955. Eso sí que es una película de detectives bien realizada y una cumbre del cine negro.

«-¿Sabes en lo que te estás metiendo?

  • Sí, ya me han disparado.
  • Pero nunca has estado muerto.»

Algo descafeinada película con el personaje del detective privado Mike Hammer, que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar leyendo las novelas con él de protagonista, escritas por Mickey Spillane, aquí como actor principal también, encarnándole.
Y no lo hace mal, da el papel aunque sea físicamente, no tanto como actor, no muy dotado dramáticamente. Pero puede pasar.
Lo que no pasa del todo es la cinta, que se puede ver, pero resulta algo larga para lo que cuenta, con muchos diálogos (esto no es raro en filmes de parecido pelo) pero sin aportar nada que destaque en demasía. Sí que hay algún feliz momento verbal, como el que inicia este modesto comentario, o este otro que tiene lugar entre un Hammer recién sacado de la calle lleno de golpes y hecho polvo, y un antiguo colega:

» – Hola Mike. Supe que estuviste metido en el arroyo.
. ¿Por qué no me sacaste de él?

  • Pensé que te serviría de terapia».

Lo mejor es la acrisolada fotografía a cargo de Kenneth Talbot, además a toda pantalla.
En cuanto a la música, resulta muy adecuada oyéndola en los títulos de crédito del comienzo, pero luego es muy repetitiva, acabando uno/o por hartarse de tanto oír el tema principal.
Destacable, ¡y de qué manera! es la gratísima presencia de la bella Shirley Eaton, que sale en casi todas sus escenas luciendo sexys bikinis (tiene un precioso cuerpo, por cierto).
No hay apenas acción y el final es muy bueno, con humor negro (o algo parecido) y todo.
No es que aburra, pero tampoco al acabar se tiene la sensación de haber visto algo que perdure en la memoria. Más bien al revés. Y es que el bueno de Roy Rowland, el realizador, aunque simpático y esforzado nunca llegó en realidad a trascender en su trabajo.